El pasamanos

Nos estamos yendo del año en el que vivimos en peligro. Más bien el año en el que vivió en peligro la Selección, y por consiguiente, el fútbol argentino en general. Porque, en realidad, el resto de los peligros que nos auguraron las pitonisas obesas y los pitonisos flacos de ideas, todavía,-gracias a Dios, pero también seguramente a quienes gobiernan, y a nosotros mismos-, no se hicieron realidad. Pero ya vendrán al acecho nuevamente con el dólar a cinco pesos, la crisis energética, el lomo a 85 pesos, la leche importada, el diciembre negro (ah, ya estamos a 30...), los saqueos que no sacan y el helicóptero que no llega...Va a a ser un brindis de insatisfacción para ellos. No se cumplieron sus profecías. Pero no tienen paz. Irán por más.

Pero la Selección sí que vivió en peligro. No solo porque estuvo al borde del repechaje o de quedar afuera del Mundial. Sino más bien porque fue el año en el que definitivamente perdió el rumbo. Porque perdió el prestigio y el horizonte, pero también y fundamentalmente porque nunca encontró ideas, planes, un equipo.

Nos hizo seis Bolivia, nos hizo tres Brasil en casa, sufrimos contra Perú, nos bailó España y nos hizo cuatro...¡Cataluña!, un combinado que se juntó después de los ravioles (o la tortilla española) del mediodía.

Pero, más allá de eso, resultados contundentes y lamentables, que se perdió más que lo que se ganó, y en muchos casos contra equipos de segundo o tercer orden, lo que se perdió es la vergüenza. Ni siquiera la línea, porque nunca la hubo en este proceso.

Pero sin ideas ni plan, sin equipo ni siquiera esbozado, con más de 80 jugadores convocados, lo peor es que la Selección fue de papelón en papelón. El anteúltimo, el de las declaraciones obscenas de Maradona, debió haber sido la gota que colma el vaso. Pero no fue así. Quedó lugar para otra gota. Esta última, la del "culebrón" Bilardo - Mancuso y las amenazas nunca concretadas del doctor ("Mancuso está fomentando la división entre Diego y yo. Por eso, al que me ataca, lo mato").

Pero una vez más el doctor "se fue al mazo". En realidad, a Bilardo siempre le gustó el poder, pero nunca lo ejerció. En realidad, le gustan los lugares, pero lo manejan otros. Tanto le gustan los lugares que cuando lo designaron manager de la Selección no quiso dejar el cargo en la Secretaría de Deportes de la Provincia (dónde no había hecho absolutamente nada), hasta que le dijeron que era incompatible... Tanto le gustan los lugares que ahora amenazó con decir "toda la verdad" con respecto a esta "guerra intestina" de la Selección ¡justamente en su programa de radio!. Es el manager o el director general, o como se llame, de los seleccionados argentinos, y tiene todavía un programa de radio. Para eso, ¿por qué no se sinceran y lo ponen directamente a Niembro de técnico? Al menos será un poco más inteligente que todos los que están y lo va a llamar a Riquelme...

Lo cierto es que una vez más Bilardo no dijo nada. Como en tantos juicios en los que "se fue al mazo". O como cuando debió decirle cosas a Maradona, incluso en su época de jugador, y no se animó. O hacía "la vista gorda" a ciertas cosas. Y después no apareció cuando Diego más lo necesitaba.

Lo único entendible que dijo Bilardo en su "famoso" programa del 28 de diciembre (y no fue una broma de los inocentes) es que "ahora" quedaron bien delimitados los lugares que debe ocupar cada uno en el cuerpo técnico (¡ahora, más de un año después de iniciado este "engendro"!). "Esto es así, si surge un partido, Grondona me lo dice a mí, yo se lo digo a Diego, Diego me dice sí o no y yo se lo digo a Grondona (...) Si hay que convocar a un jugador, Diego me lo dice a mí, yo le aviso a Moschella (N.de R: secretario administrativo de la AFA), le avisamos a Julio...". Esto, en realidad, es una versión libre, o una traducción al castellano de lo que quiso decir Bilardo y le tratamos de entender en la noche del lunes. En pocas palabras, quedó conformado un cuerpo técnico "pasamanos". Y en ese "pasamanos", ese es el rol del médico-manager-conductor de "La Hora de Bilardo": pasarle el papelito a Grondona, o a Maradona, o a Moschella, o al telefonista de la AFA (que, con todo respeto, tiene una función más clara que la del doctor). Eso sí, nunca a Mancuso...

Esos son los papeles del papelón permanente que es la Selección. Así estamos. Dios y los jugadores nos salven...Y como Dios está para cosas más importantes, que se ilumine Messi y que aparezca alguien para pasarle la pelota...

De mitos y peces

Con la final del Mundial de Clubes de fútbol que Barcelona le ganó a Estudiantes por 2 a 1 se reavivó el mito de la diferencia entre la preparación física de los europeos y la de los sudamericanos.

Una vez más volvió a escucharse que Barcelona terminó "más entero", que se veía a los jugadores de Estudiantes "exhaustos" y a los del equipo español muy "frescos" en el segundo tiempo, que se notaba la transpiración de Verón y el rostro "limpio" y sin sudor visible de Ibrahimovic, y otras frases de ese tipo...

Se trata de eso, nada más y nada menos que un mito. No es que Barcelona estaba mejor fisicamente, que estaba mejor preparado o que, como equipo europeo, estaba "cientificamente" entrenado para un partido como el del sábado, de 120 minutos.

Por el contrario, Barcelona llegaba a esta instancia con más partidos como carga en el año,-¡89!-, venía de una jornada menos de descanso, porque había jugado el miércoles con Atlante y Estudiantes el martes con los coreanos, y ya hace mucho tiempo que quedó atrás aquello de que en Europa "se entrena más". Es al revés, y lo cuentan los jugadores argentinos cuando vuelven. Otro detalle que demuestra que Barcelona aun "trabaja" menos que Estudiantes y que varios equipos argentinos es que el plantel catalán generalmente ¡no concentra! en la noche previa a los partidos que juega como local.

Pero la cuestión es muy simple. Barcelona hace correr la pelota. Siempre. Y Estudiantes corrió practicamente durante 120 minutos detrás de la línea de la pelota. Y no hicieron eso cuatro, cinco o siete jugadores. Lo hicieron nueve. Una línea de cuatro, otra de cinco, y solo, bien solo, Boselli arriba.

Así era natural el desgaste que iban a sufrir los futbolistas del campeón de América. Era el riesgo al que se tenía que atener por el planteo elegido. ¿No hubiera sido mejor arriesgar de otra forma? Ahora se elogia exageradamente "el planteo" de Estudiantes, "la inteligencia" de haber jugado con un solo delantero. Acaso si hubiera tenido otro delantero quizá Piqué, quien fue quien cabeceó hacia Pedro en la jugada del empate en el área contraria (tras un despeje fallido de Verón), a dos minutos del final, no hubiera podido subir con la preocupación de otro atacante a marcar.

A estos argumentos se los podrá contraponer que así Estudiantes estuvo "a dos minutos de la gloria". Verdad, a medias, como muchas verdades del fútbol. También estuvo, permanentemente, a 80, 90 o 120 minutos del "cadalso", porque Barcelona monopolizó el juego y la pelota y por momentos, sobretodo en el segundo tiempo, dominó a voluntad. Es cierto que tuvo la "fortuna" de empatar a dos minutos del final. Como Estudiantes tuvo la "fortuna" de que no le igualaran en varias de las tantas situaciones anteriores muy claras que tuvieron mucho antes Pedro o Ibrahimovic, o las de Xavi,-con un penal incluído, no sancionado-.

