Sumó, pero no llegó

Sumó un punto contra un equipo que viene de primera división. Mantuvo el cero en el arco propio al cabo de dos partidos. Pero no llevó peligro al arco contrario y perdió la oportunidad de enlazar dos victorias consecutivas como local. Los claroscuros de Aldosivi, anoche, en el 0 a 0 ante Gimnasia de Jujuy, en el estadio del Mundial José María Minella, en el primer adelanto de la segunda fecha del torneo de la Primera B Nacional de fútbol, temporada 2009/2010.
La búsqueda de Aldosivi fue inexpresiva, carente de variantes e imaginación frente a un bloque defensivo bien compacto que formó Gimnasia de Jujuy. Todo eso más allá de las buenas intenciones de Alejandro Aguirre por generar juego, y de algunos de sus compañeros por ayudarlo en ese cometido. Pero sin profundidad, más allá de que no se perdió la línea y casi siempre se mantuvo el orden, salvo en algunos pasajes del segundo tiempo.
La iniciativa de Aldosivi del primer tiempo fue sin profundidad. Tan persistente como prácticamente inoperante. Con escasas situaciones de gol. Mantuvo la línea y cierto orden, y ejerció el dominio del trámite, pero sin llegadas demasiado claras. Alejandro Aguirre trató de asumir la conducción, y de hecho tuvo mucha participación en el juego, aunque no siempre bien acompañado. No obstante, de sus pies y su cabeza nacieron las mejores insinuaciones del equipo de Mar del Plata en la etapa inicial. Una de ellas fue concretamente casi la única oportunidad de peligro, a los 35’ , cuando Aguirre metió un muy buen pase en cortada para Luciano Tello, quien penetró al área por derecha y mandó un buscapié que fue cortado providencialmente por el zaguero Avendaño. De esa acción surgió un córner que terminó con un anticipo al arquero y cabezazo que se fue apenas desviado de Darío Cajaravilla.
También en el primer tiempo dejó dudas una situación en la que el propio Avendaño pareció cometerle falta a Diego Martínez dentro del área pero el árbitro Pablo Díaz no vio penal.
Gimnasia de Jujuy, con pocas ambiciones y escasa penetración en el campo contrario, inquietó no obstante con un difícil centro de Jorge Luna que por poco no conectó Avendaño.
Y en otro remate de Luna fallaron Pena y Campodónico y los jujeños volvieron a estar cerca.
En el complemento Aldosivi volvió a aparecer "muy lejos" del arco rival, o buscándolo pero sin la fórmula para llegar con peligro. Nunca el equipo de Mar del Plata pudo poner a un delantero suyo en posición de gol, más allá de las buenas intenciones de Alejandro Aguirre, y de un par de aproximaciones por los costados de Diego Leclercq, y varios centros de Tello y Nilo Carretero que no encontraron destinatarios. En realidad, a Aldosivi le faltó imaginación y variantes para mover la férrea defensa de Gimnasia de Jujuy, que nunca arriesgó pero que en el transcurrir del segundo tiempo generó cierta zozobra con sus réplicas por las brechas que dejó la línea de tres local, sobretodo desde la salida de Juan Briones.
En efecto, Briones, de buen desempeño, fue reemplazado por Frangipane. Y además de que la contención de Aldosivi se desequilibró, el entrenador no profundizó en la idea de juntar al ex Belgrano con Alejandro Aguirre, quien fue reemplazado sobre la media hora por Jorge Velázquez.
Para un Aldosivi local la "sequía" ofensiva fue llamativa. Apenas inquietó con un remate del propio Aguirre desde afuera que se fue por arriba del travesaño, y con un desborde de Leclercq por izquierda que terminó en un remate débil del delantero en las manos del arquero.
Gimnasia de Jujuy, con poca participación en el juego, incluso llevó más peligro especificamente en una acción, quizá la más profunda de un pobrísimo segundo tiempo. Juan José Arraya abrió hacia la izquierda para Germán Castillo y penetró al área en busca de la devolución que pudo cortar por muy poco Campodónico, a medias, con la pelota boyando en el área chica. El arquero dio rebote en otra acción invalidada por supuesta posición adelantada, y se sumó a cierta confusión de un Aldosivi que mantiene el cero, necesita más juego y no genera casi situaciones. Pero suma y sigue.

