Pelota Cibernética, la novela de los mundiales

La edición ampliada y corregida del libro "Pelota Cibernética, la novela de los mundiales", de Vito Amalfitano, que publica Ediciones Corregidor, se presentará oficialmente el próximo lunes 3 de mayo a las 16 nada menos que en la sala Roberto Arlt de la "Feria Internacional del Libro de Buenos Aires", con el auspicio de la Secretaría de Deportes de la Provincia de Buenos Aires y el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires.
La presentación en la Feria del Libro, que este año lleva el lema ""Festejar con libros 200 años de historias", estará a cargo del autor Vito Amalfitano,-jefe de deportes y prosecretario de redacción de LA CAPITAL-, junto al reconocido periodista Horacio Pagani,-42 años en Clarín, y ahora con participación destacada en TyC Sports y Radio Mitre- y el Secretario de Deportes de la Provincia de Buenos Aires, Alejandro Rodríguez. También participará el relator marplatense Juan Carlos Morales, autor de uno de los prólogos. El otro prólogo, en esta nueva edición, está escrito por nada menos que un técnico campeón del mundo, César Luis Menotti.
"Pelota Cibernética, la novela de los mundiales", es una obra de ficción que repasa todas las Copas del Mundo, y que incluye también, entre otras cosas, ensayo sobre el fútbol del pasado y el futuro, un cuento de Walter Saavedra y datos reveladores sobre hechos paradigmáticos de los mundiales, como, por ejemplo, el dóping de Maradona en Estados Unidos 1994.
Esta edición ampliada y corregida prolonga la historia en el Mundial de Alemania 2006 y más allá, y se publica justo en la previa de Sudáfrica 2010.
La obra contiene, además, un dossier con todas las síntesis de todos los partidos de todos los mundiales, es decir un material de consulta, incluso para los chicos que en las escuelas trabajarán con esta temática en el mes de junio. Todos los jugadores, todas las incidencias y todos los estadios de la historia completa de los mundiales.