Lo cierto es que Barcelona hizo historia y se transformó en el equipo que más títulos importantes ganó en un año, pero siempre lo hizo a través del juego, nunca renunciando a su idea, al verdadero fútbol que le gusta a la gente. Lionel Messi fue nada más, y nada menos, que el ejecutor final y el más brillante de esa orquesta, con goles decisivos, en cinco de esas seis definiciones que fueron para el equipo de Pep Guardiola. No se podrá discutir, entonces, el premio que ayer recibió de la FIFA como el mejor futbolista del mundo de 2009. Ahora deberá refrendarlo, ojalá, en el Mundial.

Lo de Estudiantes fue digno, eso sí, y hay que destacar su competitividad. Aunque no pudo, o no quiso, desplegar el juego que mostró en buena parte de la Libertadores que ganó. Un equipo argentino no debería adoptar a priori nunca el papel de partenaire o inferior frente a un conjunto español, por más poderoso que parezca. Y Estudiantes tuvo esa postura. Igualmente, en tiempos de "vacas flacas", gran parte del fútbol argentino debe agradecerle a Estudiantes esa competitividad, esa representación, esa lucha hasta el final. Gran parte. No todo. Los que se quedaron sin poder disfrutar de la medalla del subcampeón y del orgullo de esa competitividad,-de la que se pueden vanagloriar la mayoría de los hinchas de Estudiantes- son los fundamentalistas que dicen que el segundo no existe. Una pena por ellos. El pez por la boca muere.

Noticias

Noticias del último domingo de fútbol de 2009. Perdieron los dos que se disputaban por el título. Una tónica de lo que fue el campeonato, de lo que es hoy el fútbol argentino.

Banfield salió campeón porque fue el mejor, y no al revés. Eso no quiere decir que haya sido brillante, ni mucho menos. Pero fue el más sólido, el más ordenado, el más prolijo, el que mejor jugó, más allá de los nervios del último partido, coyuntural, y de la falta de vuelo, casi permanente. Obvio que no fue un campeón del "tiki-tiki", tampoco defensivo, ni solo utilitario.

Casi a imagen y semejanza del actual campeón del mundo, Italia -salvando las distancias-, el equipo de Falcioni supo defenderse con la pelota, con James y nuestro Erviti como principales exponentes de esa idea, y tuvo potencia en sus atacantes, Santiago Silva y Sebastián Fernández.

Una vez más no salió campeón un equipo que juega con tres defensores. Newell's, no estuvo lejos, hubiera sido sólo la excepción que confirma la regla. Y no es sólo una estadística numérica, siempre más definitiva para otros deportes que para el fútbol. Es una estadística conceptual, para demostrar a través del juego. De hecho, el primer gol de San Lorenzo y los tantos de Arsenal, que condenaron al equipo de Sensini, son propios de las brechas que dejan los equipos que juegan con tres, o con cinco, en el fondo. En fútbol no hay verdades absolutas pero hoy en el mundo, de los equipos importantes, todos juegan con línea de cuatro. Siempre los ocho que llegan a la definición de la Liga de Campeones, prácticamente siempre los campeones de América, como Estudiantes.

La transmisión impecable de la Televisión Pública. En una época en la que se demoniza al Estado - justamente porque es el tiempo en el que el Estado Nacional Soberano recuperó terreno tras las estructuras destruidas de los períodos anteriores-, se escucharon desde algunos sectores críticas intencionadas a las transmisiones de fútbol, desde que los partidos se emiten abiertos, para todo el mundo, en forma gratuita, por el sistema estatal. Ahora, súbitamente, empezaron a encontrar errores en los relatores y en los técnicos. Como si los anteriores, o estos mismos -que antes estaban en el sistema privado-, no se equivocaran. La triple transmisión de ayer, desde la cancha de Boca, la de Newell's, y la de Banfield, por dos canales, fue sencillamente impecable, desde lo técnico y desde lo periodístico. Detalles como ver el partido Boca-Banfield y que en el cuadro del ángulo inferior de la pantalla se viera en directo cómo le cometían penal a.... en Rosario, es sólo un botón de muestra.

La transparencia de la definición. En un campeonato vapuleado por las críticas a los arbitrajes, Boca y San Lorenzo dieron muestras de honestidad, dignidad y vergüenza deportiva, por cómo se brindaron para ganar sus partidos. Y las tareas de Diego Abal y Héctor Baldassi, salvo detalles siempre discutibles, fueron irreprochables.

Algunas noticias del último domingo de fútbol de 2009. Con Banfield campeón, para la historia. Y esperando ahora un sábado de gloria, ojalá con Estudiantes campeón del mundo.

El deporte como antídoto

La Cámara de Senadores aprobó recientemente, y convirtió en Ley, un proyecto que crea un ente encargado de financiar la carrera deportiva de los atletas que será soportado con lo recaudado de un impuesto aplicado sobre las facturas de los servicios de telefonía celular.
El proyecto crea el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD) con el que se busca gestionar apoyo económico para los atletas olímpicos.
Según la norma -impulsada por el Comité Olímpico Argentino, por idea de su flamante presidente Gerardo Werthein, y la Secretaría de Deporte de la Nación- el dinero provendrá de un impuesto del 1 por ciento sobre el precio de las facturas de los teléfonos celulares.
Así lo establece el artículo 26 de la propuesta, que señala que el ENARD será financiado "con el producto de un aporte adicional del uno por ciento aplicado sobre el precio de los servicios y abonos que las empresas de telefonía celular facturen a sus clientes, neto de IVA".
?Éste no es el logro de una persona, éste es el logro de todos los chicos, de los deportistas. Y así lo entendieron los señores diputados y los senadores, con una votación abrumadora?, dijo el titular del COA, Gerardo Werthein, impulsor de la idea.
?Esta Ley le va a hacer muy bien al deporte argentino. Esto fue una lucha del día a día y esto nos va a dar la posibilidad de tener la infraestructura para poder estar a la par de otros países que sí la tienen?, dijo la atleta Alejandra García en representación de los deportistas.
El impuesto podría llegar a ser de 40 o 50 centavos, o un peso, o dos, de acuerdo al consumo. Muchos de los que hoy se muestran contrariados con la medida, o de los que incluso prepararon manifestaciones en su contra, quizá gasten diariamente, por ejemplo, cinco pesos en cigarrillos, la antítesis de lo saludable del deporte.
Pero la queja, está visto, también es un deporte nacional, promovido intencionalmente, y sin impuestos.
La inseguridad no es una sensación. Claro que es una realidad de la humanidad, como la violencia misma. Pero también puede ser una abstracción. Si se habla de ella con frases hechas, lugares comunes o reclamos vacuos. Claro que todos queremos más seguridad. La querían y la necesitaban los Pomar en la ruta, la pide urgente cada mujer golpeada en la intimidad de su hogar, no la tenían las víctimas de Astiz, quien ahora,-no antes-comparece ante la Justicia por delitos de lesa humanidad y concurre a la audiencia con el libro "Volver a matar", del ex funcionario de Menem Juan B. Yofre. ¿Se puede hablar de más inseguridad que cuando estos sujetos caminaban campantes por nuestras mismas veredas?
Claro que todos queremos más seguridad. En nuestras calles, para nuestros hijos. Como en las calles contaminadas de violencia de todo el mundo. El tema es como buscarla, con que propuesta, más allá del reclamo retórico. La inseguridad se puede combatir desde el aspecto social, por todo lo que nos falta. Seguramente así se reduciría un factor. Aunque la violencia intrínseca en el ser humano seguiría estando. Otra forma sería encarar en serio la cuestión de nuestras fuerzas de seguridad.
Pero con la seguridad, o la inseguridad, pasa como con tantos temas. Se reclama, no se aporta la solución. Como se habla ligeramente de la pobreza y la redistribución de la riqueza, sin decir como se hará para reedistribuir en serio si cuando surge alguna medida para que aporten algo más los que más ganan, las reacciones sabemos que dimensión alcanzan.
Pues bien, en ese sentido, muchos de los mismos que reclaman por más seguridad hoy pegan el grito en el cielo porque les sacan el 1% del gasto de sus celulares para financiar la carrera deportiva de los atletas olímpicos, a través de una Ley de la Nación aprobada en forma casi unánime (55 votos a favor en el Senado contra uno solo en contra).
Desde los países más desarrollados, hasta el ejemplo de Cuba, con su pelea desigual, el deporte es un instrumento fundamental para la mejoría integral de una sociedad, para su crecimiento moral y espiritual, también para combatir el delito. El deporte es salud y sabiduría. Y para que cada vez más chicos de la calle, más excluídos, más integrantes en general de diversas capas de la sociedad se sumen a la actividad deportiva, será necesario el fomento del deporte social, cada vez más presupuesto para el área en todos los niveles, políticas direccionadas en ese sentido (como hoy las de Claudio Morresi en la Nación o Alejandro Rodríguez en la provincia de Buenos Aires, por ejemplo), pero siempre será fundamental que esos chicos, esos jóvenes, tengan émulos, espejos en los cuales mirarse. Saber que ellos también podrán llegar. A esos espejos, a esos ejemplos, que multipliquen la cantidad de atletas, está dirigida esta idea impulsada por el COA de Werthein. El deporte como antídoto para algunos de los flagelos de nuestros días. El deporte como propuesta, una al menos, para que no todo quede en el reclamo y la queja.

