Argentina pisa fuerte

Un paso atrás en fútbol, en el rendimiento, en el funcionamiento, en el juego. Un paso adelante en la contundencia, en los números, en el camino hacia la Copa al quedar nada menos que entre los ocho primeros del Mundial. Argentina no pisa firme, pero pisa fuerte en Sudáfrica.
Argentina no juega bien como equipo, pero gana bien por su ataque letal. Por el valor agregado de Lionel Messi, Carlos Tevez, Gonzalo Higuaín, casi, casi, los mejores delanteros del Mundial.
Poco ha cambiado en la instancia de octavos con respecto a lo visto en la primera fase. Argentina doblegó a su rival de turno, México, por 3 a 1 otra vez con la consigna de que no hay mejor defensa que un buen ataque.
Pasó esta instancia por su poder ofensivo, tanto como había pasado la anterior. Pero frente a México hubo incluso un retroceso en el rendimiento, que tampoco había sido óptimo en los primeros partidos. México le manejó la pelota a Argentina en grandes pasajes del encuentro en el Soccer, pero la contundencia en ataque del equipo que dirige Maradona todo lo puede. Ahora con la ayuda del árbitro Roberto Rosetti y su línea, que no vieron, o no sancionaron, la clara posición adelantada de Carlos Tevez en el primer gol, el que le abrió el camino a Argentina. Y después con la inestimable colaboración de la impresentable defensa de México, que dio ventajas y espacios en todo el partido pero con el tiro de gracia que ofreció Ricardo Osorio al regalarle a Gonzalo Higuaín la jugada del segundo tanto.
El resto lo hicieron el pique de Messi en el primer gol; la sobriedad y prestancia en el fondo de Nicolás Burdisso a lo largo del partido completo, incluso para solucionar problemas de sus compañeros; y la mezcla de fuerza, destreza e inteligencia de Carlos Tevez, quien en el primer tanto "guapeó" como decía el Gordo Muñoz de Mario Kempes en el Mundial 78, y en el tercero sacó un remate impresionante que se metió en el ángulo después de una jugada que él mismo "fabricó". Tampoco hay que dejar de lado la tranquilidad y calidad con que Higuaín aprovechó el "regalo" del segundo gol.
Pero a no engañarse. Argentina puede llegar a lo máximo plorque tiene tamaño "poder de fuego". Pero ante México tuvo aun menos idea de equipo que en los tres primeros partidos. No manejó el trámite ni la pelota, en el medio Mascherano luchó solo contra todos y perdió muy seguido y abajo sigue sin haber garantías. Y se viene Alemania. Sería bueno, a esta altura, buscar alternativas para la elaboración de juego (está claro que Verón no es la solución) y el control del balón y del medio (quizá Bolatti o Pastore), para no depender unicamente de la magia de Messi y de que siempre este seca la pólvora de Tevez e Higuaín. Los dioses no siempre vienen solos. A veces también hay que llamarlos.

Vito Amalfitano

desde Johannesburgo

Enviado Especial

De Wembley a Bloemfontein, 44 años después

En el minuto 38 del primer tiempo del gran Alemania - Inglaterra de Bloemfontein del 27 de junio de 2010 se saldó una cuenta pendiente que los mundiales de fútbol tenían "en rojo" desde el 10 de julio de 1966, desde los 10' del suplementario de la final entre británicos y germanos en Wembley. En ese momento estaban 2 a 2, Hurst remató y la pelota dio en el travesaño pero nunca entró. Salvo para el árbitro Dienst, de Suiza. El tanto fue convalidado y después Inglaterra completó la victoria con otro tanto de Hurst para alzarse con la Copa Jules Rimet.
Fue un gol que partió en dos la historia de los mundiales. Todavía se discute. Aunque a partir de ayer la deuda está saldada, los alemanes sonrien con satisfacción, al resto del mundo del fútbol le pasa algo parecido y de ahora en más se hablará de este gol que si fue, y que no fue convalidado, de Inglaterra a Alemania, todo al revés. Efectivamente en el minuto 38' Lampard sacó un remate extraordinario desde afuera del área que pegó en el travesaño y la pelota se metió casi un metro. Increiblemente no lo vio ni el línea ni el árbitro y el gol nunca existió.
El destino no pudo haber sido más preciso y caprichoso a la hora de saldar esa cuenta 44 años después. En aquel Mundial se habló primero de una conspiración consumada en perjuicio de Argentina y Uruguay. Con un árbitro alemán en el Inglaterra 1 - Argentina 0 y uno inglés en la victoria de Alemania sobre Uruguay. De aquella ronda se recuerda la expulsión de Rattín y la afrenta a la alfombra de la reina. Y después llegó la final en la que el gol de Hurst quedó para la posteridad.
Ahora, justamente por esos designios de un destino mundialista prestidigitador, el árbitro responsable del aquel "robo" al revés es justamente un uruguayo, Jorge Larrionda.
En el momento de ese gol de Lampard que se transformó en el escándalo del Mundial de Sudáfrica el partido estaba 2 a 1 para Alemania y ahí pudo haber cambiado la historia. Después se dio un ida y vuelta extraordinario y, al cabo, Alemania mostró todas sus virtudes por las que está merecidamente entre los ocho mejores. Porque, además, da la sensación que está para bastante más que los ocho mejores lugares. con un Mueller intratatable, con el atrevimiento de Oezil, que parece un jugador de potrero argentino.
Más allá de eso lo que parece increíble para cierta idiosincracia es la caballerosidad inglesa en el saludo final de los jugadores para sus contrincantes e incluso para el árbitro, cuando estaba muy claro, no solo por lo visto directamente en la cancha, sino seguramente por lo que les dijeron y quizá también vieron en el entretiempo sobre lo que no fue gol de Lampard solo para la estadística.
Pagaron una deuda que igual no habían contraído ellos. De 44 años atrás. Lo aceptaron como lores ingleses.

