JOHANNESBURGO, Sudáfrica.- Holanda monopolizó la pelota y dio una lección de fútbol ante Dinamarca y se impuso por 2 a 0, con tantos de Simón Poulsen en contra a los 42’’ del segundo tiempo y de Kuyt a los 40’, en partido que se disputó en el imponente Soccer City, en el marco del Grupo E de la Copa del Mundo Sudáfrica 2010.
Por la envergadura del rival, si se tiene en cuenta que Dinamarca es más fuerte y férreo defensivamente que Australia, lo de Holanda fue incluso mejor que lo de Alemania, y se constituyó así en lo más vistoso del Mundial hasta acá.
Holanda fue la naranja no mecánica porque extractó lo mejor del juego de su historia, pero con más apego a la pelota que a la mecánica y la táctica.
Jong y Van Bommel fueron “pack man” que se “devoraron” todo en el medio, pero después progresaron en el campo contrario con criterio. Y a partir de ahí, la conducción del clarividente Snejder y el abanico de talento colectivo que se prolongó en Van Der Vaart, Van Persie y Kuyt.
Todo esto con suma paciencia, sin apuro, contra un Dinamarca que no le dejó un solo espacio en el primer tiempo. Pero en el arranque del complemento, a los 42’, llegó el error forzado cuando desbordó Van Persie por izquierda y mandó el centro que iba para Kuyt pero que interceptó Simón Poulsen, intentando despejar con un giro de su cabeza, pero no hizo más que introducir el balón en el arco de su propio equipo. Paradojicamente, el mismo Poulsen salvó otra caída de la valla de Dinamarca despejando un balón sobre la línea.
Después, para completar el “show” faltaría el ingreso de Eljero Elía, el moreno de Hamburgo que parece un “reo” de Villa Fiorito por su atrevimiento para tirar caños y tacos y la facilidad para desbordar por izquierda. El recibió el pase perfecto de Snejder a los 40’ y tocó sutil hacia un costado ante la salida del arquero. La pelota dio en el paló y empujó Kuyt para el 2 a 0. Holanda dejó la pelota como una naranja.
Por la envergadura del rival, si se tiene en cuenta que Dinamarca es más fuerte y férreo defensivamente que Australia, lo de Holanda fue incluso mejor que lo de Alemania, y se constituyó así en lo más vistoso del Mundial hasta acá.
Holanda fue la naranja no mecánica porque extractó lo mejor del juego de su historia, pero con más apego a la pelota que a la mecánica y la táctica.
Jong y Van Bommel fueron “pack man” que se “devoraron” todo en el medio, pero después progresaron en el campo contrario con criterio. Y a partir de ahí, la conducción del clarividente Snejder y el abanico de talento colectivo que se prolongó en Van Der Vaart, Van Persie y Kuyt.
Todo esto con suma paciencia, sin apuro, contra un Dinamarca que no le dejó un solo espacio en el primer tiempo. Pero en el arranque del complemento, a los 42’, llegó el error forzado cuando desbordó Van Persie por izquierda y mandó el centro que iba para Kuyt pero que interceptó Simón Poulsen, intentando despejar con un giro de su cabeza, pero no hizo más que introducir el balón en el arco de su propio equipo. Paradojicamente, el mismo Poulsen salvó otra caída de la valla de Dinamarca despejando un balón sobre la línea.
Después, para completar el “show” faltaría el ingreso de Eljero Elía, el moreno de Hamburgo que parece un “reo” de Villa Fiorito por su atrevimiento para tirar caños y tacos y la facilidad para desbordar por izquierda. El recibió el pase perfecto de Snejder a los 40’ y tocó sutil hacia un costado ante la salida del arquero. La pelota dio en el paló y empujó Kuyt para el 2 a 0. Holanda dejó la pelota como una naranja.
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