Mejor, imposible

Verdad de Perogrullo, los grupos del Mundial de fútbol se integran con cuatro equipos. El principal problema de Argentina es que todavía no tiene equipo para integrarlo. Pero un análisis frío de lo que deparó el sorteo de la Sudáfrica 2010 en Ciudad del Cabo da cuenta que a la Selección le tocaron, a priori, las opciones más accesibles.
De los africanos, desde ya, no le podía caer el local, Sudáfrica, lo que siempre genera una incomodidad. De los asiáticos le tocó un equipo rápido pero sin vuelo alguno como Corea del Sur, y de los de Europa evitó los más temibles que no eran cabeza de serie, Francia o Portugal. Algo que sí le ocurrió en el Mundial pasado cuando debió enfrentar a Holanda.
Este grupo, en realidad, es relativamente parecido al de Francia 98. Y ofrece las mismas posibilidades que esa Copa. El hándicap de poder prepararse y tomarle el pulso al Mundial en la misma competencia.
Argentina no tiene equipo y teniendo en cuenta que Maradona utilizó más de 80 jugadores en media eliminatoria, no será sencillo encontrarlo. Y no serán tantos los partidos amistosos previos. Pero, como en Francia 98, cuando con Passarella arrancó ante Japón en Toulouse y con Jamaica en París, casi que en Sudáfrica la Selección tiene la chance de "entrenarse" en los dos primeros partidos oficiales. Mejor, imposible. Eso no significa subestimar a los rivales, ni mucho menos. Bien Nigeria puede darle un dolor de cabeza, como el que propinó Camerún en el 90. Pero la realidad indica que el bolillero le dio a Argentina la posibilidad de arrancar de menor a mayor, de no comenzar con rivales temibles.
Y, además, esa etapa previa Argentina la podrá transitar con la comodidad de solo tener que recorrer algo más de 700 kilómetros para tres partidos, y no salir de un radio de 300 kilómetros en eventuales cuatro encuentros, en un país y un Mundial con distancias mucho más grandes que las de Alemania. Los dos primeros juegos de la Selección serán en Johannesburgo, a unos 50 kilómetros de su concentración en Pretoria. El tercero, ante Grecia, en Polotwane, a unos 300 kilómetros. Y si gana el grupo B, volverá a jugar en Johannesburgo.
Todas estas "facilidades" se encuadran dentro de la relatividad que siempre depara el fútbol, y mucho más si se trata de esta Selección, para la cuál fue muy difícil vencer como local a Perú, el peor de los equipos de Sudamerica, y que recibió seis goles de Bolivia, por ejemplo.
Pero en un equipo que tiene al elegido mejor jugador del mundo, y que es un potencia futbolística mundial, cabeza de serie de esta Copa, no debe ser temerario afirmar que el grupo inicial debe servir para prepararse sin sobresaltos para el verdadero Mundial, que empezará en octavos.

Mejoría

En fútbol no hay verdades absolutas. Ni todo está sellado y definido nunca. Tras la primera parte de este campeonato de la Primera B Nacional de fútbol el horizonte de Aldosivi se presentaba negro, ni siquiera gris. Ese, por lo menos, era el diagnóstico. Se tocó fondo demasiado rápido en rendimiento. Por eso mismo, en aquella oportunidad, tras la derrota en Quilmes, y más tarde tras la caída frente a Olimpo en casa, consignábamos desde este espacio que al llegar al fondo del pozo sólo cabía ir mejorando (Serrat dixit).

Y eso fue, exactamente, lo que pasó. En efecto, Aldosivi tocó fondo rápido. Era un equipo sin ideas, que deambulaba en la cancha, endeble en defensa, impotente en ataque. Pero de ahí, sólo cabía ir mejorando. Lo que estaba mal no era nuestro diagnóstico, sino el equipo mismo. Pero dentro mismo del cuerpo técnico y del plantel estaban las respuestas para esa mejoría. Porque incluso lo habían demostrado en una pretemporada muy positiva.

Y así fue nomás. Las reservas anímicas, futbolísticas, y en algún caso físicas, surgieron de este mismo cuerpo técnico, de este mismo plantel. Los jugadores se sobrepusieron a la adversidad, desde el plano espiritual y actitudinal. Cada uno, además, potenció sus posibilidades futbolísticas. En el caso del enganche-enlace Alejandro Aguirre, por ejemplo, "pagó el derecho de piso" al doble pase de categoría, ganó en confianza con la confianza que le dio el entrenador, y creció con el transcurrir de la competencia. Creyó, y se atrevió. Y desde ese atrevimiento volvió a parecerse al de Unión. Y en el plano físico quizá el caso paradigmático sea el de Paolo Frangipane. En la medida que se puso bien, que ganó minutos de competencia, ya dejó de perder en el mano a mano y se transformó en el eje del equipo.

Y ahí, en la conjunción de ambos, nace la fórmula que encontró el entrenador para la levantada del equipo. De no tener referencias, de haber perdido la brújula, pasó a tener varios líderes en la cancha y dos generadores de juego de diferentes características. Frangipane como conductor desde el medio, para cortar y distribuir, como eje de equipo. Y Aguirre para enlazar, para enganchar con los delanteros. Ninguno como "10 clásico". Ambos, en realidad, terminan repartiéndose las características del conductor tradicional. Uno comanda desde más atrás, pero distribuye y llega. El otro enlaza más suelto, hacia adelante, con características más parecidas a las del propio Pablo Corti, salvando las distancias.