Alto Palermo, alto Mundial

POLOTWANE, Sudáfrica.- Hasta para el partido más híbrido, con menos carga de adrenalina, por la casi virtual clasificación y porque el propio rival, Grecia, decidió meterlo en una "conservadora", sin arriesgar para ir en busca de la clasificación, Argentina se las ingenió para brindar emociones. Porque en el último cuarto de hora apareció Lionel Messi en toda su dimensión (ayer capitán por primera vez), con el ingreso de Javier Pastore que le tocó de primera y le hizo la "segunda voz", y porque Martín Palermo escribió un capítulo más en su épica historia futbolística.
Al cabo, Argentina se impuso anoche por 2 a 0 a Grecia en el estadio Peter Mokaba de Polokwane y pasó con la mayor holgura del Mundial a la instancia de octavos de final, en la que enfrentará el domingo a México en el estadio Soccer City De Johannesburgo, a las 20.30 hora local, 15.30 de Argentina.
Como era de esperar, Argentina asumió el dominio y casi el monopolio del balón desde el comienzo. Con Mario Bolatti como eje en el medio, Maximiliano Rodríguez como volante por derecha bien delimitado, con Juan Sebastián Verón hacia la izquierda pero más suelto y con tendencia a cerrarse y dejarle ese callejón a Clemente Rodríguez y con Lionel Messi para enganchar, hacia los delanteros Sergio Agüero y Diego Milito.
Pero el primer gran dato del partido es que Grecia le puso a Messi una marca hombre a hombre como hacía mucho no se veía en el fútbol internacional, al más puro estilo Reyna con Maradona, con persecución por toda la cancha, con o sin la pelota, del número 19 Papastathopoulos para el astro de Barcelona. Fue sugestivo, por caso, en uno de los primeros movimientos del partido, cuando pudimos observar desde lo alto del Peter Mokaba cómo el número 15, el lateral Torosidis, se corrió de su sector y llamó a Papastathopoulos para que ocupe su lugar, porque por allí se había recostado Messi. Se corrió e hizo un gesto con los brazos como diciendo "por aquí no puedo transitar yo".
Y más allá de la "estampilla" de apellido largo, todo Grecia dispuso un dispositivo muy conservador con una línea de cuatro defensores, el "cancerbero" de Messi y cuatro volantes retrasados para dejar en soledad arriba a Samaras.
Argentina generó situaciones y pudo haber roto el cerco, pero tampoco le sobró demasiada imaginación para lograrlo.
No obstante, debió haberse ido al descanso con victoria parcial. Lo impidió el arquero Alexander Tzorvas, al tapar muy bien un remate tras apilada individual de Agüero a los 17?; al despejar por arriba con lo justo un disparo de Verón desde afuera un minuto después y mucho más tarde, al final de la etapa, al tapar muy bien un remate franco de Maxi Rodríguez, tras buena proyección y centro de Clemente Rodríguez y enseguida al neutralizar por arriba un envío desde afuera de Messi.
En el medio, un remate de Agüero con destino de gol tras centro corto de Milito pegó providencialmente en el zaguero Vyntra y en otra jugada similar el centro fue de Clemente (lo más peligroso de Argentina), la pelota sobró la salida del arquero (único error) y el lateral Torosidis cerró por atrás tan peligrosamente que estuvo a punto de convertir en contra de su propia valla.
En el inicio del segundo tiempo el primero que llevó peligro fue Grecia cuando un pelotazo muy largo que partió desde su propio campo sobró el cierre fallido de Demichelis para que quede en clara posición de gol Samaras, quien desvió apenas el remate cruzado final.
Recién a los 13? del complemento Argentina pudo inquietar, y fue con un disparo desde afuera de Clemente Rodríguez que se fue apenas desviado. El jugador de Estudiantes paulatinamente fue demostrando la importancia capital que tiene para Argentina contar con un lateral en la cancha, capaz de "romper" por afuera lo que a veces no se puede conseguir por adentro.
Después a los 21? Messi ensayó un tiro libre desde muy lejos que con mucho esfuerzo sacó al córner Tzorvas. Y tras ese tiro de esquina volvió a lucirse el arquero neutralizando sin rebote un remate "a quemarropa" de Bolatti, después que bajó la pelota de cabeza Demichelis.
Después, a los 29? los griegos casi se hacen un gol solos por un tremendo "blooper" entre el zaguero Moras y el arquero, cuando los dos quisieron despejar la pelota a la vez y casi convierten contra su propio arco.
El gol parecía que estaba al caer. Y cayó nomás. A los 32?, tras un córner de Messi, cabeceó Demichelis, la pelota pegó en su propio compañero Milito y el rebote lo tomó el mismo zaguero de Bayern Munich para pegarle "con alma y vida" después de tantos errores acumulados en este comienzo de Mundial.
La entrada de Javier Pastore ya le había dado otra frescura a la búsqueda de Argentina, tocando de primera y asociándose mejor que nadie con Messi. Después de él ingresó Martín Palermo, preparado para escribir otro capítulo increíble a su historia.
Sobre los 40? llegó la mejor jugada del partido. Pastore tocó justo para la entrada de Messi, quien se metió con precisión y velocidad en el área y sacó un impresionante "latigazo" que pegó en el palo. Destellos del mejor, que no pudo lucirse con continuidad ante la marca "pegajosa" pero que cuando se soltó, con más espacios en el final, mostró toda su magia. Al fin y al cabo, de nada le sirvió a Grecia y a Papastathopoulos el ultraconservadurismo. Messi tiró al córner del primer gol, -a dónde no lo pudo seguir su "cancerbero"- y sobre el final, a los 44' "inventó" una jugada de su sello, pasando "muñecos" desde la derecha al centro y sacando otro "latigazo" que contuvo como pudo el arquero pero el rebote lo tomó el héroe de mil películas épicas, Martín Palermo. Ahora también es Mundial y hasta "los dioses griegos" se le someten.

Síntesis

Argentina (2): Sergio Romero (6); Nicolás Otamendi (5), Martín Demichelis (6), Nicolás Burdisso (6), Clemente Rodríguez (7); Maximiliano Rodríguez (5), Mario Bolatti (6), Juan Sebastián Verón (5); Lionel Messi (8); Sergio Agüero (5) y Diego Milito (4). DT: Diego Maradona.
Grecia (0): Alexandros Tzorbas (7); Loukas Vyntra (5), Avraam Papadopoulos (5), Papastathopoulos (5), Vangelis Moras (4), Vassilis Torosidis (4); Costas Katsouranis (5), Alexandros Tziolis (6), Giorgos Karagounis (4), Sotirios Kyrgiakos (4); Georgios Samaras (6). DT: Otto Rehhagel.
Goles: en el segundo tiempo, 32' Demichelis y 44' Martín Palermo.
Cambios: en el segundo tiempo, en el inicio, Nikos Spiropoulos (4) por Karagounis, 9' Sotiris Ninis (4) por Katsouranis y Christos Patsatzoglou (4) por Torosidis, 18' Angel Di María por Maximiliano Rodríguez, 31' Javier Pastore por Sergio Agüero y 34' Martín Palermo por Diego Milito.
Cancha: estadio Peter Mokaba de Polokwane (muy buena).
Arbitro: Ravshan Irmatov, de Uzbequistán (5).
Concurrencia: 45.000 espectadores.