El orden de los factores no altera el producto

¿Qué es más importante? ¿La generosidad para entregar un gol que pudo hacer uno, o no quedarse a esperar para abrazar al autor como sí lo hizo en decena de oportunidades?
Una vez más parte del periodismo argentino,-lamentablemente no solo en cuestiones más nimias como el fútbol-, invierte la carga de la prueba.
Nadie puede meterse en el pensamiento o los sentimientos del otro. Poder, como poder, se puede interpretar... O sino recopilar datos, detalles, momentos y ordenarlos como quiera, al gusto del consumidor...
* El 25 de marzo pasado más de tres cuartas partes del estadio eligió a Riquelme en una "compulsa pública" nada menos que frente a Maradona. Solo la "barra brava" se pronunció por el DT de la Selección.
* Una buena fuente indica que integrantes de la "barra brava" estuvieron días pasados en un entrenamiento de Boca en Casa Amarilla, lo encararon a Riquelme y le dijeron que le tenía que "hacer más pases a Palermo" (SIC).
* El domingo 4 de abril pasado, en la Bombonera, tras la derrota de Boca ante Central, Martín Palermo salió a decir que "hay que tomar decisiones ya".
* A partir del lunes 5 por lo menos tres periodistas muy cercanos a los sectores "macristas" de Boca salieron a dar por seguro que la dirigencia había tomado "la decisión" de ofrecerle el cargo de DT a Guillermo Barros Schelotto, y se ocuparon en afirmar que "la mayoría" de los directivos no querían renovarle el contrato a Juan Román Riquelme. El de más volumen dijo por radio que "Riquelme es el culpable de todos los males de Boca" (SIC).
* "Nunca trabajó para erradicar a la barra, todo lo que vi es lo contrario", explica Gustavo Grabia sobre el actual jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, el ingeniero Mauricio Macri. Según el libro, "La Doce. Historia de la Barra Brava de Boca", este grupo conspicuo contó, en la "Era macrista", con "aviones pagos a Chile, Japón o donde Boca jugara; hoteles con el plantel; molinetes libres en la Bombonera, entradas para reventa y visitas a las filiales para llevar a jugadores del club. La 12 podía, además, lo que ningún otro socio: jugar picados en Casa Amarilla, donde se entrena la primera" (...).
* El pasado 9 de marzo Martín Palermo fue agazajado en la Legislatura Porteña, en homenaje al que concurrió especialmente el Jefe de Gobierno, Mauricio Macri, con quien el goleador histórico juega habitualmente al tenis.
* A la Legislatura Porteña fue el ataque de una parte de la "barra brava" de Boca, acción que el juez Bergez incluyó en su investigación para imputar a alguno de sus jefes, refiriendose a la "connivencia" de estos con personal de la Comisaría 24 y con altos dirigentes del club.
* Después de la gran jugada de anteayer, en la que Riquelme pudo haber convertido un gol tan espectacular como el que marcó después, en el segundo tiempo, pero prefirió servirselo a Palermo para que llegara al impresionante récord de los 219, el 10 salió a celebrar hacia el vértice izquierdo de la tribuna que da a Casa Amarilla, casi en el ángulo con los plateístas, debajo del palco de prensa, casi de espaldas a "La 12". Palermo había superado a Cherro para convertirse en una leyenda de Boca. Casi toda la Bombonera, reconociendo como fue la factura de la conquista, gritó, antes que nada, "Riqueeelme, Riqueeelme...". La "barra" solo gritó por Palermo.
* También anteayer, antes de empezar el partido, otra vez más de tres cuartas partes de la Bombonera gritó por Riquelme y mostró banderas y pancartas en su respaldo, después de todo lo que se había dicho en la semana anterior. El 10 saludó con brazo derecho en alto hacia la popular de socios, las plateas centrales y el palco bajo. No hizo el giro clásico completo. Evitó saludar hacia el sector dónde se ubica "La 12". Enseguida se escuchó el grito "Palermo, Palermo", justamente desde esa tribuna que da a Casa Amarilla, y el 9 saludó hacia...dónde se ubica la "barra brava".
* En el golazo de Riquelme de inicio del segundo tiempo, lo fue a abrazar Palermo. En el segundo tanto del 9, quien fue a abrazarlo fue el 10. Esa imagen, con el orden de los factores sin alterar el producto, se repitió por cientas en los últimos diez años de Boca, los de más gloria de toda su historia, con el 10 y el 9 como protagonistas principales...