Atrás de ellos, todo lo que significa Pablo Campodónico, y un Sebastián Pena que, con más sobriedad, se está recuperando de un mal comienzo de campeonato. Y adelante de Frangipane-Aguirre, el 9 que vuelve, el goleador que aparece, el delantero de todo el frente que "mete miedo" en defensas rivales, como en tiempos de su aparición: Diego Martínez. Con menos propensión a su mala costumbre de jugar demasiado de espaldas al arco, su potencia aflora en toda dimensión.

Con estos signos vitales, con estas características, ahora sí este Aldosivi juega más parecido a lo que era su técnico, Pablo Corti, en la cancha. Con un estilo que lo representa. Solo faltaría, para ser exactamente un equipo "marca Corti", el abandono definitivo de la tan remanida "línea de 3", que todos sabemos que no es lo que más le gusta al entrenador, tanto que en los amistosos iniciales arrancó con cuatro y expresó que ese formato era de su preferencia. Pero ahora, con el correr de la competencia, por la dinámica de los acontecimientos, quizá por algún pedido desde el seno del plantel, supuestamente por las características de determinados jugadores, se insiste con los tres defensores. El formato alternó buenas y malas. Quizá para el pragmatismo de la hora sirva, sobre todo en este momento, con el equipo en levantada. Nunca será una idea que otorgue garantías a largo plazo.

Por todo lo demás, ahora sí Aldosivi es un equipo que responde al pensamiento de Pablo Corti. Y "Los Pablitos" mejoraron nomás, por la vía del juego...

Corazón

Hay razones que las razones del corazón no entiende. Nos van a decir que no es necesario dos grandes canchas en una misma ciudad, mucho menos con doscientos metros de distancia entre una y otra. Nos dirán que Milán e Inter se arreglan con un sólo estadio. Que Juventus y Torino lo mismo. Habrá que contraponer que cada idiosincracia tiene sus características, que la pasión popular se debe analizar de acuerdo a los signos culturales y de identidad de cada lugar.

Lo cierto es que Independiente reinauguró su cancha, ha hecho una inversión enorme (por fín, en muchos años, se sabe a dónde van algunos de los millones que generó Independiente), abrió una parte de un estadio modelo y vale la felicitación. Es genuina la alegría y preferible el elogio para una casa que nace o se reconstruye que para los castillos que se derrumban.

Es cierto que está la cancha de Racing muy cerca, que tranquilamente se podría buscar un modelo "a la italiana", pero las razones de pertenencia no se discuten. Son prendas de identidad que sobrepasan incluso las dudosas reglas del "folklore" futbolístico, por las cuáles no se debe admitir todo, mucho menos las agresiones entre clásicos rivales.

Pero hay que entender, y ponderar, a Independiente y su gente. Prefirieron reconstruir la casa propia, quedarse en el lugar en el mundo, que pensar en otra alternativa. Y por estas horas disfrutan de una profunda satisfacción, de un orgullo de hincha que está íntimamente ligado a lo que significa el fútbol para los argentinos como fenómeno cultural.

Por eso, así como entendemos y felicitamos a hinchas de Independiente por este momento es que comprendemos algunas luchas que no terminan, pero que no tienen eco en quienes deberían tenerlo. Desde que se inició esta nueva conducción de Aldosivi, en Mar del Plata, en "Nuestra Aldea", se trazó como objetivo la construcción de la nueva cancha (así como la anterior construyó el estadio de La Cantera, ponderable en sí mismo más allá de dificultades económicas y otras cuestiones que no vienen al caso enumerar), y se hicieron todos los trámites y gestiones posibles para volver al "Lugar en el Mundo" de Aldosivi, que es donde nació, en el corazón del Puerto, donde se erigía la vieja cancha de Ministerio. Desde que Aldosivi reabrió ese camino, recién desde ese momento, esa tierra arrasada y abandonada de la vieja "manzana de los circos" empezó a ser explotada. Pero todavía está el lugar para Aldosivi. Se dirá que son tierras fiscales. ¿Qué mejor que ocuparlas con un Complejo Deportivo, Cultural y Comercial como el que ideó Aldosivi?

Convendría consultar en el club la maqueta correspondiente y los estudios realizados. Porque todos, todos los clubes, cumplen una función social. Y este proyecto estaría destinado a una gran comunidad de jóvenes en el Puerto pero, además, sería un pulmón para el fútbol de Mar del Plata, con otro estadio, que es necesario.

Y nunca dejen de atender las razones del corazón. Porque son el motor de nuestras vidas, y, por consiguiente, de nuestras ciudades. Como las razones del Corazón Rojo de Independiente que anoche latió más que nunca...

Miedos

El ascensor que nos deposita en el segundo piso del Monumental para llegar al sector de prensa lo maneja una señora que hace años que trabaja en River. "Nos vemos después…", saludamos alguno de los "viajantes". "Sí, vamos a ver cómo -respondió la señora-, hay que ver si tenemos que bajar en helicóptero o si tenemos que salir cuerpo a tierra…".

Más gráfico, imposible. Ese era el clima que se vivía en River allá por las tres de la tarde del domingo, a hora y cuarto de un nuevo Superclásico. Era la fiesta total o "el incendio"” final. Cierto público de River ya no estaba para soportar más frustraciones, y, después de los tres goles de Independiente y tantas actuaciones frustrantes de los últimos tiempos, estaba latente la posibilidad de que Boca lo superara claramente, o que simplemente le ganara, como en la mayoría de las últimas oportunidades. A esto había que agregar el ambiente enrarecido por las elecciones inminentes, las "broncas" acumuladas con la conducción Aguilar y con algunos de estos jugadores (no tanto con el cuerpo técnico, recién de regreso), los antecedentes de incidentes graves en el famoso hall del Monumental o en los playones aledaños.

Pero el fútbol siempre depara situaciones alternativas e impensadas. No fue ni fiesta ni "incendio", al cabo. Y el miedo, al final, fue más de los protagonistas que de los hinchas. Porque el respaldo de la gente de River fue conmovedor, porque no hubo "silencio atroz" (como lo recordaban en el arribo al estadio varios hinchas de Boca con camisetas amarillas con el rostro de Ahumada en el pecho), y porque hasta hubo despedida con tibios aplausos y cantos de aliento.
El miedo se trasladó a la cancha porque River, después de haber jugado su mejor primer tiempo del campeonato, hasta maniatar a Boca, quitarle la pelota y usufructuar sus gruesos errores defensivos, retrocedió demasiado en el complemento, dejó venir a un rival que tiene lo suyo, y aun en el diez contra diez siguió jugando como si tuviera un hombre de menos, actitud que denunció el cambio de Coronel por Gallardo. Temores no justificables (en fútbol siempre hay que ganarle a los miedos) pero si comprensibles si atendemos el pobre presente de River. Tan injustificables pero comprensibles como los miedos del propio Boca, que ensayó la reconstrucción y que fue a buscar el partido en el complemento, aun después del empate, pero mirando "de reojo" lo que podían derrumbar sus defensores. Y fue tan literal como metafórico. Riquelme volvió a ser, en este segundo tiempo, aquel de conducción de juego pero también de gestos y voz de mando de 2007, cuando Miguel Russo le permitía, con mucha inteligencia, ser el técnico en la cancha. En todo el complemento Román fue ubicando a cada jugador en su lugar en cada acción, pero sobremanera con indicaciones para sus compañeros del fondo. Es más, en dos tiros libres se preocupó más - incluso con recriminaciones gesticulares-, de que los defensores no subieran tanto y cubrieran la retaguardia en un contraataque, que de la propia ejecución.

