
Nos estamos yendo del año en el que vivimos en peligro. Más bien el año en el que vivió en peligro la Selección, y por consiguiente, el fútbol argentino en general. Porque, en realidad, el resto de los peligros que nos auguraron las pitonisas obesas y los pitonisos flacos de ideas, todavía,-gracias a Dios, pero también seguramente a quienes gobiernan, y a nosotros mismos-, no se hicieron realidad. Pero ya vendrán al...