Buen triunfo, nueva cara, viejos problemas

Más allá de algunas nuevas caras, de nombres renovadas, de un nuevo plan, más austero, pero en la prolongación de un mismo proyecto, Aldosivi de Mar del Plata no pudo despojarse de viejos problemas futbolísticos, aunque logró un muy importante triunfo ante Deportivo Merlo por 2 a 0 en el estadio del Mundial José María Minella, por la primera fecha de la Primera B Nacional.

Le faltó volumen de juego de la mitad de la cancha hacia adelante. Acumular volantes no es asegurarse el control en el medio. La realidad indicó que las buenas intenciones de Alejandro Aguirre para enlazar con los delanteros tuvo muy poca compañía. Casi nadie sintonizó con sus características de enganche, y a él mismo le faltó gravitación, algo que parece natural si se tiene en cuenta que fue su primer partido oficial desde la traspolación de dos categorías anteriores. No obstante, mostró algo de su calidad y fue el hombre que encontró la llave del partido junto con Darío Cajaravilla en una jugada con pelota detenida. El centro en córner del ex Unión fue bajado con un frentazo muy preciso del zaguero para colocar la pelota contra un palo, dónde no pudo llegar el arquero Jaime, para el 1 a 0.

Sería bueno ver muy pronto a Frangipane junto a Alejandro Aguirre en la gestación de Aldosivi. Si se acumulan tantos volantes, tranquilamente podrían jugar juntos. Esta vez el ex Belgrano y Huracán de Tres Arroyos ingresó justamente por Aguirre.

Los delanteros no estuvieron precisos, más allá del gol del final de Diego Martínez "con ayuda". En realidad, casi nunca les llegó muy “limpia” la pelota. Fue muy auspicioso lo de Laureano Tello por derecha. Un “producto” del Proyección que ya parece haber “madurado” para darle un buen aporte a Aldosivi.

En el fondo también viejos problemas. Esa maldita línea de tres a la que se sigue recurriendo y que genera más brechas que certezas. Contra un rival muy limitado, surgieron inconvenientes impensados en el primer tiempo, con un tiro en el palo de Torres incluído, y un par de temerarias subidas de Pena para salir a cortar demasiado lejos. Para cubrir la franja izquierda, de todos modos, la derecha del ataque rival, al menos ahora Nilo Carretero colabora mejor en el retroceso.

De cualquier forma, el crédito quedó más que abierto. Siempre es mejor hacer las correcciones con los puntos en el bolsillo. Aldosivi hizo pesar la localía en el comienzo del campeonato y sumó un triunfo valioso. Hay tiempo para todo lo que falta.

Lo bueno y malo de Boca y Vélez

Volvió el fútbol a la Bombonera. Y volvió el “fútbol-alegría” del Coco Basile, con un primer tiempo en el que se produjeron los primeros bellos encuentros entre Riquelme e Insúa. Y volvió el fútbol del campeón Vélez, práctico, con temple y paciencia para reaccionar en el segundo tiempo siempre con la pelota como aliada.

Volvió el fútbol a la Bombonera. Y si bien todavía no llegó la gran ampliación, o el proyecto medio de remodelación que ya se había ideado con Pedro Pompilio, nos encontramos con cambios interesantes en el sector de prensa. Se amplió la zona de pupitres para la prensa escrita, a la vez que se sumaron más plateas medias que se le ganaron justamente a ese lugar de prensa. ¿Cómo fue posible? Se agregaron filas de butacas hacia arriba, elevando el sector de prensa, pero a la vez se sumaron más butacas para periodistas en la parte más alta y hubo un achicamiento horizontal, con ubicaciones más angostas, para el aprovechamiento integral del espacio. Un anticipo de lo que puede venir en otros sectores de la cancha de Boca, que justamente ayer fue elegida por el diario Times de Inglaterra como la séptima más bella e importante del mundo, en un ranking que puso al de Borussia Dortmund como el mejor estadio del orbe.