Con y sin pelota fue el estratega que sabe manejar los tiempos y las situaciones de un equipo. Provocó la levantada junto a Gaitán y Palermo, metió un taco magistral de asistencia, estuvo muy cerca con dos tiros libres y otro remate desde afuera, incluso provocó la jugada final que no pudo definir Chávez, pero también supo cuando la cosa no daba para más y no valía la pena arriesgar con las pocas garantías que dan sus compañeros de retaguardia. A Riquelme, entonces, al conductor y al técnico en la cancha, lo terminó de convencer el tiro en el palo de Abelairas por el desatino previo de Monzón y Paletta. Ahí se decidió a tener la pelota y defenderse con ella. No daba para más…El, al cabo, en el Monumental, si no la gana, la empata.

Hito

Recuerdos difusos nos remiten casi a nuestra infancia para encontrar un Superclásico del fútbol argentino oficial, River - Boca, Boca - River, transmitido por televisión abierta, para todos.
Seguro los últimos, los pocos, fueron en blanco y negro. El más recordado, la única final absoluta entre River y Boca en la historia, la del 22 de diciembre de 1976, cuando Boca se impuso por 1 a 0 con gol de Suñe de tiro libre y se quedó con el torneo Nacional.
Lástima que aquellos días también los recordamos por historias tenebrosas. Ese día fue justamente el que el dictador Videla eligió para brindar su primera conferencia de prensa desde el golpe de Estado del 24 de marzo, y cuando ya el genocidio estaba en su punto álgido. Ese día Videla dijo que los desaparecidos no existían. "Los desaparecidos no existen, son una entelequia...", fue la frase. Como siempre, ahí había un puñado de periodistas complacientes, otros muertos de miedo y apenas algún digno y valiente que se le ocurrió repreguntar e ir más allá hasta llegar a la cuestión de los desaparecidos. Eran los albores de la Ley de Radiodifusión que recién hace muy pocos días se reemplazó por una ley de la Democracia.
A las más profundas sombras, entonces, y al blanco y negro, hay que remitirse para recordar el último Superclásico Boca - River por televisión abierta, para todos.
Mucho ocurrió en el medio. Esa ley de la dictadura se perfeccionó para mal en los 90 y cada vez apareció más como una quimera imposible eso de ver un Superclásico gratis en casa. Tiempos de codificaciones, privatizaciones salvajes y entrega...
Hoy juegan River - Boca, Boca - River, el Superclásico del fútbol argentino, el "derby" que quieren ver en todo el mundo, probablemente el más importante, el más pasional. Tanto que hace un tiempo un diario inglés dijo que uno de los acontecimientos que cualquier ser humano no debería perderse antes de morir es un Superclásico en la Bombonera. Este será en el Monumental. Cambia el escenario. No el significado. Sí su dimensión. Hoy entrarán allí, en la cancha de River, más espectadores que nunca en la historia del Superclásico. Lo verán, gratis, en sus casas, o, si algunos prefieren, manteniendo el rito del bar. Pero serán más millones que nunca frente al televisor, y como si estuvieran allí adentro. A las 16.15, por Canal 7, TV Pública, en forma abierta y gratuíta. Un hito único en la historia de los River - Boca, que a su vez es el exponente más fuerte del fútbol argentino como fenómeno cultural, como prenda de identidad de un pueblo. Hoy el Monumental quedará chico. Sin pagar un peso, entrarán millones.

En un partido de “tiki tiki”, Aldosivi fue más contundente

Se empieza a ver una luz. A partir de un mayor caudal de juego que en el resto del campeonato, fundamentalmente por el tándem Frangipane-Aguirre, pero también merced al desequilibrio de Cristian Cayetá en ataque, Aldosivi encontró certezas y tuvo la contundencia necesaria para dar cuenta de Defensa y Justicia, 3 a 1 en el estadio del Mundial José María Minella, por la décima fecha de la B Nacional , en un muy buen partido de fútbol en el que quizá no hubo tanta diferencia entre uno y otro equipo.
De repente, una tarde de ascenso, se decidieron por el "tiki tiki"...
Ambos equipos arrancaron con buenas intenciones,-e insistieron en ellas-, tratando de llegar con juego corto, asociado y por abajo. Con Paolo Frangipane como eje en Aldosivi, como un “5” adelantado y con Lorefice en la misma tónica en Defensa y Justicia.
La iniciativa la asumió Aldosivi, con buena participación también de Alejandro Aguirre para enlazar y con Cristian Cayetá sumándose al circuíto de juego y desequilibrando por afuera. Pero una vez más con escasa profundidad, con Diego Martínez bastante alejado del resto y quedando muchas veces de espaldas al arco.
Pero aun con más tenencia de pelota de Aldosivi, fue la visita, Defensa y Justicia, el que llevó más peligro. Tanto que completó cuatro llegadas claras a lo largo del primer tiempo. De entrada, tras una doble salida fallida, de Sebastián Pena y el arquero Pablo Campodónico, Ariel Franco lanzó el centro desde la derecha con la valla desguarnecida pero el cabezazo de Claudio Bustos igual se fue desviado. Luego, sobre los 20' Patricio Pérez prolongó muy bien en Juan Martín, cuyo remate se fue apenas desviado. Enseguida un cabezazo de Claudio Grecco se fue también muy cerca. Y sobre los 42’ Ariel Franco desbordó muy bien por derecha y quedó para definir en diagonal al arco pero tapó muy bien Campodónico.
Cuatro llegadas claras de Defensa contra ninguna de Aldosivi, que sin embargo pudo ponerse en ventaja después de todo eso, en el minuto 44’, a partir de una jugada con pelota detenida. Córner desde la derecha muy bien ejecutado por Frangipane y cabezazo franco y preciso de Facundo Nasif que se le metió por el medio del arco, por arriba, al arquero Leyenda.
El segundo tiempo se inició con alternativas cambiantes. De arranque Aldosivi estuvo a punto de aumentar cuando Cayetá desbordó bien por izquierda y su centro pasado no pudo ser conectado por Juan Briones, quien llegaba solo frente al arco, con el golero a mitad de camino. Pero Defensa contestó con una situación tanto o más clara. Esta vez perdió una pelota Frangipane en la salida, robó Ariel Franco y metió el pase en profundidad para Juan Martín, quien de frente al arco para definir le pegó muy de abajo a la pelota y el remate se fue desviado por encima del travesaño.
A los 12’ Patricio Pérez estrelló un tiro libre en el travesaño y volvió a salvarse Aldosivi. Un minuto más tarde otra vez pudo haber aumentado Aldosivi cuando Diego Martínez desbordó por la izquierda y mandó el centro corto pero en el momento que Aguirre se aprestaba a definir cerró justo Grecco dentro del área chica.
Igual Defensa se venía, con la doble conducción de Lorefice y Patricio Pérez. Pero Aldosivi logró desnivelar en el momento justo para por fín tener un respiro. Ariel Franco, que hasta ahí estaba haciendo un buen partido, se equivocó en el medio, se enredó, perdió la pelota y la tomó Aguirre quien tocó justo hacia la derecha, con toda la defensa a contrapierna, para Cayetá, quien se abrió bien, se sacó de encima al arquero y resolvió desde ángulo cerrado. Dos a cero.
Y además Aldosivi lo tuvo a Campodónico, quien enseguida descolgó en un ángulo un gran remate de Lorefice. Y poco después cerró con gran esfuerzo Jorge Velásquez tras un disparo cruzado de Juan Martín.
Defensa igual pudo descontar a los 36' con un remate espectacular de Patricio Pérez y se ajustaba más a lo que estaba sucediendo en la cancha, pero Aldosivi volvió a contestar con contundencia. Agustín Briones metió un pase magistral en el inicio de una réplica para la apertura de otro recién ingresado, Nilo Carretero, quien desbordó y mandó el centro atrás para Frangipane, quien venía a la carrera y definió con preciso cabezazo. Lo que le faltaba a Paolo, figura de la cancha.
Y hasta Aldosivi estuvo cerca de un cuarto cuando en otro contraataque Nilo Carretero desvió el remate final prácticamente solo frente al arco para definir. Pero después volvieron a salvar entre Campodónico y el propio Nilo Carretero, ahora en área propia. Y enseguida Campodónico tapó muy bien frente al ingresado Kissner. Un partido sin tregua. Y un ida y vuelta permanente.
Y, al cabo, en ese “toma y daca” quizá no le sobró tanto a Aldosivi en el trámite. Pero ante un equipo que trata bien la pelota, le respondió también con interesante caudal de juego,-más que el que tuvo en todo el campeonato-, y le sobró contundencia para aprovechar integralmente sus oportunidades y anotarse así una victoria que sirve para consolidar la recuperación. No solo por el tercer resultado positivo consecutivo, sino también y fundamentalmente, porque empiezan a aparecer certezas, después de tantas dudas.