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Melodía

JOHANNESBURGO, Sudáfrica.- Esa voz, que es una melodía en sí misma, parece que hasta nos interpela. Penetrá en nosotros de tal manera, repiquetea tanto y sin parar en nuestros oídos, nuestras visceras y nuestros corazones, que ya no nos podemos despojar de ella. Quizá nos acompañe por todo el Mundial. O la recordemos toda la vida.
Es la voz de Miriam Makeba, “la mamá de Africa”, perseguida y exiliada durante 30 años del régimen racista del Apartheid. Activista por los derechos humanos en todo el mundo y toda la vida. A tal punto que fue abucheada en Viña del Mar en 1972 por elogiar al presidente revolucionario Salvador Allende.
Esa voz, esa melodía, es una mezcla del jazz más negro y melancólico con la música tradicional de colores sudafricanos. La escuchamos casi en la primera parte de nuestra visita al Museo del Apartheid, pero nos sigue, vigilante, por todo el camino. Es el sendero del horror, pero también el de la esperanza. Es un viaje por los instintos más bajos de la humanidad, pero también por el interior de su conciencia, que se remuerde para siempre.
Nadie se redime de nada. Ni hay que perdonar lo imperdonable, más allá de la infiníta sabiduría de estadísta de Nelson Mandela. Pero no hay que confundirse: él no perdonó. O al menos no a los que no asumieron el arrepentimiento. Con los demás puso la otra mejilla sólo porque le convenía. Porque sino nunca se iba a terminar el terror.
Lo único positivo de este viaje, por toda la historia del Apartheid, -y por como se salió gracias a Mandela-, no es el final supuestamente feliz, sino el ver que atrás hay un horror pegajozo y penetrante. Lo positivo es reconocerlo como tal. Lo positivo es asquearse, preguntarse como un ser humano pudo haberle hecho esto a otro ser humano. El próximo paso debe ser no sentirse afuera, o que solo fueron capaces otros seres humanos, y no nosotros. De ahí a darse cuenta que también hay un Museo de la Memoria en la Esma que significa otra interpelación a nuestras miserias, hay solo un paso. Que los blancos se dedicaran a esclavizar, explotar, torturar, segregar, asesinar y exterminar a negros en Sudáfrica, no es, al final de cuentas, tan diferente como que ciertos “iluminados”, también “blancos”, hayan esclavizado, explotado, perseguido, torturado, segregado, asesinado y exterminado a toda una generación brillante de argentinos solo por pensar distinto o más bien por eso, por pensar brillante.
En el final de este viaje estremecedor por el Museo del Apartheid y la historia de Sudáfrica, aparecen un discurso del último presidente del antiguo régimen Frederik De Klerk; las elecciones que dan paso a la unción del primer presidente negro en la historia de Sudáfrica; el histórico saludo de Nelson Mandela y el capitán de los Springboks, Francois Pienaar, en la final del Mundial de rugby del 95; un concierto con grandes músicos del mundo del que participan el propio Mandela y su hija… No nos equivoquemos, nada de eso redime lo anterior: las horcas, los fusiles apuntándole y matando a 566 pibes en el Levantamiento de Soweto del 76, la acumulación de negros como en Auschwitz, también para acribillarlos, las persecuciones y los exilios como los de Makeba y las cuestiones mismas de tratamiento discriminatorio y casi esclavizante, que todavía persisten en algunas esquinas o rincones de esta Sudáfrica emergente pero aun muy desigual.
Nada lo redime, porque no hubo Justicia del todo. Aquí no hubo Nüremberg, coo si en Argentina. Aunque sí cierto arrepentimiento de los que “se arrodillaron” ante la inmensidad de Mandela.
Pero sin Justicia total,-que aquí quizá no era posible, porque se iba a la guerra civil permanente, o a la segregación al revés, con la persecución o expulsión de miles de blancos- nunca habrá redención total ni paz duradera. Por eso lo de Argentina es tan valioso, por eso lo de Argentina es único. Por eso, lo que algunos retrógrados critican (“dejen de mirar al pasado”), la Justicia real para todos los genocidas,-impulsada desde el Estado y por el gobierno actual-, la recuperación definitiva de la identidad, de los chicos que la perdieron, de los familiares que la buscan y de la Nación, la lucha de Estela de Carlotto (que merece el Nobel de la Paz tanto o más que Mandela) es un patrimonio irrenunciable que van a rescatar la humanidad y la historia.
Y asumiendo que mirar al pasado, también significa corregir el futuro. Entender que con la revolución política no alcanza, que falta la económica. Y aquí en Sudáfrica bien que se nota. Está claro que la línea divisoria de desigualdades no se trazaba unicamente entre blancos y negros.
Porque tarde o temprano, si esto no se encara, o si no se apunta al fin de la impunidad en serio, como sí se hace hoy en Argentina, la voz de Makeba, esa inconfundible melodía, nos seguirá repiqueteando, persiguiendo, interpelando. Para siempre. Para toda la vida.

Hasta que el Mundial se abra...

JOHHANESBURGO, Sudáfrica.- El Mundial sigue "cerrado". La mayoría de los "grandes" quedan comprometidos porque no pueden con los esquemas conservadores de los "chicos" o por su propia falta de imaginación.
Hoy también le pasó a Italia, que tuvo la pelota y dominó el trámite en Nelspruit pero no pudo quebrar lo suficiente la férrea defensa de Nueva Zelanda ni vulnerar a su seguro arquero Paston, más allá del dudoso penal (lo tocaron apenas en el área a De Rossi) que convirtió en gol Iaquinta. Había abierto la cuenta Smeltz, también en posición dudosa, aparentemente adelantado ya antes de un rechazo fallido de Cannavaro que lo dejó solo para definir ante Marchetti.
Con matices y alternativas diferentes también están sufriendo en el comienzo de esta Copa del Mundo los seleccionados de Alemania (pese a su goleada y buena producción inicial, después quedó comprometido por laderrota ante Serbia), Inglaterra (dos empates y ninguna certeza de poder seguir adelante) y España, que cayó ante Suiza y comprometió seriamente su clasificación. Ni que hablar Francia, que está más afuera que adentro y la interna, entre plantel, cuerpo técnico y dirigentes, es una "caldera".
Toda la tranquilidad, en cambio, tienen hasta ahora Argentina y Holanda, el equipo que mejor ataca y el que mejor juega, respectivamente. Y por ahora transitan con ventura la Copa otros cuatro equipos americanos: Paraguay, Uruguay, Chile y México.
De todos modos, el verdadero nivel del Mundial y de las potencias se verá a partir de octavos, en las finales a cara o cruz, cuando ya no se encuentren con esquemas tan cerrados, porque los dos equipos a enfrentarse llegarán en igualdad de condiciones para continuar en la competencia o dejarla. A lo sumo cada uno será más o menos fiel a su estilo. Pero la cuestión pasa por saber ahora si realmente todas las potencias tendrán la posibilidad de demostrar sus cualidades en esos encuentros, o si una o más de una se quedará en el camino antes, irremediablemente. Arranca la semana de la verdad.

Argentina: preparen, apunten, fuego...

JOHANNESBURGO, Sudáfrica.- Argentina tiene el mejor ataque del Mundial. Y por ahora lo hace valer. Y le alcanza para disimular otras falencias futbolísticas. Ahora la Selección le ganó claramente a Corea del Sur por 4 a 1, con tres goles de Gonzalo Higuaín, quien protagonizó así el primer Hat Trick de la Copa del Mundo, y así quedó virtualmente clasificada para octavos de final Sudáfrica.
Contra una endeble Corea del Sur, que marca inocentemente en las jugadas con pelota detenida, la Selección repitió errores defensivos y problemas en la elaboración,-aunque el tránsito desde los volantes al ataque fue un poco más preciso y rápido sin Verón en la cancha-, pero solucionó todo con su alto poder de fuego, con la capacidad de sus atacantes, que son los mejores del Mundial. Lionel Messi, que es el futbolista más desequilibrante, Gonzalo Higuaín, quien ya es el máximo goleador, y Carlos Tevez, quien otra vez en tarea multifacética, juega, hace jugar, corre, elabora, abastece y es socio de Messi y se tira atrás para enlazar con los volantes.
Después, cuando Sergio Agüero reemplazó a Carlitos no solo no desentonó sino que asumió también el rol de "socio suplente" de Messi, abrió bien la cancha para definir el partido y tuvo participación decisiva en los dos últimos goles de Higuaín.
No hay mejor defensa que un buen ataque. Y Argentina tiene el mejor ataque. Quizá le alcance para llegar hasta el final. Pero por las dudas no vendría mal acomodarse mejor en defensa y tratar de acompañar mejor a Messi, Tevez e Higuaín en la elaboración previa.

