Una vez más quedó demostrado que los partidos del fútbol "de verano" no son amistosos. Pertenecen a torneos, y son clásicos, que evidentemente los protagonistas necesitan ganar tanto como los oficiales. Determinan el futuro, marcan tendencias, catapultan jugadores y hasta echan técnicos (pregúntenle a Ramón Díaz, de cuando perdió contra los pibes de Boca...).
Nadie debe sorprenderse entonces, aunque lo hacen, con la pierna fuerte, el ritmo, y los excesos por sobre el reglamento que abundaron en el choque Boca-San Lorenzo del miércoles pasado, ni asombrarse por como festejaron Palermo y sus compañeros el gol del empate en el cuarto minuto de descuento. Mucho más extraño resulta que se escandalicen porque el goleador celebró frente a la tribuna de San Lorenzo. ¿Qué iba a hacer, si el gol lo hizo ahí? ¿Iba a salir corriendo para el otro lado de la cancha?
Está claro, entonces, el 3 a 3 entre Boca y San Lorenzo fue mucho más que un amistoso. Fue un espectáculo vibrante y emotivo y con dos equipos que buscaron no solo el resultado sino también certezas. El gol de Palermo significó mucho más que un empate. Se trata de un empujón anímico para un equipo que terminó 2009 de derrota en derrota y que no quería de ninguna manera arrancar 2010 de la misma manera. Por eso el abrazo de Abbondanzieri y Palermo, y el del arquero con Basile. Todos se juegan mucho. También en San Lorenzo, ya que a Simeone también le llega la hora de demostrar si puede armar un equipo con una idea y una línea definida.
Y por cierto que las conclusiones habrán sido valiosas para ambos. Más allá de las chicanas por el resultado y el mal arbitraje de Rafael Furchi.
A Boca le sirvió de mucho ratificar que literalmente no tiene defensa. Que no la tuvo durante todo 2009 y que sigue sin tenerla en el comienzo de este año. Más allá de cambios de nombres y posiciones, las facilidades que da son enormes. Y, contra todo lo que se dijo en este tiempo, se entiende por qué Basile quiere retener a Abbondanzieri. Es que se trata del único arquero en el fútbol argentino que ataja sin defensa. Hasta se podría decir: si se las arregló así es porque Abbondanzieri sigue siendo el mejor de todos. Por lo pronto, el miércoles salvó a su equipo de la derrota con una atajada espectacular sobre el ángulo tras remate de Bordagaray en un contraataque perfecto que liquidaba el partido (ganaba San Lorenzo 2 a 1).
A Basile le sirve esto para mantener la presión sobre la necesidad de traer refuerzos para la defensa y también para el sector de volantes, porque allí empieza el problema de la contención.
Y también el DT pudo rescatar aspectos positivos. La confirmación del desequilibrio de Nicolás Gaitán, a quien Basile le encontró su verdadero puesto, suelto como delantero por afuera. Y tal como Abbondanzieri le susurró en el oído en el festejo final "los cambios fueron perfectos". Medel rinde mejor de lateral que como volante, ya que en el medio su desorden fue manifiesto. Y Matías Giménez y Pablo Mouche abrieron aun más la cancha en ofensiva, a la vez que pararon la dinámica que impone San Lorenzo por los extremos.
Y, justamente, las conclusiones para Simeone también fueron positivas. Sigue sin verse claramente un estilo bien definido pero al menos San Lorenzo se sincera en sus características. Es un equipo utilitario pero rápido, que alternativamente es conservador pero muy práctico . Tanto Estudiantes como River fueron con Simeone muy frontales, muchas veces con más vértigo que juego, pero muy ofensivos. Acá da la sensación, al menos por ahora y por el plantel con que cuenta, que a este San Lorenzo le sienta mejor el contraataque, tener espacios para ganar en velocidad en las transiciones entre líneas. Por la explosión de Rivero por derecha, por lo del "Kily" o Rusculleda (que también puede enganchar) por izquierda, por lo intratatable que arrancó el año Bordagaray, por su oportunismo, y por la velocidad de Alejandro Gómez si se queda. También Simeone ratificó su idea de que debe reforzar la retaguardia, por la salida de Civelli, pero, igualmente, con Bottinelli, y comparándola con la de Boca, cualquier defensa se parece a la de Italia.