Lio

Es argentino hoy el mejor futbolista del mundo. O el más destacado en este momento. Pero además se arriesga que disputará el sitial del mejor jugador de la historia, que le pertenece a su actual entrenador en la Selección, y que también es argentino.
No nos llamemos a engaño. Lio Messi es el mejor de todos, podrá ser o no, como dicen algunos, el más importante en la historia (tiene el Mundial o varios mundiales por delante para demostrarlo), y es un genuino producto genético del fútbol argentino. Es cierto. Pero no es un producto de la "cantera" o "fábrica de sueños" de las inferiores de nuestro fútbol.
Por el contrario, se sabe, Messi es "canterano" de Barcelona. Y nada es casual. La frescura de Messi, con genes argentinos, se desarrolló con la contención de Barcelona, de su actual entrenador Pep Guardiola, con la "escuela Cruyff" desde las inferiores y en el contexto de un fútbol español que privilegia desde hace varios años el toque y el buen juego por sobre "la furia" de otrora, que apuesta más al desarrollo de la técnica que al "laboratorio".
¿Hubiera podido Messi crecer libre en su frescura, con esa contención, con esa tranquilidad, en la histeria que domina hoy y desde hace mucho nuestro fútbol? Probablemente sí, porque es un "superdotado", pero seguramente con más dificultades. De cualquier forma sería una excepción. Porque lo que domina hoy al fútbol argentino es eso, la histeria.
Y empecemos por nosotros: histeria que probablemente parta de los mensajes equivocados desde la prensa. Histeria que germina en los pibes y se expande en técnicos de inferiores y padres descontrolados. Equipos de inferiores que juegan "con línea de 3" (algo que, además, encierra incapacidad: la línea de 3 es más fácil de explicar), con "carrileros", sin laterales genuinos, en algunos casos sin enganches o conductores. Y con entrenadores que le apuntan más al resultado que a la formación, y padres que insultan a los árbitros y a esos mismos técnicos. Y representantes que acechan como "buitres".
(A propósito: material imperdible para entender el fútbol argentino de hoy es el documental "Argentina y su fábrica de fútbol", de Sergio Iglesias, que presentó ayer la Universidad Nacional de Mar del Plata y que probablemente muy pronto se pueda ver por TV en el Canal Encuentro).
El resultado de esa histeria, de este estado de cosas, no es casual. En primera división el fútbol argentino es hoy una confusión generalizada. Y, lo más grave, es que lejos de formar algún Messi, cada vez aparecen menos jugadores con proyección y personalidad. Se los apura, se los frustra, se los carga de obligaciones, y no tuvieron la formación técnica necesaria desde abajo. Algunos hasta casi no saben pegarle a la pelota.
Y entonces Boca y River no sólo penan en el fondo de la tabla sino que tienen que renovar más de medio plantel y no saben de dónde rescatar los reemplazantes. Más Boca que River mira para atrás y se encuentra con un abismo. River mejoró el trabajo en inferiores y hay alguna esperanza. En cambio justamente Abel Alves le había advertido a LA CAPITAL hace dos años que lo que viene desde abajo en Boca no es tan bueno como lo que pasó.
Y la histeria nos tapa. En River asume Passarella, quien pone en inferiores un entrenador como J.J. López, muy idóneo y con conceptos claros para la reconstrucción desde la base, pero ya le echan culpas al nuevo presidente por un plantel de primera y las divisiones más grandes por las que no es responsable.
Y en otro grande un técnico que fue primero y último, cambia 8 jugadores por partido y los futbolistas ya no saben qué puesto ocupan. Y en otro en una semana se pierde un DT y un manager que son los entrenadores más ganadores de la historia del club, y a los pocos días también "eyecta" al arquero con más títulos. Y al arquero que lo reemplazó, con errores antiguos y nuevos, se lo saca a su vez media hora antes de un partido y el pibe reacciona con una falta de respeto que no tuvo el más consagrado que aceptó ir al banco "sin chistar".
Está todo dado vuelta. No se respetan trayectorias ni identidades ni tiempos ni investiduras. Se juega como se vive. Y todo se mide como a uno le conviene en la feria. No dar quórum es "antidemocrático" si lo hace el otro. Si lo hace uno, no. Sembrar o promover "el caos" y el apocalipsis le conviene a muchos. Desde un púlpito de televisión, desde una banca, o desde el banco. En la cancha o fuera de ella.
Menos mal que Lio se formó en Barcelona. Y no en este lío. Si no hubiera sido así, capaz que ya no teníamos chances en el Mundial?

