
El procedimiento de Daniel Passarella para echar a Matías Almeyda no fue precisamente el más prolijo. Un llamado "entre gallos y medianoches" para una reunión con todo definido, un despido desmentido hace menos de dos meses en esas impresentables "conferencias de prensa" con un comunicado mal leído. Las formas, está claro, son reprochables. Pero la verdad es que el fondo de la cuestión, desde el punto de...