Escuelas

JOHANNESBURGO, Sudáfrica.- Fue feriado ayer en Sudáfrica. Se conmemoró aquí el Día Nacional de la Juventud, al recordarse la jornada trágica del 16 de junio de 1976, cuando la policía del gobierno del apartheid abrió fuego contra un grupo de escolares que manifestaban en desacuerdo porque les obligaban a aprender en las escuelas el idioma afrikaaners, el que hablaba una de las castas blancas de este país, y no el inglés que era común a todos. Al cabo de ese día aciago murieron 566 chicos. Entre ellos quedó como ícono, como símbolo, el pibe Héctor Pieterson, de 12 años, quien fue retratado por el reportero gráfico Sam Nzima, agonizante, en brazos de un compañero, Mbuyisa Makhubo, acompañado por la hermana de Héctor, Antoinette.
Se conoce a este episodio como El Levantamiento de Soweto, la tierra de nacimiento de Nelson Mandela, y donde quisimos estar justamente en esta jornada tan especial, para visitar el Museo del Apartheid.
Después de varios días aquí vamos comprobando algunas cosas, sacándole el velo a otras, tratando de entender a un país tan difícil y controvertido como maravilloso.
Aquí Mandela es ?Dios? y en el mundo entero es reconocido por su valor de estadísta, porque reconcilió a un país dividido por las diferencias raciales, con la estrategia del deporte, con el Mundial de rugby primero para los blancos, con el Mundial de fútbol ahora para los negros. Eso está en la superficie y es altamente valorado. Es más, a Mandela nadie lo discute. Los negros porque los llevó al poder (o mejor dicho, al gobierno, porque el poder es otra cosa y ya veremos porque?), los blancos porque los salvó de la venganza y una guerra civil en la corrían el peligro de ser la minoría expulsada del país.
Pero a poco de andar aquí, y de hablar con las gentes, está claro que la superficie es solo una parte de la historia. En el contenido hay bastante más. Después de muchas constataciones, comentarios, observaciones, se puede sacar una primera conclusión: Mandela hizo una revolución política, está pendiente la revolución económica que achique la brecha de desigualdad. ?Eso no va a pasar, -nos dicen-, acá el poder lo siguen teniendo los blancos, y un gran poder?.
Y no es necesario recurrir al ejemplo de las grandes empresas nacionales o multinacionales que manejan los blancos. Alcanza con transitar cada esquina, cada barrio, cada café, cada hotel. Los que trabajan, son los negros; los que mandan, son los blancos. El que está congelado como custodio de la entrada del barrio cerrado en el que vivimos por el Mundial, es negro. La mayoría de los que duermen,- dormimos-, calentitos en las casas de este barrio, son, -somos-, blancos. Esto es así aunque hoy, unos y otros, se pongan la misma camiseta de Sudáfrica. Algo impensado hace un tiempo, cuando el fútbol era considerado un deporte marginal, justamente porque era ?de los negros?.
Hasta un niño blanco, -nos apuntan-, inconcientemente manda al negro en la escuela. O tiene ascendencia sobre él. Es algo cultural, arraigado, que viene de arrastre. Y cierta sumisión no es únicamente culpa del que somete. Y ya también se mezcla una cuestión de clases, no solo de razas. En un país emergente persisten profundas desigualdades, incluso entre los negros ricos de Fourways (dónde fuímos a tomar algo en la noche del martes, al bar Cubana) y los negros pobres de Soweto.
Todo es complejo y se entremezcla. Y uno trata de asimilar, aprender y comprender lo que más puede. Al cabo, muchas de esas desigualdades, y hasta discriminaciones, persisten en nuestros países, en Latinoamérica, más allá de todo lo que se ha hecho en los últimos años para achicar la brecha y agrandar el margen de dignidad para los que más sufrieron.
Más allá de la mirada pesimista que dice que esa revolución económica no llegará, que ese traspaso en serio del poder no se producirá, o por lo menos la forma de compartirlo, hay un punto en el cuál se pueden tener esperanzas, aunque sea muy pequeño, ínfimo, aunque sea algo que tendría que ya estar por descontado. Hasta hace muy poco aquí los colegios, la educación, no se compartía. Hoy negros y blancos van a las mismas escuelas. Y quizá ellos, cuando crezcan, puedan construir un mejor país, juntos. El que soñó Mandela, aunque inconcluso, o porque no pudo, o porque no se animó porque su mandato de la historia era empezar por el ?un hombre/un voto?. Mientras tanto, esos mismos pibes hoy no van a la escuela. Y todo el mes. No hay clases por el Mundial, adelantaron las vacaciones de invierno, y se abrazan juntos por el fútbol. En blanco y negro, y en todas las lenguas.

"Monumentos", Duhalde y Vila....

JOHANNESBURGO, Sudáfrica.- En la noche más fría de Johannesburgo, compartimos una cena en uno de los restaurant del Nelson Mandela Square, que es el corazón del Mundial. Y entre comentarios de fútbol, sonidos de vuvuzelas, y encuentros con hinchas argentinos y méxicanos (son mayoría) y brasileños que regresan de la sufrida victoria con Corea del Norte (pero con goles de lujo de Maicon y Elano), la observación a través del vidrio de colegas de Espn y Telefé que transmiten en vivo, congelados, junto al Monumento de Mandela y el impacto de "chocarse", en el mismo lugar, con otros "monumentos" como Pamela David y Jessica Cirio, hay lugar para una sorpresa más. En una mesa contigua, de uno de los coquetos cafés del lugar, pegado al restaurant, están juntos el ex presidente y ex senador Eduardo Duhalde junto con el empresario de los medios y otras cuestiones, Daniel Vila (socio de Francisco De Nárvaez como dueño de uno de los más poderosos multimedios), justo en la jornada en la que la Corte Suprema de Justicia de la Nación revocó unánimemente la medida cautelar que impedía la aplicación de la nueva Ley de Medios, Ley de Servicios Audiovisuales, elevada por la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, y votada por amplia mayoría el año pasado en el Congreso.

La naranja no mecánica

JOHANNESBURGO, Sudáfrica.- Holanda monopolizó la pelota y dio una lección de fútbol ante Dinamarca y se impuso por 2 a 0, con tantos de Simón Poulsen en contra a los 42’’ del segundo tiempo y de Kuyt a los 40’, en partido que se disputó en el imponente Soccer City, en el marco del Grupo E de la Copa del Mundo Sudáfrica 2010.
Por la envergadura del rival, si se tiene en cuenta que Dinamarca es más fuerte y férreo defensivamente que Australia, lo de Holanda fue incluso mejor que lo de Alemania, y se constituyó así en lo más vistoso del Mundial hasta acá.
Holanda fue la naranja no mecánica porque extractó lo mejor del juego de su historia, pero con más apego a la pelota que a la mecánica y la táctica.
Jong y Van Bommel fueron “pack man” que se “devoraron” todo en el medio, pero después progresaron en el campo contrario con criterio. Y a partir de ahí, la conducción del clarividente Snejder y el abanico de talento colectivo que se prolongó en Van Der Vaart, Van Persie y Kuyt.
Todo esto con suma paciencia, sin apuro, contra un Dinamarca que no le dejó un solo espacio en el primer tiempo. Pero en el arranque del complemento, a los 42’, llegó el error forzado cuando desbordó Van Persie por izquierda y mandó el centro que iba para Kuyt pero que interceptó Simón Poulsen, intentando despejar con un giro de su cabeza, pero no hizo más que introducir el balón en el arco de su propio equipo. Paradojicamente, el mismo Poulsen salvó otra caída de la valla de Dinamarca despejando un balón sobre la línea.
Después, para completar el “show” faltaría el ingreso de Eljero Elía, el moreno de Hamburgo que parece un “reo” de Villa Fiorito por su atrevimiento para tirar caños y tacos y la facilidad para desbordar por izquierda. El recibió el pase perfecto de Snejder a los 40’ y tocó sutil hacia un costado ante la salida del arquero. La pelota dio en el paló y empujó Kuyt para el 2 a 0. Holanda dejó la pelota como una naranja.