Siempre a destiempo

Ahora se sabe fehacientemente porqué a la Ciudad de Buenos Aires la gobierna nadie. Se comprueba porque la taparon el agua, los espías, las escuchas ilegales, los ADL engordados, los policías fascistas y procesados y el odio y la discriminación hacia "trapitos" y "piqueteros" no rurales.
La Ciudad de Buenos Aires no tiene gobierno y aparece tapada por todas esas cosas, porque quien fue elegido como Jefe de Gobierno hace más de dos años se empecina en seguir ejerciendo como dirigente de Boca. Siempre a destiempo. Cuando era, efectivamente, presidente de Boca, se creía que era jugador y técnico. Y que el secreto del éxito en verdad lo tenía él. Y la verdad es que él, como siempre, tuvo el éxito de poner dinero. Pero, por un lado, el verdadero ideólogo de los grandes cambios en Boca fue el querido y malogrado Pedro Pompilio, continuador del también muy apreciado Don Antonio Alegre y Carlos Heller, quienes sacaron al club del abismo. Pero, por otro lado, el verdadero secreto del éxito de Boca para transformarse en unos diez años en una de las divisas más ganadoras de títulos internacionales en el fútbol mundial, fue y es Carlos Bianchi, conductor de una formidable generación de futbolistas, algunos de ellos, nobleza obliga, traídos a Boca con la billetera del ingeniero.
Pero el que eligió bien, muy bien, casi nunca fue "El Pibe". En todo caso en el club se dice que hay que darle la derecha en la contratación de Rodrigo Palacio (que vino con Bilos en el paquete) y, con algunas salvedades, en haber traído a Jorge Griffa, quien dejó algunas prácticas buenas en la cantera, y otras no tanto. Fuera de eso, elegir, lo que se dice elegir, por opción propia y convincente, fue lo de Bilardo y Veira. No lo de Bianchi, por ejemplo, que era el técnico de Heller y que no llegó a firmar justamente porque no alcanzó la billetera y había otras urgencias. Tampoco su elección fue Basile, a quien no quería en Boca, aunque después, cuando ganó los cinco títulos seguidos, se lo adjudicó porque le servía, para tratar de demostrar que él también podía ser exitoso sin Bianchi.
La nueva Bombonera y la Bombonerita también fueron ideas y maquetas de la conducción anterior, trasladadas por Pompilio, y él fue el "Tío Rico", que las pudo ejecutar. Nada fue gratis, igual. También hubo un Fondo de Inversión que fue en realidad un "barril sin fondo". Y el rédito político siempre fue para él. Y Boca fue, efectivamente, una plataforma para esta nada misma que es su nueva "actividad" oficial.
Lo cierto es que en todo ese tiempo él se atribuyó todo o casi todo. Se sintió siempre el técnico y el principal jugador. Cuando en realidad era el presidente.
Ahora no es el presidente, no es dirigente. Pero, por lo visto, sigue manejando cosas en las sombras.
Desde que Pompilio tomó las riendas quiso "limpiar" rápidamente de macrismo al club. Dos golpes de efecto lo demostraron: la contratación definitiva de Riquelme (el del "Topo Gigio" al ingeniero) y el ofrecimiento a Bianchi para que sea manager y/o técnico cuando quiera, con la posterior designación de Carlos Ischia.
Pero Pedro no pudo completar su obra. Y la directiva mantiene, hasta estos días, una discutida mayoría "macrista".
Esos dirigentes, esa mayoría, y ese hombre que pretende seguir manejando el club desde su oficina de Avenida de Mayo (mientras la Ciudad se hunde), quieren sacarse de encima a Riquelme, por lo que significa en resistencia, por su ascendencia en la gente. Y para eso eligen a alguien que aún no es técnico como Guillermo Barros Schelotto, cuando hay otras alternativas- y si quieren "del riñón" de Boca, al propio Diego Cagna-.
Sólo su cinismo y su oportunismo de campaña lo habían llevado a contratar a Riquelme por seis meses en 2007. Cuando fue elegido para el cargo que aún no ejerce, ya no le sirvió más. Y ahora quiere sacárselo de encima definitivamente.
Pero hay un pequeño detalle: la gente. La gran mayoría del público de Boca ungió a Riquelme como su máximo ídolo en la tarde del 25 de marzo, cuando cantó por él nada menos que por sobre Maradona.
¿Quién pagará el costo político de su eventual salida? ¿El presidente se dejará doblar la muñeca? ¿Se concretará finalmente desde Avenida de Mayo el golpe institucional en Boca que quizá hubieran querido dar en otras órbitas más importantes?

