Decíamos que más que esto, o mucho más, Aldosivi no tiene. En un año de transición, con resultados muy positivos reflejados en la cantidad de chicos del Proyección Juvenil que ya nutren con competitividad el plantel profesional, los méritos son evidentes. Sigue en la pelea por llegar al fútbol grande, incluso mucho más arriba que lo imaginado al principio, aunque con expectativas "desinfladas" con respecto al gran comienzo de 2009, cuando de buenas a primeras se metió en zona de ascenso directo.
Todo eso no significa que no se quiera llegar. Ayer, por caso, Aldosivi, con lo que tiene, hizo todo para aprovechar la oportunidad que le daban otros resultados, y estuvo a tiro de meterse otra vez en zona de promoción. Se lo impidieron los palos. Con ellos se forman los arcos, claro, y para algo están, pero cuando la pelota pega cuatro veces ahí francamente no se puede evitar el pensamiento de que la pelota "no quiso entrar". Aunque habrá que afinar aun más la puntería...
En efecto, si la pelota pegó cuatro veces en los palos del arco rival, y la diferencia en situaciones a favor fue ostensible, se debe concluir en que Aldosivi,-se insiste, con lo que tiene-, hizo todo para ganar. Y simplemente no se le dio la victoria. El equipo volvió a la actitud de gran parte del anterior partido de local ante Instituto, salió de la apatía con la que pareció jugar frente a Los Andes, e incluso le agregó un plus de agresividad, por lo que obligó y jugó Joel Carli desde el fondo (cada vez más aplomado, cada vez más sobrio y con más presencia, no solo en el sector defensivo, tanto que casi hace un golazo para cerrar la cancha), por lo que también presionan hacia adelante Gallardo y Roselli, por lo que aportaron Briones y una muy buena promesa como el pibe Rodríguez Rendón por la izquierda.
Pero a Aldosivi, a no engañarse, volvió a faltarle volumen de juego, esencial para no tener que lamentar una supuesta confabulación de la mala fortuna o un golpe de buena suerte, que no de precisamente en el palo. Alfredo Ramúa, una vez más, no gravitó, ni tuvo final para casi nada de lo que se inició. Se extraña a Elvio (Martínez, el conductor) como al agua, y cuesta entender, cuando la pelota rebota tanto y no se la puede tener, con tanta falta de buen pie, como un jugador como Gastón Erviti queda afuera de un plantel de 18. Sobretodo teniendo en cuenta que hace tres partidos jugó muy bien en Córdoba ante Belgrano y cuando debió salir de la cancha, extenuado, el equipo se quedó sin pase.
Con lo que tiene, y con lo que le falta, con todo lo que dejó ayer, sin guardarse nada, Aldosivi está a tres puntos de promoción. Habrá que ver si la falta de juego la podrá seguir disimulando tan bien como ayer. Si fuera así, con las situaciones que tuvo, con un poco más de puntería, todavía se puede seguir soñando con el premio extra para un año en el que, de todos modos, se van cumpliendo los objetivos fijados desde el principio. Es lógico que el hincha quiera un poco más,-sobretodo cuando ve que no está tan lejos de los de arriba-, aunque ayer haya pasado de la inquietud al aplauso, por un reconocimiento a lo evidente. Aldosivi hizo todo lo que pudo. Y no le alcanzó.
Todo eso no significa que no se quiera llegar. Ayer, por caso, Aldosivi, con lo que tiene, hizo todo para aprovechar la oportunidad que le daban otros resultados, y estuvo a tiro de meterse otra vez en zona de promoción. Se lo impidieron los palos. Con ellos se forman los arcos, claro, y para algo están, pero cuando la pelota pega cuatro veces ahí francamente no se puede evitar el pensamiento de que la pelota "no quiso entrar". Aunque habrá que afinar aun más la puntería...
En efecto, si la pelota pegó cuatro veces en los palos del arco rival, y la diferencia en situaciones a favor fue ostensible, se debe concluir en que Aldosivi,-se insiste, con lo que tiene-, hizo todo para ganar. Y simplemente no se le dio la victoria. El equipo volvió a la actitud de gran parte del anterior partido de local ante Instituto, salió de la apatía con la que pareció jugar frente a Los Andes, e incluso le agregó un plus de agresividad, por lo que obligó y jugó Joel Carli desde el fondo (cada vez más aplomado, cada vez más sobrio y con más presencia, no solo en el sector defensivo, tanto que casi hace un golazo para cerrar la cancha), por lo que también presionan hacia adelante Gallardo y Roselli, por lo que aportaron Briones y una muy buena promesa como el pibe Rodríguez Rendón por la izquierda.
Pero a Aldosivi, a no engañarse, volvió a faltarle volumen de juego, esencial para no tener que lamentar una supuesta confabulación de la mala fortuna o un golpe de buena suerte, que no de precisamente en el palo. Alfredo Ramúa, una vez más, no gravitó, ni tuvo final para casi nada de lo que se inició. Se extraña a Elvio (Martínez, el conductor) como al agua, y cuesta entender, cuando la pelota rebota tanto y no se la puede tener, con tanta falta de buen pie, como un jugador como Gastón Erviti queda afuera de un plantel de 18. Sobretodo teniendo en cuenta que hace tres partidos jugó muy bien en Córdoba ante Belgrano y cuando debió salir de la cancha, extenuado, el equipo se quedó sin pase.
Con lo que tiene, y con lo que le falta, con todo lo que dejó ayer, sin guardarse nada, Aldosivi está a tres puntos de promoción. Habrá que ver si la falta de juego la podrá seguir disimulando tan bien como ayer. Si fuera así, con las situaciones que tuvo, con un poco más de puntería, todavía se puede seguir soñando con el premio extra para un año en el que, de todos modos, se van cumpliendo los objetivos fijados desde el principio. Es lógico que el hincha quiera un poco más,-sobretodo cuando ve que no está tan lejos de los de arriba-, aunque ayer haya pasado de la inquietud al aplauso, por un reconocimiento a lo evidente. Aldosivi hizo todo lo que pudo. Y no le alcanzó.
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