Volvió el fútbol a la Bombonera, con los once de memoria del Coco y una interesante producción de Boca en el primer tiempo. Bien parado, con presión de la mitad de la cancha hacia adelante, con conducción bien participativa de Riquelme y buen acompañamiento de Insúa y Mouche, aunque esta vez con un Palermo desconectado, que no pudo sumarse al circuíto de juego. Los problemas de Boca aparecieron en el segundo tiempo, y sobretodo en la defensa. Cuando se desdibujó Gabriel Paletta (de buen primer tiempo), cuando ya no estuvo Medel (también de buena etapa inicial) y cuando se agudizaron los problemas de Morel por su lateral. Además, con la salida de Riquelme por un problema en sus gemelos, Boca perdió el control del balón que lo mantenía lejos de su arco y se vino Vélez, que no es poca cosa.

La ecuación fue al revés en el campeón del fútbol argentino. Llamativos problemas defensivos tuvo Vélez en la etapa inicial, provocados sí en parte por la presión de Boca, pero también por una nerviosa y desordenada tarea de la zaga Otamendi-Sebastián Domínguez, justamente en la que había pensado Maradona como una alternativa para enfrentar a Brasil. En el caso de Otamendi se comprobó, en forma “patente”, que a veces no hay que acelerar los tiempos de los futbolistas. El pibe tuvo quizá su peor producción en primera división justamente en el momento en el que ya muchos lo elevaban subitamente a un sitial de crack y casi seguro titular en el clásico de Rosario. Tiempo al tiempo.

Pero al contrario de Boca, el equipo de Ricardo Gareca se corrigió en defensa en el segundo tiempo y creció en ataque, no con el brillo que el equipo de Basile expuso en el arranque, pero sí con el talento colectivo, la paciencia y la practicidad de un equipo que sabe como esmerilar rivales con la circulación del balón alimentada por la dinámica de su mediocampo, con un Víctor Zapata que creció hasta equilibrar en la zona en la que Boca había sacado diferencias.

Pronóstico reservado para el desquite por la Copa Sudamericana, previsto recién para el 16 de septiembre. Se trata de dos muy buenos equipos, con matices en sus argumentos, que legitimaron sus aspiraciones con sus pasajes interesantes en la Bombonera, más allá de la ventaja puntual para Vélez por el gol de visitante que vale doble.

La realidad y la presunción

En periodismo se dice que está todo inventado. Aunque los desquicios que se llevan adelante en su nombre nunca dejan de asombrar. Hoy asistimos en Argentina a un extraño fenómeno. El periodismo nacional, en la mayoría de sus expresiones, invierte la carga de la prueba. Primero interpreta y después, si puede, le queda tiempo y le viene en gana, informa.

En nombre del "nuevo periodismo" (que reniega del viejo paradigma de la pirámide invertida, por ejemplo) se salta la valla facilmente para el otro lado y directamente se deja de informar. Sólo se interpreta. En algunos casos, de buena fe, en muchos de ellos, interesadamente.
En periodismo siempre se está aprendiendo. En consecuencia, no cabe andar juzgando a los colegas sin fundamentos. Pero sí, ya que están tan preocupados por el debate y "la República pura", sería bueno que todos hicieran un acto de constricción y preguntarse hasta que punto cumplen con las premisas básicas del oficio.

Los que siempre estamos aprendiendo, en consecuencia, debemos recurrir primero a los grandes maestros. Uno de ellos, Jacobo Timmerman, verdaderamente "revolucionario", a quien no se puede acusar precisamente de exponente del "viejo periodismo", porque con La Opinión fue un baluarte del "nuevo periodismo", ya en el atardecer de su sólida y accidentada trayectoria, llegó a La Razón e instaló un modelo que debería quedar como enseñanza permanente para medios y periodistas, independientemente de enfoques, ideologías y líneas editoriales. En La Razón de Timmerman,- que duró poco y no tuvo éxito (ya seguramente lo van a apuntar a los que solo les importa eso), las noticias más importantes (que no son tantas en un día) las trataba de la siguiente manera: en una página completa, arriba estaba la noticia pura, concreta, con fundamentos, datos, argumentos. Y debajo de ella aparecía sí un testimonio o varios de los protagonistas de ese hecho y una columna de opinión, con la consiguiente interpretación.
Hoy, en los noticieros argentinos, y en las páginas de algunos o varios diarios, se hace todo lo contrario. Primero, se interpreta. Tanto que la noticia es directamente la propia interpretación y nunca sale a la luz la información real.