Sin tiempos para experimentos

Tenía razón Basile. El problema de Boca era futbolístico. Lo hicieron extrafutbolístico y mediático, los dirigentes se dejaron llevar, no supieron resolver lo que les venía de afuera, y lejos de mejorar lo que había que perfeccionar en la cancha, lo empeoraron.
Se la pasaron hablando de las internas de los jugadores, y, en realidad, lo que manchó la pelota fue la interna de directivos, que se devoró, en una semana, a los dos entrenadores más ganadores de la historia del club, Carlos Bianchi y Alfio Basile, y el arquero con más títulos, Roberto Abbondanzieri, que hoy -lejos de pelear los últimos puestos de la tabla en la liga argentina- es figura otra vez en la Copa Libertadores.
Basile pedía refuerzos urgente. Sobre todo en defensa. Boca tiene desde hace largo tiempo la peor defensa del fútbol argentino. Se la agarraron con el arquero, que era Superman para arreglárselas con esa última línea. Ahora lo comprueban los brasileños de Inter. Y Javier García, que es un buen proyecto de arquero, está otra vez en la "picadora", como lo estuvo en ese triangular que Boca ganó por muy poco para ser campeón pero en el que hubo errores groseros del juvenil golero. Ya lo dijo Hugo Gatti: "Un arquero está preparado para Boca cuando ya le hicieron como mil goles". Pusieron el carro adelante de los caballos, se aceleraron los tiempos, y el resultado está a la vista. Después de su notable tarea ante River -que sirvió para ratificar sus enormes condiciones técnicas- volvió a cometer fallas garrafales, como ante Chacarita, forzadas quizá por una retaguardia que "mete miedo".
En esto de acelerar tiempos, de adelantarse peligrosamente en los procesos, los dirigentes pueden volver a equivocarse. Desde afuera les hacen "lobby" de un lado y del otro, proponen algún técnico, los "macristas" están empecinados en que se vaya Riquelme, cuando antes lo fueron a buscar para que les salve la campaña en la Ciudad de Buenos Aires a la que ahora no saben cómo gobernar.
Guillermo es, efectivamente, un buen proyecto de entrenador. Ve bien el fútbol, tiene ideas claras, pero literalmente es aún jugador. Se lo debe preservar para el futuro. Diego Cagna es hoy mucho más DT que Guillermo -sencillamente porque Barros Schelotto aún no lo es- pero hay que ver si lo suficiente como para soportar el peso de Boca, y de este Boca. "El Flaco" Menotti dice que él "se recibió" de entrenador aún después de ser campeón del mundo en 1978, que Passarella y Bielsa también "se recibieron" mucho después de haber dirigido a la Selección en un Mundial. Está claro que, por ejemplo, Diego Simeone aún no lo es. Y hay que ver si sus histerias "tinnelianas" alguna vez se lo permiten.
Boca no tiene tiempo para experimentos. Su situación terminal requiere ya de un técnico capacitado, probado, con experiencia, con ascendencia sobre los jugadores, que sepa. Si a Riquelme y Palermo les habla un DT que sabe más que ellos, se terminan los rumores de internas. El futbolista "mide" al técnico y si enfrente encuentra sabiduría -o al menos inteligencia, intuición y oficio- respeta, y se terminan las discusiones. El perfil ideal es Carlos Bianchi, pero aparentemente no está a disposición ya, por sus compromisos profesionales (el Mundial por TV) y familiares (el nacimiento de su próxima nieta en Francia). Miguel Angel Russo o Julio César Falcioni están trabajando. Angel Cappa, en cambio, está libre, en España, es un DT "casi campeón" (no lo fue sólo por un fallo arbitral insólito) y reúne esas cualidades de poder hablarle a un Riquelme o un Palermo desde el conocimiento, para que lo respeten. Llegó en la última parte de un campeonato a Huracán, ordenó la casa, y la gran campaña vino en el siguiente. Se dirá que Boca es diferente, claro. Pero también es cierto que en Boca tiene más elementos, además de más y mejores jugadores. Pero también sacó adelante momentos "calientes" en otro grande como Racing, dirigió nada menos que a Real Madrid (en dupla con Jorge Valdano, adivinen quién tenía más contacto con los futbolistas...), y también a Boca. Sí, aunque se pueda decir que no es "del riñón" (¿Bianchi lo era? ¿Russo lo era?), Angel Cappa dirigió a Boca cuatro partidos y está invicto. Fue en la liguilla de 1987, por una operación a la que fue sometido Menotti. Boca eliminó a Armenio (4-2 y 2-2) y a Newell's (1-0 y 5-2). Pero no sólo eso: hizo en esa etapa un gran trabajo de base en Boca, con un ex entrenador de Alvarado como colaborador (el malogrado Rodolfo Carapella) y con "productos" reconocidos que surgieron de esa tarea en la cantera, como Diego Latorre y Walter Pico.
De una forma u otra se vienen tiempos de cambios en Boca. Y los dirigentes deberían saber que no se puede improvisar más.