Ultimas noticias desde Johannesburgo

Alemania intimida y hasta deslumbra. El técnico Low sigue la línea de Klinsmann. Era su ayudante en 2006. Mantiene la misma idea de juego, revolucionaria para el fútbol alemán. Una selección alemana que se anima a jugar al achique. Se recuerda que Klinsmann consultaba a Menotti en el Mundial anterior. Y ahora, la generación jóven que empezó a desarrollarse allí, parece consolidarse en este Mundial.

Llega Holanda - Dinamarca, el primer plato fuerte, aquí en el Soccer City, en Johannesburgo, por el Grupo E. A las 13.30 aquí, las 8.30 en Argentina. Además, debuta Italia ante Paraguay por el Grupo F a las 20.30 de aquí, en Ciudad del Cabo. Y Japón - Camerún , por el mismo grupo, se disputará desde las 16, las 11 de Argentina, en Bloemfontein.

Hay tranquilidad en el campamento argentino. No hay voces altisonantes ni preocupaciones desmedidas. Maradona parece que decidió evaluar las alternativas en la intimidad. ¿Entrará Burdisso y/o algún otro defensor? ¿No es el momento de que salga Verón?

Conocimos hoy a Eduardo Todisco, ex presidente de la Asociación Argentina de residentes en Johannesburgo. Es marplatense, arquitecto, se vino aquí en el 82. Su padre, de 92 años, vive aun en Mar del Plata, fue arquero de General Urquiza.

El asado del mediodía, que ofreció la familia Lema, con Quique a la cabeza, de primera. La carne, tan buena como la argentina. De hecho, el secreto es que es el producto de espermas fertilizados de Aberdeen Angus y otras razas argentinas que viajan hacia aquí en cuerpos de conejas, otro tipo de "mulas", al cabo...

El comité organizador del Mundial de Sudáfrica estaría evaluando la chance de prohibir las vuvuzelas en los estadios si hay quejas de los equipos y de las diferentes cadenas televisivas.

"Si hay motivos para hacerlo, sí", dijo con ambiguedad Danny Jordaan, director ejecutivo del comité organizador.

"Hemos tenido algunas cadenas de televisión y personas que se han quejado y es algo que vamos a evaluar conforme avance el torneo", reconoció Jordaan

Jordaan admitió que no es un gran amante de las vuvuzelas. "Preferiría que la gente cantara", señaló. Nosotros también. Las vuvuzelas son muy simpáticas, antes aportaban un sonido más, pero ahora, todas juntas, bloquean la esencia de la fiesta en las tribunas del fútbol. No se puede cantar, ni siquiera dialogar e intercambiar impresiones en los espectadores. Solo se escuchan esas insoportables cornetas.

Por otro lado, varios jugadores se quejaron del ruido que provocan, lo que dificulta su comunicación en la cancha

El primero vale doble

El primero vale doble. La Selección Argentina de fútbol consiguió un triunfo sobre Nigeria por 1 a 0 en su debut en el Mundial Sudáfrica 2010, en el estadio Ellis Park de Johannesburgo, y lo hizo con escasos momentos de buen fútbol, muchas situaciones de gol como para una mayor diferencia, varias imprecisiones, algunos errores defensivos pero ahora más tranquilidad para corregirlos con los tres puntos sumados en el arranque del Grupo B.
La Selección buscó con más vértigo que juego pero para ejercer presión y dominio le alcanzó con que la precisión en velocidad la aportaron dos jugadores, Lionel Messi y Carlos Tevez.
El gol lo aportó un "héroe inesperado", Gabriel Heinze, durante mucho tiempo el jugador más discutido de la Selección, con un cabezazo preciso que pudo conectar en soledad gracias a una cortina de Samuel y al preciso centro en un córner de Verón.
Argentina tuvo cantidad de situaciones como para ganar por más diferencia, pero no estuvo preciso Gonzalo Higuaín, entre los definidores, y el arquero Enyeama fue una de las grandes figuras del partido junto con Messi.
Se presentaron algunos problemas de contención y elaboración en la mitad de la cancha, Verón dio indicaciones y mandó dentro de la cancha pero estuvo muy impreciso con la pelota, empecinado en el pase largo, que en este Mundial fracasa por la velocidad y el pique extraño del balón.
Y hubo también problemas defensivos, sobretodo por el lado de Jonás, aunque también tuvieron inconvenientes los zagueros, sobretodo Walter Samuel, cuando salió a cortar muy adelante.
Lo que sirve es que todo lo que queda por resolver, que no es poco, es con tres puntos "en el bolsillo", y a sabiendas de que Argentina cuenta con el as de espadas, Lionel Messi, y por momentos con un as de bastos como Carlitos Tevez, quien hoy no solo estuvo potente y rápido, sino también pensante para distribuir como pivot en ataque.


La figuras: Lionel Messi (8 puntos) y Vincent Enyeama (8 puntos). Carlos Tevez (7).

Magia y perinola

A poco de comenzar el camino de la Selección Argentina de fútbol en la Copa del Mundo, y ya instalados en el Ellis Park de Johannesburgo, vale la pena dejar sentado que, hasta que el equipo demuestre lo contrario, estamos en manos de la magia y la perinola.
La Selección tiene al mejor jugador del mundo, el de la magia, el desequilibrio y la ejecución brillante, y tiene a algunos otros delanteros que son los más fructíferos en sus ligas. En suma, seguramente ningún seleccionado de los que afronta este Mundial puede reunir a tantos cracks juntos. Falta definir si hay equipo, nada menos.
Es que con Maradona como técnico la Selección penó en las eliminatorias, recurrió a más de 100 jugadores y nunca encontró un equipo, una idea de juego, una filosofía. Por necesidad, no se sabe si por convicción, sí encontró un formato "sobre la hora", en el partido en Alemania, cuando ganó con un sistema defensivo que luego generara espacios para el contragolpe y los brillantes ejecutantes con que cuenta la escuadra nacional.
El problema es que contra Nigeria, Corea y Grecia quizá Argentina no pueda jugar así, porque será contra equipos que esperarán con mucha gente en el fondo, que cerrarán filas. Quizá Nigeria, en su condición de equipo africano, juegue más suelto y genere más espacios.
De cualquier forma, será bueno que lo que haga Argentina lo sostenga. Y si es acorde al estilo verdadero del fútbol argentino, con protagonismo ofensivo y juego por abajo (recomendable además porque esta pelota vuela para cualquier lado), mucho mejor.
Mientras tanto, hasta que no aparezca esa idea plasmada, tenemos que decir que la Selección depende de la magia de sus individualidades, y de la perinola, que caiga de entrada para el lado correcto en cuanto al resultado.

"Somos locales otra vez..."

Los alrededores del Ellis Park de Johannesburgo son una fiesta. Argentina es local y lo demuestra desde muy temprano, en la previa al partido con Nigeria, su debut en la Copa del Mundo Sudáfrica 2010. Falta el fútbol, todo lo demás está dado. El respaldo para la Selección será impresionante.
Los alrededores del estadio no son lo mejor, esta cancha posiblemente no sería habilitada por el Coprosede, Comité de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, y de hecho los detalles de mantenimiento y los deficientes accesos no pasarían las pruebas tan celossas que, por ejemplo, pasa el Minella de Mar del Plata. No parece un estadio de Mundial, al menos por afuera, pero lo es. Y aquí jugará Argentina en un rato.
De todos modos, más allá de que los alrededores no parecen acordes, que parece que estadio está emplazado en un suburbio del Bronx, hay que decir que por ahora la gente de este barrio chino de Johannesburgo trata muy bien a los argentinos. Es más, en nuestro camino hacia aquí cientos de morenos, desde las edificaciones más humildes, se juntaron a la vera del camino para gritar "Argentina/Argentina" y "Bafana/Bafana" (el canto que significa Sudáfrica en fútbol).
El respaldo desde afuera, entonces, está garantizado. A falta de equipo consolidado, resta que Messi y compañía pongan en marcha la maquinaria de la magia...