Esta mécanica se vio claramente, por ejemplo, con esto de la rescición del contrato de la AFA con TSC y el convenio de asociación con Estado rubricado ayer por la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner.

Se dice ligeramente que "el Estado no respetó un vínculo firmado" y se usa el latiguillo recurrente de la "seguridad jurídica" cuando la información real es que quien rescindió es contrato entre privados fue la AFA. Se instaló ya, además, incluso antes de que la información pura se conociera, el facilismo de que "el Estado gasta 600 millones en el fútbol y no en los pobres". La fórmula utilizada, sin fundamento alguno, da vergUenza ajena en nombre de la profesión que amamos. ¿Se tomaron el trabajo de averiguar de qué presupuesto se toman esos 600 millones? ¿Investigaron si se trata realmente de un gasto o de una inversión facilmente recuperable? A los que subitamente les interesa la pobreza: ¿Preguntaron si una parte no se toma directamente de gastos de publicidad, y no precisamente de gastos de asistencia o algo que tenga que ver con "los pobres"?

Se escribió en una columna de opinión, en este mismo espacio plural, que "el fútbol arrastró al Estado a uno de los peores negocios de su historia". ¡Pero si todavía ese "negocio" no empezó! ¿Cómo se puede decretar ya que será "el peor negocio"! ¿Por qué se obvian, además, todos los datos que indicarían lo contrario, que el fútbol es justamente uno de los "negocios" más rentables en el mundo entero?

En la misma columna aludida ¿se informa? sobre la "presunta TV gratis". ¡¿Cuál es el fundamento para recurrir al término "presunta", si efectivamente hoy empieza la primera fecha del Apertura del fútbol argentino con televisación abierta y gratuíta de todos sus partidos?!
A sentarse en algún sillón mullido, hoy a las 19 y a las 21, mañana desde las 14 y el domingo desde la misma hora. O desde la más humilde silla. Ya no hay que pagar extra para un bien cultural de los argentinos. Ni dejar a la familia e ir y gastar en un café para ver a Boca o River. Eso, hoy por hoy, es así. Un dato contundente de la realidad. No una presunción. Esa es la información, lo que Timmerman ponía arriba. Aunque nunca el maestro renegaba de la interpretación y los testimonios.

El fútbol cambia de manos: la madre de todas las batallas

La AFA decidió, con el voto unánime de 102 dirigentes presentes en Ezeiza, romper el contrato con la empresa Televisión Satelital Codificada (TSC) y todo el conglomerado y el "grupo" que estaba junto a ella, que regía para la televisación de los partidos del fútbol argentino hasta 2014. Los motivos radican en el reclamo de los clubes por más ingresos por la televisación. El vocero de la AFA, el periodista Ernesto Cherquis Bialo, anunció que ahora la AFA está abierta "a todo tipo de negociación". Ya habría un principio de acuerdo del presidente de la AFA, Julio Grondona, -en nombre de los clubes- con el gobierno nacional que encabeza la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, para que el Estado tome el control de la cuestión y se concrete la televisación de varios encuentros de primera división para todo el público, sin pago a adicional, por TV abierta y pública, y para que también se de paso a un proceso licitatorio que abra el espectro de la televisación del fútbol para diferentes cadenas, como podrían ser Telefé, América o Espn, entre algunas que se mencionan que estarían interesadas, abiertas o de cable, pero en ningún caso, en principio, para codificar.

