El deporte como antídoto

La Cámara de Senadores aprobó recientemente, y convirtió en Ley, un proyecto que crea un ente encargado de financiar la carrera deportiva de los atletas que será soportado con lo recaudado de un impuesto aplicado sobre las facturas de los servicios de telefonía celular.
El proyecto crea el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD) con el que se busca gestionar apoyo económico para los atletas olímpicos.
Según la norma -impulsada por el Comité Olímpico Argentino, por idea de su flamante presidente Gerardo Werthein, y la Secretaría de Deporte de la Nación- el dinero provendrá de un impuesto del 1 por ciento sobre el precio de las facturas de los teléfonos celulares.
Así lo establece el artículo 26 de la propuesta, que señala que el ENARD será financiado "con el producto de un aporte adicional del uno por ciento aplicado sobre el precio de los servicios y abonos que las empresas de telefonía celular facturen a sus clientes, neto de IVA".
?Éste no es el logro de una persona, éste es el logro de todos los chicos, de los deportistas. Y así lo entendieron los señores diputados y los senadores, con una votación abrumadora?, dijo el titular del COA, Gerardo Werthein, impulsor de la idea.
?Esta Ley le va a hacer muy bien al deporte argentino. Esto fue una lucha del día a día y esto nos va a dar la posibilidad de tener la infraestructura para poder estar a la par de otros países que sí la tienen?, dijo la atleta Alejandra García en representación de los deportistas.
El impuesto podría llegar a ser de 40 o 50 centavos, o un peso, o dos, de acuerdo al consumo. Muchos de los que hoy se muestran contrariados con la medida, o de los que incluso prepararon manifestaciones en su contra, quizá gasten diariamente, por ejemplo, cinco pesos en cigarrillos, la antítesis de lo saludable del deporte.
Pero la queja, está visto, también es un deporte nacional, promovido intencionalmente, y sin impuestos.
La inseguridad no es una sensación. Claro que es una realidad de la humanidad, como la violencia misma. Pero también puede ser una abstracción. Si se habla de ella con frases hechas, lugares comunes o reclamos vacuos. Claro que todos queremos más seguridad. La querían y la necesitaban los Pomar en la ruta, la pide urgente cada mujer golpeada en la intimidad de su hogar, no la tenían las víctimas de Astiz, quien ahora,-no antes-comparece ante la Justicia por delitos de lesa humanidad y concurre a la audiencia con el libro "Volver a matar", del ex funcionario de Menem Juan B. Yofre. ¿Se puede hablar de más inseguridad que cuando estos sujetos caminaban campantes por nuestras mismas veredas?
Claro que todos queremos más seguridad. En nuestras calles, para nuestros hijos. Como en las calles contaminadas de violencia de todo el mundo. El tema es como buscarla, con que propuesta, más allá del reclamo retórico. La inseguridad se puede combatir desde el aspecto social, por todo lo que nos falta. Seguramente así se reduciría un factor. Aunque la violencia intrínseca en el ser humano seguiría estando. Otra forma sería encarar en serio la cuestión de nuestras fuerzas de seguridad.
Pero con la seguridad, o la inseguridad, pasa como con tantos temas. Se reclama, no se aporta la solución. Como se habla ligeramente de la pobreza y la redistribución de la riqueza, sin decir como se hará para reedistribuir en serio si cuando surge alguna medida para que aporten algo más los que más ganan, las reacciones sabemos que dimensión alcanzan.
Pues bien, en ese sentido, muchos de los mismos que reclaman por más seguridad hoy pegan el grito en el cielo porque les sacan el 1% del gasto de sus celulares para financiar la carrera deportiva de los atletas olímpicos, a través de una Ley de la Nación aprobada en forma casi unánime (55 votos a favor en el Senado contra uno solo en contra).
Desde los países más desarrollados, hasta el ejemplo de Cuba, con su pelea desigual, el deporte es un instrumento fundamental para la mejoría integral de una sociedad, para su crecimiento moral y espiritual, también para combatir el delito. El deporte es salud y sabiduría. Y para que cada vez más chicos de la calle, más excluídos, más integrantes en general de diversas capas de la sociedad se sumen a la actividad deportiva, será necesario el fomento del deporte social, cada vez más presupuesto para el área en todos los niveles, políticas direccionadas en ese sentido (como hoy las de Claudio Morresi en la Nación o Alejandro Rodríguez en la provincia de Buenos Aires, por ejemplo), pero siempre será fundamental que esos chicos, esos jóvenes, tengan émulos, espejos en los cuales mirarse. Saber que ellos también podrán llegar. A esos espejos, a esos ejemplos, que multipliquen la cantidad de atletas, está dirigida esta idea impulsada por el COA de Werthein. El deporte como antídoto para algunos de los flagelos de nuestros días. El deporte como propuesta, una al menos, para que no todo quede en el reclamo y la queja.

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