"España es la mejor selección"





“España es la mejor selección”

El ahora comentarista televisivo dice que a esta altura hay que apoyar a Argentina y que del medio para adelante “Diego tiene para hacer dulce”. Brailowsky interrumpe la charla y pide un lugar de privilegio para “El Matador” en el fútbol argentino.


por Vito Amalfitano
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Mario Kempes es un prócer del fútbol argentino para la historia del fútbol mundial. Pero nunca reclamó el lugar que le corresponde. Pero su amigo, alguna vez compañero en la cancha y ahora en la televisión, Alberto Brailowsky, interrumpe la charla con LA CAPITAL y pide ese lugar por él, a poco del comienzo de una nueva Copa del Mundo.
Y mientras vemos pasar la fiesta de miles de sudafricanos a la vera del Monumento a Nelson Mandela, tomamos un café con todo el equipo de Espn y Kempes opina sobre el Mundial que está a punto de iniciarse.
“Espero lo mejor,-dice “el Matador”-, espero ver buen fútbol, son los mejores jugadores del mundo y uno espera siempre, en estos casos, a poco de empezar un Mundial, que lo demuestren en la cancha. Y esperamos el espectáculo de siempre, también en las tribunas…”
-¿Cómo percibís el clima previo, en la previa al primer Mundial en continente africano?
-Cada país, cada continente es diferente…Nadie se imaginaba que Africa podría albergar un Mundial, y ya estamos viendo esta fiesta, con la gente en las calles, con el duelo de aficionados de distintas selecciones…
-¿Cuál es el mejor equipo hoy, a pocas horas del comienzo del Mundial?
-España. Creo que España es hoy por hoy la mejor selección. Yo no creo que España vaya a cambiar, de la goleada a Polonia en un amistoso a lo que será la Copa del Mundo. Seguirá haciendo su juego, el que viene desarrollando desde la Eurocopa y antes. Seguirá atacando, tratando bien la pelota. Uno puede cambiar de un 4-3-3 a un 4-3-1-2, pero la forma de jugar, en un equipo que defiende una idea, es imposible.
-Y más allá de España, ¿qué otro equipo te parece que puede dar el zarpazo, o puede estar en la pelea final?
-Holanda tampoco creo que cambie mucho y es muy buen equipo. Los amistosos los jugó muy bien. Inglaterra es otro muy buen equipo, ha tenido internas, pero en la cancha se nota su poderío. Italia está castigada por todos lados, pero siempre es una selección que va de menos a más, y que está siempre para dar ese zarpazo. Y nunca hay que olvidar a Argentina, Brasil y Alemania.
-¿A qué tiene jugar Argentina? Diego recién encontró una forma quizá en el partido en Munich, contra Alemania, con un sistema bastante defensivo, y para que Messi trate de desequilibrar arriba. Pero en los tres primeros partidos de este Mundial quizá no pueda apelar a esta fórmula, porque debe salir a buscar el resultado…
-Hoy Diego está intentando a partir de tener una buena defensa, que no cometa errores pasados y que le de tranquilidad, porque después de la mitad de la cancha en adelante, con los jugadores que tiene Argentina, puede pasar cualquier cosa, se puede dar para desequilibrar de todas las maneras. Ahí, arriba, tiene para hacer dulce…Pero como desde que agarró la Selección el talón de Aquiles para Maradona fue el aspecto defensivo ahora intentó refozarlo. Todos somos técnicos en Argentina, pero yo creo que Diego ya tiene el equipo y la seguridad de lo que ese equipo puede darle.
-Te parece que la de Argentina es una lista descompensada, que falta cubrir con más alternativas algunos puestos?
-Es la lista de Diego. Es la Selección de todos y hay que apoyarla. Los jugadores son los que están y ahora hay que apoyarlos.

Un Kempes no se consigue todos los días…

-¿Qué delantero de este Mundial se parece más a Mario Kempes?
-Esperá que empiece…todavía no empezó (risas)…
-Pero vos conocés a los delanteros de este Mundial…
-Pero el problema es que yo no era delantero…Yo era mediocampista. Yo era goleador de casualidad. Nunca fui un jugador de área, siempre tuve que llegar de atrás…
-Está claro, vos eras un jugador completo, pero llegabas al gol como un delantero…
-No se si más completo. Yo en el área tenía menos cintura que un pollo, y había otros goleadores que dentro del área se desenvolvían mejor que yo, pero yo viniendo de atrás rendía más…
-En definitiva, dejando de lado los puestos, ¿Hay un Kempes para este Mundial?
-Vamos a esperar. Por ahí hay alguna sorpresa y ya en esta fase de grupos nos encontramos con un jugador desequilibrante que no teníamos en cuenta….



En ese momento de la charla interrumpe Alberto Brailowsky, aquel talentoso jugador de Independiente de Avellaneda, y ahora compañero de Mario Kempes en Espn, quien estaba escuchando el diálogo mientras tomaba un café en el shopping del Nelson Mandera Square…
“Mirá, a mí no me gusta meterme, pero para hablar de Mario quiero hacerlo. Yo lo conocí cuando era un nene, y Mario ya era campeón del mundo del 78. Yo llego a la Selección y este personaje que hoy tengo al lado es tal cuál en aquel momento, con la misma simpleza y humildad. Me llamó aparte, me empezó a aconsejar, me contó de las formas de comportamiento en la Selección , me sugirió como me tenía que manejar, de lo que significaba la camiseta de la Selección. Pero hablando de igual a igual, con gran humildad. Tanto él como Passarella y Gallego fueron un modelo para mí, en todo sentido, y para sumarme al grupo”, contó primero Brailowski .
Y amplió: “Lo que yo no entiendo, y lo digo siempre, es como Mario no tiene un lugar de privilegio en el fútbol argentino…¿Cómo puede ser que Kempes, quien fue el que nos puso en el mapa del fútbol mundial, no lo consideran de esa manera? Antes que Maradona, el fútbol argentino fue Kempes. Kempes nos puso en el mapa futbolístico mundial. Y hoy Kempes trabaja en la televisión, y se lo valora internacionalmente, pero Kempes debería estar trabajando en el fútbol argentino en el máximo nivel. Me parece una falta de respeto de nosotros los argentinos, el no darnos cuenta de los tipos valiosos que tenemos al lado…”
-Esto de considerar héroes solo a los del 86, y no a los del 78, y de lo que tienen culpa muchos colegas y medios…
-Mirá, uno vive de ser héroe, uno no vive de la historia. Todos tenemos presente, familia, y apuntamos al futuro. Pero ese pasado nos identifica. Esa trayectoria nos avala. A él no le gusta hablar de esto, por eso me metí…El me dice, ‘no dejá, yo no tengo que estar trabajando en Argentina, si no quieren que sea así, no estoy y listo…’ Y no es así y le digo: ‘¿cómo que no? Vos sí tenés que estar allá, hiciste más méritos que muchos y el fútbol argentino te debe muchas cosas’”.
-Y en cuánto a lo futbolístico, ya que decís esto, te pregunto lo que él no quiso contestar por esa humildad. ¿Hay un Kempes hoy en la cancha, con sus características, de lo que hay para el Mundial?
-No, creo que en características no, si hay grandes jugadores de fútbol. Y las comparaciones son odiosas. Pero sí estoy seguro de que Kempes podría jugar en cualquier época y sería también gran figura hoy. Por su juego, inteligencia y potencia. Pero Kempes era mucho más que un delantero. Ustedes se deben acordar que en la final del Mundial, como “el Pato” (Fillol) tenía un tirón, Mario bajó y fue él a hacer el saque de meta. El hacía todo, en toda la cancha, era un verdadero líder de equipo. En la continuidad de esa jugada en la que él sacó en la meta, después apareció en el área de enfrente y Bertoni hizo el tercer gol. Una máquina. Se podrá hablar de Pelé, de Maradona, de Distéfano…Pero me cuesta encontrar un jugador tan completo como Kempes, en todas las épocas.