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¿Cuánto imaginan que ganan las empresas de televisión que le pagan 268 millones de pesos anuales a los clubes, a través de la AFA, para tener la exclusividad del fútbol? Presumiblemente no menos que el doble. Quizá mucho más. ¿Por qué entonces, ahora que trascendió que el gobierno nacional pondría unos 500 millones para que los partidos se vean por Canal 7, para todo el mundo, salen a decir que el Estado debería ocuparse de otras cosas más urgentes sin aclarar debidamente que esta sería una inversión facilmente recuperable?
La madre de todas las batallas ya se consumó y 102 dirigentes del más amplio espectro del fútbol argentino acaban de dar un paso histórico y revolucionario al rescindir el contrato con las empresas de televisión que tenían los derechos exclusivos de los partidos, alineandose unanimemente con el presidente de la AFA Julio Grondona. El fútbol por TV pasaría ahora a la órbita de Canal 7, la Televisión Pública, por un acuerdo inicial con el gobierno nacional que encabeza la doctora Cristina Fernández de Kirchner y seguramente también se iniciará un proceso licitatorio para que se abra el espectro y los partidos se vean en distintas pantallas, con más posibilidades para que el público de todo el país los pueda disfrutar sin un pago extra, al menos varios de esos encuentros.
El fútbol, que es parte de la cultura de los argentinos, pasaría, en gran parte, a la televisión pública, en un caso inédito en América. Pero, más allá de las voces discordantes que se escucharán por estas horas y las presiones de todo tipo que se ejercieron, habrá que aclarar, que esto, en principio, no le costará ni un peso al contribuyente, más allá de la inminente intervención del Estado. Es que el fútbol no es precisamente un negocio deficitario...
Porsupuesto que el Estado debe ocuparse de cosas "más urgentes" y para ello debe profundizar en el camino de la redistribución de la riqueza, aunque le corten las rutas. Y porsupuesto que la pobreza es más importante que el fútbol y que cualquier otra cosa. Para el Papa, para la Argentina de hoy y para la de ayer (que se ocupaba menos), para todos nosotros. Ahora parece que también para los que subitamente reparan que existe, y la declaman en el lugar menos esperado, sin pudor ni retenciones. La pobreza, está claro, siempre fue un escándalo, bien lo dijo el Santo Padre. Pero aquí, allá, y más allá...Ayer, hoy, y mañana. La pobreza es un escándalo en nuestra aldea, en el patio trasero, y dónde lo que se gasta en la carrera y la industria armamentística serviría para terminar con el hambre de todos. La pobreza es un escándalo. Pero más escándalo aun sigue siendo la riqueza opulenta que la hace posible.
Pero, ahora que ya se rompieron todos los esquemas que regían hasta ahora la dinámica del fútbol argentino, habrá que aclarar un par de cuestiones para que no se use demagogicamente a "la pobreza" también en este caso. Ante todo, el Estado no pagaría un "subsidio" de 500 millones sin retorno, con dinero que podría ser destinado a paliar algún indicativo de pobreza. El Estado, en todo caso, intervendría para invertir una suma facilmente recuperable y superable en el negocio del fútbol, si se tiene en cuenta, se insiste, que el o los privados que están dispuestos a desembolsar casi 300 millones no lo harían sino pudieran recuperar facilmente, por lo menos, el doble. Además, el prode bancado sería otra fuente de ingresos agregada. Otra aclaración: es el fútbol el que fue a buscar al Estado, y no al revés, además porque el fútbol no le encuentra la vuelta al desfasaje por los costos de los operativos de seguridad y a la cuestión impositiva y las empresas televisivas no se lo solucionan.
Por último, ya se escucharon, cuando todavía no es oficial este acuerdo para que haya fútbol para todos,-pero ya con el contrato rescindido con las empresas que manejaban los derechos de televisión-, las voces de los "republicanos puros" que reclaman "seguridad jurídica". No pedían la misma "seguridad jurídica", por ejemplo, cuando Videla o Astiz caminaban por nuestra misma vereda o cuando se entregaba el país, el dinero de nuestros jubilados y las joyas de la abuela con la abuela también, todo a precio vil. En esa rigurosidad habrá que ver quien deshonró primero este vínculo, continuará ahora la batalla legal, y, en cualquier caso, no es un contrato que no cumple el Estado, que llegaría para auxiliar después.
Y. más allá de las intrigas políticas, está claro que nunca habrá que perder de vista el orden de prioridades pero tampoco habrá que hacerse demasiado eco de la falsa demagogia que niegue la importancia del fútbol como bien cultural de los argentinos.

La madre de todas las batallas

¿Cuánto imaginan que ganan las empresas de televisión que le pagan 268 millones de pesos anuales a los clubes, a través de la AFA, para tener la exclusividad del fútbol?