Informe de la situación II

Reflexiones "en caliente", a poco de la sufrida clasificación al Mundial de fútbol Sudáfrica 2010. Pero sin groserías, ni términos soeces, claro. No solo no son necesarios. También deberían ser motivo de "tarjeta roja".

El desahogo cabe. No el festejo. A casi dos generaciones les volvió el alma al cuerpo. A todos a quienes vivimos sin saber lo que era un Mundial sin Argentina. A los pibes de hoy, a los adolescentes, a los adultos que apenas teníamos cinco años en la última Copa sin Argentina, la del 70.

La conmoción de los últimos días obedecía a eso. No se podía concebir. Aunque debería entenderse que casi todos los mundiales se juegan sin alguna potencia. Claro que las que quedan afuera lo hacen en eliminatorias mucho más complicadas, como las europeas, o como las sudamericanas de otros tiempos. Estas fueron pergeñadas aquí para que los grandes pasen sin sobresaltos. No contaban con la Selección de Maradona?

En el caos previo a Alemania 74 hubo hasta un Primer Triunvirato pero sin revolución. Hubo Mundial pero no historia. Al 78 y el 82 Argentina llegó sin eliminatorias. Al 86 se llegó por las atajadas del ?Pato? Fillol (luego desechado para el Mundial) y la ?patriada? de Passarella, luego extraña y largamente indispuesto para la Copa. Y después estaba Maradona. Para el 90 sin clasificación previa, para el 94 con repechaje pero tras un grupo de cuatro en el que pasaba directo solo el primero. Y después, el nuevo formato. Primer puesto con Passarella y Bielsa. También holgado con Pekerman. De esa última etapa se dijo demasiado pero hoy habrá que reflexionar que estamos, hoy por hoy, a años luz de una Selección capaz de dominarle la pelota a Alemania en su casa en cuartos de final de un Mundial mientras estuvo Riquelme en la cancha. O de la exhibición inolvidable ante Serbia y Montenegro. Ahora se le gana a Perú o Colombia de local dando lástima y "con ayuda" y afuera solo se consiguen puntos cuando el miedo vence al juego.

Eso ocurrió esta vez. El miedo fue buen consejero. Sirvió para salir del paso. En el Centenario la Selección se abroqueló, cerró filas, recuperó algo de orden, Verón sirvió para eso y aportó personalidad aunque perdió muchas pelotas, apareció la clase de Bolatti para una definición histórica, después de 33 años sin victorias en Montevideo.

No habrá que engañarse, ni confundirse. Ya lo escribió el periodista español Tomás Guasch en la edición de AS de España que está en la calle: "Este equipo no hace tres pases seguidos (?) el partido en el Centenario fue horroroso".

Messi otra vez estuvo ausente. Lo más grave ya no es que no lo abastezcan bien. Eso no es culpa de él. El problema es que se escondió, ni se mostró para que al menos le hagan faltas, por un equipo uruguayo proclive a eso, escasísimo de otros recursos.

Maradona dijo en una parte de su triste conferencia final que sus jugadores hicieron lo que él pensaba en estas eliminatorias. Está claro. Nunca hubo una idea de juego, salvo esto de cuidar el cero, en Quito (dónde igual le hicieron dos goles) y ayer en Montevideo, dónde la Selección no había creado una sola situación de gol clara hasta que apareció Bolatti, más allá de que siempre controló a una muy débil Uruguay.

"No hay nada para festejar, está todo mal, de arriba para abajo", dijo con sinceridad brutal Verón. También "en caliente" se pueden decir cosas sensatas. Daniel Arcucci, el periodista que escribió la vida de Maradona junto al propio Diego, consignó ayer en La Nación, que habrá que revisar todo lo que se hizo en esta etapa y que Julio Grondona tendrá que reflexionar mucho sobre sus últimas elecciones.

Tendrá que hacerlo pronto. Y tomar decisiones. Los exabruptos groseros y reiterados de Maradona de ayer, en la conferencia de prensa, en el extranjero -incluso seguramente con miles de niños en la pantalla-, fueron la gota que colmó el vaso. Los colegas que no le contestaron (a excepción de "Toti" Passman y quizá algún otro) también dan vergüenza ajena. Así está la Selección hoy. Reflexiones "en caliente", pero sin groserías. Ojalá "seamos" campeones del mundo. Pero así, francamente, ni quiero?

Informe de la situación

Así está la Selección. Hasta y desde la noche de novela del sábado pasado (2 a 1 a Perú en la cancha de River, penúltima fecha de las eliminatorias sudamericanas para el Mundial de fútbol Sudáfrica 2010, gol de Palermo en el minuto 48 del segundo tiempo).

Promediando el segundo tiempo, cuando ya se venía Perú, la hinchada de Boca, ubicada en un rincón de la cabecera Centenario, empezó a cantar, sin motivo aparente: "Bilardo no se va?/Bilardo no se va?". La "barra" de River, ubicada en el centro de la Tribuna Sívori, contestó: "Diego?/Diego?". ¡La de River! El mundo al revés. Así está la Selección.

Algunos colegas dan francamente vergüenza ajena. En el palco de prensa no se paran para el himno de Perú y sí para el de Argentina. Algunos de ellos, y otros, justifican aun hoy todo lo que decide Maradona en la Selección o, como eso ya se complica, adoptan la táctica de culpar solo a los jugadores o decir que el equipo estaba igual de mal con Basile. Estrictamente falso. En estas eliminatorias la Selección con Basile perdió sólo dos partidos. Y empató en Brasil, por ejemplo.