Nadie debe sorprenderse entonces, aunque lo hacen, con la pierna fuerte, el ritmo, y los excesos por sobre el reglamento que abundaron en el choque Boca-San Lorenzo del miércoles pasado, ni asombrarse por como festejaron Palermo y sus compañeros el gol del empate en el cuarto minuto de descuento. Mucho más extraño resulta que se escandalicen porque el goleador celebró frente a la tribuna de San Lorenzo. ¿Qué iba a hacer, si el gol lo hizo ahí? ¿Iba a salir corriendo para el otro lado de la cancha?
Está claro, entonces, el 3 a 3 entre Boca y San Lorenzo fue mucho más que un amistoso. Fue un espectáculo vibrante y emotivo y con dos equipos que buscaron no solo el resultado sino también certezas. El gol de Palermo significó mucho más que un empate. Se trata de un empujón anímico para un equipo que terminó 2009 de derrota en derrota y que no quería de ninguna manera arrancar 2010 de la misma manera. Por eso el abrazo de Abbondanzieri y Palermo, y el del arquero con Basile. Todos se juegan mucho. También en San Lorenzo, ya que a Simeone también le llega la hora de demostrar si puede armar un equipo con una idea y una línea definida.
Y por cierto que las conclusiones habrán sido valiosas para ambos. Más allá de las chicanas por el resultado y el mal arbitraje de Rafael Furchi.
A Boca le sirvió de mucho ratificar que literalmente no tiene defensa. Que no la tuvo durante todo 2009 y que sigue sin tenerla en el comienzo de este año. Más allá de cambios de nombres y posiciones, las facilidades que da son enormes. Y, contra todo lo que se dijo en este tiempo, se entiende por qué Basile quiere retener a Abbondanzieri. Es que se trata del único arquero en el fútbol argentino que ataja sin defensa. Hasta se podría decir: si se las arregló así es porque Abbondanzieri sigue siendo el mejor de todos. Por lo pronto, el miércoles salvó a su equipo de la derrota con una atajada espectacular sobre el ángulo tras remate de Bordagaray en un contraataque perfecto que liquidaba el partido (ganaba San Lorenzo 2 a 1).
A Basile le sirve esto para mantener la presión sobre la necesidad de traer refuerzos para la defensa y también para el sector de volantes, porque allí empieza el problema de la contención.
Y también el DT pudo rescatar aspectos positivos. La confirmación del desequilibrio de Nicolás Gaitán, a quien Basile le encontró su verdadero puesto, suelto como delantero por afuera. Y tal como Abbondanzieri le susurró en el oído en el festejo final "los cambios fueron perfectos". Medel rinde mejor de lateral que como volante, ya que en el medio su desorden fue manifiesto. Y Matías Giménez y Pablo Mouche abrieron aun más la cancha en ofensiva, a la vez que pararon la dinámica que impone San Lorenzo por los extremos.
Y, justamente, las conclusiones para Simeone también fueron positivas. Sigue sin verse claramente un estilo bien definido pero al menos San Lorenzo se sincera en sus características. Es un equipo utilitario pero rápido, que alternativamente es conservador pero muy práctico . Tanto Estudiantes como River fueron con Simeone muy frontales, muchas veces con más vértigo que juego, pero muy ofensivos. Acá da la sensación, al menos por ahora y por el plantel con que cuenta, que a este San Lorenzo le sienta mejor el contraataque, tener espacios para ganar en velocidad en las transiciones entre líneas. Por la explosión de Rivero por derecha, por lo del "Kily" o Rusculleda (que también puede enganchar) por izquierda, por lo intratatable que arrancó el año Bordagaray, por su oportunismo, y por la velocidad de Alejandro Gómez si se queda. También Simeone ratificó su idea de que debe reforzar la retaguardia, por la salida de Civelli, pero, igualmente, con Bottinelli, y comparándola con la de Boca, cualquier defensa se parece a la de Italia.
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