Mundial en blanco y negro Su propia fiesta

Desde Johannesburgo, Sudáfrica

Ahora sí empezó la fiesta. A horas del show inaugural de la Copa del Mundo Sudáfrica 2010, que será hoy en Soweto, con Shakira, Juanes y compañía, y a poco del comienzo del fútbol propiamente dicho, se puso en marcha la maquinaria del otro Mundial, la del Mundial de la gente, con la particularidad de que aquí se trata, en gran parte, de gente que vivió oprimida durante muchos años y que ahora da riendas sueltas a la libertad.

En una bella jornada de sol, que rozó los 20 grados, poco después del mediodía se desató esa fan fest espontánea, que también disfrutamos en París, en la Place de la Concorde , a poco del inicio del Mundial de Francia, y en las calles de Frankfurt, cuando estaba por arrancar Alemania 2006.

La fan fest fue una idea de la FIFA para las plazas de las ciudades sedes de la Copa del Mundo, que hizo eclosión en Alemania, con pantallas gigantes, y miles de personas de diferentes nacionalidades jugando su Mundial aunque no tuvieran tickets para ir a la cancha. Y que incluso se extendió a ciudades no mundialistas.

Después del primer día en Johannesburgo, y con los problemas de comunicaciones y transporte que se presentan, comentábamos ayer entre colegas camino a Sandton,- uno de los centros neurálgicos de la ciudad-, que iba a ser difícil que esa imagen se repitiera aquí, o que pudieramos tomar una cerveza a la vera de una avenida viendo pasar esa fiesta de aficionados de todo el mundo como, por ejemplo, lo hacíamos en Sttutgart cuatro años atrás. Error. Apenas media hora después, cuando llegamos al Nelson Mandela Square, la plaza de Nelson Mandela, pegada al shopping más importante de aquí, nos encontramos con una de esas celebraciones populares, con todos los colores y todos los sonidos, aunque en este caso con una gran mayoría de sudafricanos, y entre ellos la mayor parte sudafricanos negros, vistiendo camisetas de distintas selecciones,-más de Brasil y del propio seleccionado local que del resto-, cantando y bailando, y haciendo sonar todo el tiempo sus vuvuzelas (cornetas). Se dice que salieron a la calle un millón de personas, en lo que los mismos dueños de casa denominaron el Día del Mundial.

Y en un instante preciso, cientos se decidieron a hacer rondas alrededor del Monumento Nelson Mandela (imponente), al grito de “Mandela, Mandela/Mandela, Mandela…”, con las vuvuzelas y otros instrumentos a todo volúmen..

No es para menos. Ellos son invitados a esta fiesta gracias a él. Y hasta la pueden armar ellos mismos. Fue el hombre que les cambió la vida. El que hizo posible que, por ejemplo, pudieran bailar y cantar en un centro comercial de la ciudad, como lo están haciendo ahora. Este, y muchos de otros lugares de la ciudad, este y muchos otros placeres, estaban vedados para los negros hasta el comienzo de los 90, cuando Mandela puso en marcha esta revolución de la libertad que hoy disfrutan.

Falta mucho por vivir aquí, por asimilar y explicar, y es imposible clarificarlo en un solo envio, pero ese baile alrededor del Monumento Nelson Mandela traza una primera aproximación a la Sudáfrica de hoy, a la Sudáfrica del Mundial.

No es que la opresión se terminó ni mucho menos.

Aquí todavía hay mucha desigualdad, y no solo económica. Aquí la mucama que hace la limpieza de nuestras habitaciones por la mañana, trabaja descalza, en pleno invierno. Y evidentemente con una sumisión a sus empleadores (blancos) que no se puede entender ni aceptar.

Aquí Mario, nativo de Mozambique, quien maneja el auto que alquilamos (para nosotros sería muy complicado, con el volante a la derecha y el caos de tránsito en las autopistas, con los carriles al revés) se sorprende cuando le pedimos que nos acompañe en nuestra mesa para cenar. Ellos a menudo no son invitados a la misma mesa. Pero hoy sí son invitados a la misma fiesta del Mundial. Gracias a Mandela. Porque él ideó el cambio después de 27 años de cárcel, y apuntó a la “unión de blancos y negros de forma espontánea y emocional, y vio con claridad que el deporte era una estrategia extraordinaria para lograrlo” (John Carlin, El Factor Humano, Seix Barral).

Esa estrategia contempló primero el Mundial de rugby (1995), como señal de buena voluntad a la minoría blanca que detentaba el poder y para demostrarles que no habría venganza, y después el Mundial de fútbol (2010), para que los negros tuvieran su propia fiesta y comprobaran ellos mismos el terreno que se había ganado.

Queda mucho camino por recorrer. Pero un buen paso será dado cuando la pelota empiece a rodar a las cuatro de la tarde de mañana (11 de la Argentina ), en el Soccer City, en Sudáfrica – México. Ese puntapié inicial, entonces, abrirá mucho más que un Mundial de fútbol. Será un golazo consumado en toda la estrategia pensada por el Mandela estadísta para ese objetivo del verdadero gobierno del pueblo, “un hombre, un voto”, sea blanco o negro.

Sudáfrica “nos metió la mula”