Ahora, con Diego, Argentina perdió cuatro, todos los que jugó de visitante, entre ellos el lacerante 1-6 ante Bolivia. Entre esos colegas "indulgentes" están los "laburantes" que van a los entrenamientos y que no pueden tomar distancia de la confianza que les dispensó Maradona, nada menos que Maradona. Y están los clásicos "sidieguistas" de atril televisivo, de los que lo más grave no es lo que dicen (negar la falta de idea de juego del equipo, negar que Messi nunca juega bien en la Selección, afirmar que todo o casi todo es culpa de los jugadores, instalar que la Selección estaba igual de mal antes de este caos, etc., etc.), sino que lo que dicen no es otra cosa que el pensamiento del DT de Argentina repetido por ellos como "loros". Así está la Selección.
Otros colegas, con distancia y perspectiva, ponen blanco sobre negro. Tomás Guasch, subdirector del diario AS de España, le dijo a LA CAPITAL en el centro de prensa de River, en medio de la tormenta (por la cuál debieron cortar la luz en el lugar en medio de nuestro trabajo)- tormenta literal y metafórica-, que "si a este equipo lo agarra hoy un rival más o menos ordenadito, el desastre puede ser mucho mayor?". Así está la Selección.

Con este panorama, y por lo que se sabe de las últimas horas, estamos verdaderamente en manos de Dios, o efectivamente de Bielsa, de gran trabajo en Chile (empezó como el peor equipo de la clasificación sudamericana, después del 0-3 con Paraguay y el 0-3 con Brasil, y terminó siendo el mejor, el equipo más ordenado y el que mejor juega). El Bielsa de eliminatorias mucho más tranquilas en Argentina (a pesar del vértigo sobre el juego que presagiaba otra cosa), aunque con errores imperdonables que terminaron en el peor fracaso de la historia de la Selección en una fase final de Mundial. El peor fracaso en eliminatorias ya es este. Pase lo que pase después. Aunque Argentina sea después campeona del mundo. Así está la Selección.
Y estamos en manos de Bielsa porque, aparentemente, Argentina va a ir al Centenario "a empatar", con dos líneas de cuatro, pero no con dos líneas de cuatro cualquiera. Quizá con cuatro centrales en el fondo, y con tres volantes centrales en el medio, un "triple cinco". Así, con las garantías que da este equipo, se puede perder, y quedaremos a merced que el Chile de Bielsa no pierda ante Ecuador. Quizá nos salve alguna otra página épica (cuidado, no siempre los dioses estarán de nuestro lado) o, si finalmente juega y no se lo devora el desconcierto general, la clase de Bolatti, capaz de ordenar un equipo completo desde el medio, como sería capaz de ordenar algo de este caos Riquelme desde más adelante. Riquelme, el goleador que todavía tiene la Selección habiendo dado una rueda de ventaja. El que no pisaba el área. El organizador que no está. Y así está la Selección.

Pero no sólo está ausente Riquelme. También está ausente Messi, aunque nunca sale del equipo. Y quedó claro que no puede ponerse nada al hombro. Que sólo puede ejecutar, brillantemente en algunos casos, sólo si se lo abastece mejor. Y tampoco está Mascherano, que jugó mal todos los partidos desde que Maradona dijo que la Selección era él y diez más. No hay líderes naturales ni deportivos (usando los términos de Miguel Russo, quien dice, por ejemplo, que Riquelme es uno de los pocos en el mundo que reúne esas dos condiciones); en este equipo y en este grupo es líder Heinze. Así está la Selección. Tampoco hay una idea de juego, ni la hubo nunca con este cuerpo técnico. Y ya convocó a 80 jugadores. Récord. Y cambia cinco o seis por partido. Gane o pierda. Y hay nuevos que se los convoca y rinden y en la siguiente lista no figuran, como Dátolo. Y hay viejos y referentes, que no son peores que el resto, y que en esta lista no están, como Zanetti, y el equipo no tiene un "4", ¡un "4"! para el partido con Uruguay. Así está la Selección.

Este es un informe de situación previo al choque decisivo. No después, o con el diario del lunes. Como fue previo el informe que se hizo desde aquí antes que asumiera Maradona. Consignábamos hace un año que, sencillamente, Diego no era técnico. Y que se staba haciendo un gran mal, a la Selección y a él mismo.

También dio vergüenza ajena la forma de su festejo del sábado, como dio vergüenza en el palco de prensa la forma con la que celebraron algunos colegas (otra vez los colegas?). No había nada que festejar. Aunque sí se entienda el desahogo del hincha, y la emoción por Palermo. No del cuerpo técnico y de los periodistas. Pero así está la Selección.

Una

“Ando por las canchas del mundo mendigando por una jugada…”, dice el brillante escritor uruguayo Eduardo Galeano, un estandarte de la identidad cultural de América, como “ la Negra ” Sosa, la Gardel femenina que despedimos ayer los argentinos con la mayor congoja.

Galeano mendiga por una jugada, por una finta, por un pase bien hecho. Conocedor de nuestras grandezas y nuestras miserias, y también profundamente de nuestro juego, Galeano es cada vez más mendigo a la hora de ver fútbol argentino.

Todos somos de algún modo Galeanos mendigos hoy en nuestras canchas. Cuesta ver dos pases seguidos. Y lamentablemente eso es literal. El problema se agudiza a la hora de ver fútbol de ascenso,-aunque siempre hay excepciones, Unión de Mar del Plata es desde hace mucho tiempo una de ellas-, en el que pareciera, a veces, que está prohibido dársela al compañero. A los del mismo color de camiseta.

Con el Aldosivi de hoy ese padecimiento, más que el placer que debería significar siempre ver fútbol, se estaba repitiendo demasiado.

Hasta que alumbró una jugada. Una. De las que mendiga Galeano. De las que todos añoramos y con las que todos soñamos cada vez que concurrimos una cancha. Cada sábado o domingo que renovamos nuestra esperanza. Por amor al fútbol.

Fue a los 45 minutos del segundo tiempo, ayer en el Minella. Hasta ahí, efectivamente, casi no habíamos visto dos pases seguidos. Ni en Aldosivi, ni en el rival, Sportivo Italiano. Pero “El Chango” Aguirre contagió con su atrevimiento, de repente empezaron a tocar todos el balón de primera, con él como eje, pasaron Frangipane y Jorge Velásquez por la acción, y, al cabo, el ex Unión desbordó con suficiencia por izquierda y mandó un centro preciso, -que por lo bien hecho también fue un pase-, y que fue directo a la cabeza de Diego Martínez, quien convirtió con frentazo también perfecto.

Después de esa jugada, una jugada, pero diferente a todas,-no solo en el partido sino casi que en el campeonato-, Aldosivi volvió a alternar buenas y malas a lo largo del segundo tiempo,- con algunos problemas defensivos que recrudecieron, con un gol increíble que se perdió Santiago Pérez y en la jugada posterior el penal, con la expulsión de Tello y la atajada oportunisima de Pablo Campodónico, que siempre está-, pero igual el contagio ya había prendido. Varias veces más los jugadores del equipo de Mar del Plata "se animaron" a dársela al compañero, y algunos de ellos hasta quisieron emular al Pablo Corti jugador para sostenerlo en el cargo de técnico.
Una jugada lo hizo posible. Y la intención de encontrar por fín una identidad. Apoyándose en el compañero, y en la pelota. Ojalá no haya vacuna para este contagio. En homenaje a Galeano. Y a todos los que andamos mendigando por las canchas del mundo por una jugada, una al menos. Y a los que apostamos al buen gusto, en el juego y en la vida. Y, ¿por qué no?, entonces, desde este espacio, a la sensibilidad única de la Negra Sosa....