Presumiblemente no menos que el doble. Quizá mucho más. ¿Por qué entonces, ahora que trascendió que el gobierno nacional pondría unos 500 millones para que los partidos se vean por Canal 7, para todo el mundo, salen a decir que el Estado debería ocuparse de otras cosas más urgentes sin aclarar debidamente que esta sería una inversión facilmente recuperable?

La información indica que por estas horas, cuando ya se está librando la madre de todas las batallas, los dirigentes de los clubes de primera división analizaban si se alinearán con Julio Grondona en su supuesta postura de romper el contrato con las empresas de televisión que tienen los derechos para trasladar el fútbol a la órbita de Canal 7, la Televisión Pública, o si le dan la espalda como casi nunca en los treinta años que lleva al frente de la AFA.

Porsupuesto que el Estado debe ocuparse por cosas "más urgentes" y para ello debe profundizar en el camino de la redistribución de la riqueza, aunque le corten las rutas. Y porsupuesto que la pobreza es más importante que el fútbol y que cualquier otra cosa. Para el Papa, para la Argentina de hoy y para la de ayer (que se ocupaba menos), para todos nosotros. Ahora parece que también para los que subitamente reparan que existe, y la declaman en el lugar menos esperado, sin pudor ni retenciones. La pobreza, está claro, siempre fue un escándalo, bien lo dijo el Santo Padre. Pero aquí, allá, y más allá...Ayer, hoy, y mañana. La pobreza es un escándalo en nuestra aldea, en el patio trasero, y dónde lo que se gasta en la carrera y la industria armamentística serviría para terminar con el hambre de todos. La pobreza es un escándalo. Pero más escándalo aun sigue siendo la riqueza opulenta que la hace posible.

Pero, por "si finalmente la sangre llega al río" y se rompen todos los esquemas que rigen hasta ahora el fútbol, habrá que aclarar un par de cuestiones para que no se use demagogicamente a "la pobreza" también en este caso. Ante todo, el Estado no pagaría un "subsidio" de 500 millones sin retorno, con dinero que podría ser destinado a paliar algún indicativo de pobreza. El Estado, en todo caso, intervendría para invertir una suma facilmente recuperable y superable en el negocio del fútbol, si se tiene en cuenta, se insiste, que el o los privados que están dispuestos a desembolsar casi 300 millones no lo harían sino pudieran recuperar facilmente, por lo menos, el doble. Además, el prode bancado sería otra fuente de ingresos agregada. Otra aclaración: es el fútbol el que va a buscar al Estado, y no al revés, además porque el fútbol no le encuentra la vuelta al desfasaje por los costos de los operativos de seguridad y a la cuestión impositiva y las empresas televisivas no se lo solucionan.

Por último, ya se escucharon, enseguida que se conoció el trascendido de este posible acuerdo entre la AFA y el gobierno nacional (para que los partidos, vale resaltarlo, los puedan ver todos por Canal 7 y Canal Encuentro, en principio), las voces de los "republicanos puros" que reclaman "seguridad jurídica". No pedían la misma "seguridad jurídica", por ejemplo, cuando Videla o Astiz caminaban por nuestra misma vereda o cuando se entregaba el país, el dinero de nuestros jubilados y las joyas de la abuela con la abuela también, todo a precio vil. Pues bien, si son tan rigurosos deberían esperar los acontecimientos. Si un contrato finalmente se corta habrá que comprobar quien los deshonró primero, si no hay alguna deuda de por medio, por ejemplo, para que la otra parte decida "romperlo".

Por el contrario, "si la sangre no llega al río", también el Estado, en este caso, puede ser un instrumento de presión en favor de los clubes (que, a no olvidarlo, son entidades sin fines de lucro que promueven el deporte, más allá de los desaguisados de algunos de sus dirigentes) para conseguir el alivio económico esperado, para que las empresas de televisión paguen más, y, ojalá, para que el hincha no sea el "pato de la boda" y rescate algún beneficio, con más partidos sin codificar.

En cualquier caso, sin perder de vista el orden de prioridades, pero sin falsa demagogia que niegue la importancia del fútbol como bien cultural de los argentinos.