Un sudafricano blanco, muerto por un paro cardíaco, tras varios episodios de intensas convulsiones por explosión interna de carga de cocaína que transportaba en su cuerpo, de los que fuímos testigos muy cercanos tres periodistas en viaje al Mundial de fútbol, no solo provocó que la llegada a la Copa tuviera una impensada escala de un día en la tierra del anterior campeonato ecuménico, sino además, y fundamentalmente, secuelas de todo tipo en el pasaje, tanto que las autoridades de la empresa Lufthansa nos recibieron en Frankfurt junto a especialistas en atención psicológica.
Ya desde el vamos no se trataba de un viaje corto y directo como, por ejemplo, el de algunos “barras” argentinos (estos, y los que viajan desde 86, “desde que tienen relación con Maradona y Bilardo”, de acuerdo a lo que reafirmó Julio Grondona) que llegaron a Johannesburgo y Pretoria en un santiamén.
Concretamente, por la gran demanda próxima a la fecha del Mundial, y por el bloqueo que determinadas agencias (entre ellas alguna “socia” de la AFA ) hacen de los vuelos directos de South African Airway y Malasya Airlines, Guillermo Blanco (Secretaría de Deportes de la Nación , director de DeporTEA), Daniel Mollo (Radio América, Radio Mitre, Magazine TV) y quien esto escribe viajamos rumbo al Mundial vía Europa, con más del doble de trayecto, en el vuelo 511 de Lufthansa, Buenos Aires – Frankfurt, para enlazar con el 2050 de SA, para el tramo Frankfurt – Johannesburgo.
El vuelo partió puntualmente desde Buenos Aires el sábado 5 de junio a las 20.55, debía llegar a Frankfurt a las 15 (hora de Alemania) del domingo 6, para partir a las 20.45 rumbo a Johannesburgo, es decir, con más de cinco de horas previstas originalmente de espera en el Aeropuerto de esta ciudad germana.
Cuando el mapa del itinerario de viaje de la pantalla mostró que el avión que superaba la línea continental para internarse sobre el Atlántico, después del paso por Brasil, empezamos a ver movimientos desesperados de un pasajero que se ubicaba en la calle central de la nave, solo dos filas adelante nuestro, al costado, a no más de dos metros de distancia. Enseguida llamamos a la tripulación, rapidamente se pidió la asistencia de un médico que pudiera encontrarse entre el pasaje, y en menos de un minuto apareció uno, y dos minutos más tarde otro profesional. Las convulsiones y los temblores fueron creciendo, quienes estabamos a los costados ya no teníamos permitido acercarnos (más allá de las propias dificultades físicas que sufrimos algunos por el impacto de la situación, ya que de inmediato se notó que se trataba de una escena de lucha por la vida misma) y entre cuatro personas no podían detener los movimientos del sujeto.
En resumen, estos episodios se repitieron dos veces más, con cada vez más carga de dramatismo, con los médicos revisando desesperadamente el botiquín de a bordo para ver con que elementos contaban. Uno preparó y aplicó dos inyecciones. El otro hizo cortes en el brazo, casi como de pequeña intervención quirúrgica “a sangre viva”. Finalmente, el hombre en cuestión fue bajado entre varios hacia el piso del pasillo, detrás de la cortina de la tripulación. Allí pudimos observar ya desesperadas maniobras de resucitación.
Pasaron varios minutos. No hubo reacciones fuera de lugar. Sí un tenso silencio. Y comentarios por lo bajo. Se dudaba sobre la vida del afectado. Al rato el capitán anuncia, por altoparlantes, en tres idiomas (alemán, inglés, español) que decidió regresar hacia el continente e intentar aterrizar en Recife, Brasil, “por una persona que esta muy enferma y de quien se intentará salvar su vida”. Sin ocultar información, el mapa de la pantalla mostraba que el dibujito del avión ya estaba próximo a suelo africano, a la altura de Dakar, para luego pasar a Europa. Nadie se quejó. El valor de una vida supera cualquier dificultad, cualquier conexión, cualquier historia, incluso las de los propios médicos que seguramente tenían que llegar a destino a tiempo por determinada circunstancia y que hicieron lo imposible para ayudar.
Después de un aterrizaje forzozo y realmente traumático en una pista demasiado corta para el porte de la nave en la que viajabamos, y aproximadamente una hora después de espera en suelo brasileño el capitán volvió a tomar el micrófono y sin ningún ocultamiento “políticamente correcto” dio la información oficial, cruda y contundente: “La persona a la que se asistió y por la cuál el vuelo volvió sobre su camino, falleció, y como se le encontró gran cantidad de cocaína, ya arribó el cónsul alemán al lugar y se esperan los peritajes de la Policía Federal Científica brasileña y el resto de los trámites pertinentes. Pero, además, estamos a la espera de un turno, detrás de otros aviones, para el reaprovisionamiento de combustible”
Todo fue muy fuerte, demasiado. Hasta la imagen que pudimos observar de la policía bajaba el cuerpo en una bolsa y, lo peor, como esa bolsa fue dejada en el piso, casi como abandonada, durante un buen rato, debajo del ala derecha de la nave, debajo de la ventanilla de nuestra fila de asientos.
Fueron ¡siete horas varados en Recife! y al cabo de un viaje de más de 22 horas, en el arribo a Frankfurt, el capitán agradeció “la madurez y la tranquilidad” del pasaje, aunque anunció lo de la atención psicológica al bajar al aeropuerto. Entre todos los que se portaron muy bien, pese al dramatismo de la situación, vale destacar a un bebé, que originalmente estaba con sus padres en la fila de adelante del pasajero fallecido y que luego fue trasladado a otro sector y de quien no se escuchó ni un solo llanto.
Todavía ahora, casi 24 horas después, en hotel 5 estrellas de Frankfurt que puso la compañía para esperar un nuevo vuelo a Johannesburgo en la noche del lunes, no nos podemos sacar de la cabeza esas imágenes y esos momentos.
Finalmente se supo que “la mula” se trataba de un pasajero sudafricano de 33 años, quien, vía Argentina, viajaba a Dublín. No solo se encontró cocaína en su cuerpo. También en el equipaje de mano, y en el análisis químico del pasaporte. La droga en vuelo, y siempre, mata.

De Frankfurt a Johannesburgo, de Mundial a Mundial

FRANKFURT, Alemania.- El destino quiso que fuera así. Viajamos de Mundial a Mundial, desde dónde dejamos uno a dónde empezaremos otro, literalmente. Esos caprichos de la providencia quisieron que, para llegar a Johannesburgo, en la previa de la Copa del Mundo Sudáfrica 2010, tuvieramos que caminar con nostalgia por las mismas calles de Frankfurt, Alemania, que nos cobijó durante gran parte el anterior certamen ecuménico, y por las que dimos justamente los últimos pasos antes del regreso en 2006.
Por el episodio contado en estas páginas, de un sudafricano “mula” que murió en pleno vuelo por el estallido de una carga de cocaína en su cuerpo, en el viaje a Frankfurt que era escala a Johannesburgo, tuvimos que hacer previo paso por en esta bella y prolífica ciudad alemana, la tierra de Goethe, de los grandes rascacielos que se mezclan con las cúpulas de iglesias de estilo medieval reconstruídas tras la segunda guerra.
En el mismo imponente aeropuerto y en las mismas estaciones y los mismos trenes por los que pasamos durante el anterior Mundial ya se respira el clima de esta Copa. Pasajeros con la camiseta de Alemania, afiches de Sudáfrica 2010 en los andenes, la imagen de Ballack (emblema del equipo germano, quien a último momento quedó afuera del certamen por lesión) en las ventanillas de la Die Bahn (la impecable empresa estatal alemana de trenes) y decenas de publicaciones alusivas al Mundial en las librerías que abundan en estas estaciones…
Parece mentira, como un propio guiño caprichoso del destino, que el Mundial este empecemos a vivirlo justamente aquí, dónde cerramos aquel. Y que nos demos el gusto íntimo de repetir ritos de hace cuatro años: tomar un café en el mismo local de siepre frente a la inmensidad de los andenes de la Estación Central de Frankfurt, y más tarde pedir el clásico sándwich de mozzarella y tomate con gaseosa naranja que comíamos y tomabamos religiosamente cada mediodía, antes de partir a cada sede, a cada partido, o al centro de prensa, en el local de la vuelta, frente al lugar dónde recordamos que hace cuatro años había una exposición de imágenes de los mundiales, en una galería dónde en la noche del 21 de junio de 2006 asistimos a un inolvidable “picado” improvisado entre hinchas argentinos y holandeses, mucho más divertido que el propio partido que sus seleccionados habían protagonizado horas antes en el estadio de esa ciudad, un híbrido 0 a 0, única vez que fue titular Lionel Messi en el Mundial pasado.
Nos quedamos con ganas de verlo más, tanto como de que Riquelme completara su gran obra del Mundial, que dejaron trunca en el partido con Alemania. Lo pensamos mientras miramos el imponente edificio dónde ya no está la gigantografía de Messi que dominaba su fachada también cuatro años atrás. Ojalá esta vez sí Lio pueda ser el gigante que todos esperamos…

a punto de partir a Sudáfrica

Hacia un mundo nuevo para el fútbol...