Informe de la situación (en Boca) II

Lo de Bianchi fue, cuanto menos, pueril. Lo de cierta prensa, perverso. Basile no renunció ni tampoco acá no ha pasado nada. Ni si ni no. Todo lo contrario. Muchas veces el fútbol tiene estas ambigüedades.
La historia fue más o menos así. Basile se fue, en punto de hervor, al hotel Emperador. Y desde allí llamó a Bianchi. Se reunieron, junto al cuerpo técnico. “Esto no da para más, así yo no sigo”, habría lanzado. El “así”, se verá, tuvo varias connotaciones. Si alguien quiere renunciar, renuncia. Con todas las palabras. Sin el “así”.
A partir de ahí se armó la “bola de nieve”. Los “benditos” zocalos en la tele, contundentes, con el “renunció Basile”, que se pareció mucho al “se fue Maradona” de la semana anterior. Claro, los que ya no tienen las imágenes del fútbol como una novedad, quieren impactar de cualquier forma. Ni Basile había renunciado, por lo menos con lo que se conoce como renuncia,-aunque amenazaba con hacerlo-, ni Maradona se había ido de la Selección , sino a Italia para un tratamiento del que aun no volvió, justo cuando la clasificación al Mundial también está que arde.
Así son los “zocalos”. Multiplicadores de un relato único. Pasa con otras cosas más graves que el fútbol. El poder político está tratando de terminar con eso.
Cuando vieron el “zocalo” los amigos Claudio y Guillermo, entre otros, y el hijo “Alfito” fueron raudos a convencerlo de que desista. Y lo lograron, aunque recién después que se fuera Bianchi de la reunión.
Otro del círculo bien íntimo suele decir que Basile es más “vivo” que otra cosa. El sabe bien que lo que no mata, fortalece. Ahora tuvo el respaldo de todos, el pedido unánime para que se quede, de los dirigentes cercanos y también de los distantes, y vía libre para tomar las decisiones que le comunicó a Bianchi. Alguno desliza que con este fortalecimiento hasta “puede perder” los partidos que vienen con Estudiantes y Vélez, que son justamente “perdibles”, máxime sin Riquelme.
Pero la “viveza” de Basile tiene un límite, sus “códigos”. Con ellos y por ellos llegó hasta acá, a ser uno de los técnicos más exitosos del fútbol argentino. Y no los abandonará. Aunque sus códigos también lo puedan “enterrar”. Por ellos desechó lo que un técnico amigo le recomendó hace ya algunas semanas. Que termine con el arquero y con un lateral (que no es Ibarra), porque lo van a “enterrar” a él. Y se jugó por sus futbolistas también en la mala, y les ratificó la confianza después de Vélez. Pero ahora llegó un punto de inflexión. Y tomará decisiones. Lo del arquero está por verse (no estaría convencido de que no es el mejor en este momento). Lo del lateral se apuró por lesión, igual iba a salir. Ibarra quizá también descanse. Harán todo lo posible para traerle un delantero, él quiere a Lautaro Acosta, recomendado por amigos, pero también por que cree que es lo más parecido a Palacio en el "mercado". Y más allá de lo que explicó Bianchi, ahora el directivo Crespi volvería a estar más cerca del vestuario.
A veces el que está al borde del abismo, si saca la cabeza, termina más fortalecido que antes. Cualquier semejanza con otra realidad es pura coincidencia. Aunque en fútbol todo es más relativo aun. Dependerá siempre de los caprichos de la pelota…

Informe de la situación (ahora en Boca)

Lo de Pedro Pompilio fue un puñal al corazón. El suyo. Y el de Boca. Ese es el jugador que todavía no pudo reemplazar. En lo estrictamente deportivo fue nada más y nada menos que el hilo conductor en el brillante ciclo de diez años de Boca que, en ese lapso, fue el club que más títulos cosechó en el fútbol del mundo. Y quizá el ciclo más exitoso de un equipo cualquiera en período similar, contando todas o casi todas las ligas más importantes.
Pompilio era ya influyente dirigente de Boca en la era Alegre-Heller, el tiempo de la reconstrucción que sentó las bases de esa etapa histórica. Pompilio retomó la idea Bianchi mucho después que le hubiera ofrecido el cargo el propio Heller, y poco después que Mauricio Macri se equivocara feo con Carlos Bilardo y Héctor Veira.
Pompilio siempre fue el conciliador, el nexo, entre las tres "patas" fundamentales del fútbol, dirigentes, cuerpo técnico y jugadores. Incluso en los tiempos más tirantes de algunas de esas relaciones.
Pompilio fue clave en la excelente política de compras y ventas de Boca en todo este ciclo. Más allá de un par de aciertos de Macri con impronta propia, como la llegada de Rodrigo Palacio, está claro que si fue Carlos Bianchi el gran arquitecto de este edificio, Pompilio fue el maestro mayor de obras.
Pompilio fue el responsable de muchas vueltas de hijos dilectos del club. También de los retornos del propio Bianchi. El último, el que ejecutó acertadamente Amor Ameal, ya lo había ideado el anterior presidente, aunque de otra forma.
La primera vez que retornó Riquelme, fue por solo seis meses, y fue funcional a la campaña política de Macri, en la previa de las elecciones de la Capital. Pero después, para que vuelva como verdadero jugador de Boca, la ingeniería fue de Pompilio, con la colaboración inestimable de Julio Grondona. Pero como Macri no se terminaba de ir, con sus licencias en pie (porque también le era funcional a su campaña quedar como presidente de Boca hasta el final), la llegada de Riquelme se retardó y no pudo jugar el Mundial de Clubes.
Pompilio fue el último exitoso mediador en las diferencias entre Riquelme y Palermo. También entre Cáceres y Riquelme, y al cabo de su negociación llegó el triunfo ante River y el abrazo entre ambos futbolistas.
Se podrían contar mil historias más con Pompilio como hacedor o nexo. Pompilio no está más. Y es la ausencia que más se nota en Boca.
Ahora las guerras intestinas dirigenciales, los celos con la llegada de Bianchi, y algunos problemas que quizá persistan en el plantel (también en esa cuestión, no solo lo futbolístico, hay que mirar por el lado de la defensa) oradan el ánimo del propio Alfio Basile, un técnico casi infalible en Boca, quien en la anterior etapa ganó cinco títulos de cinco campeonatos disputados.
Pero otra vez la ausencia de Pompilio se nota más claramente en la política de compras y ventas. Boca se quedó en los últimos meses sin tres jugadores fundamentales, que hacían "medio" equipo: Dátolo, Vargas y Palacio. Basile, para una renovación necesaria, había pedido a Clemente Rodríguez (hoy ya juega en gran nivel en Estudiantes), Rolando Schiavi, Prediger o Bolatti y Gonzalo Bergessio o un delantero de similar jerarquía. Esto que pasa lo vio antes. No había un Pompilio para allanarle el camino.
Bianchi, está claro, tuvo más éxito como técnico que como manager. No quizá porque no esté preparado para esta función, que ya incluso cumplió en Europa. Sino porque le tocó manejar una "economía de guerra", un poco heredada (con Macri como uno de los responsables) y otro poco por la cuestión internacional, y quizá le faltó muñeca, decisión o billetera para responder a alguno de los requerimientos de Basile.
Hoy tanto el propio Bianchi como los dirigentes necesitan que Basile se quede, al menos por ahora. Una salida tan prematura sería un gran papelón para un club como Boca, que los arrastraría a todos ellos. Entonces el propio Basile debería hacerse fuerte con la necesidad de los que le pidieron que se quedara.
Basile estaría reclamando, entonces, por estas horas, que se terminen las internas de dirigentes, que nadie se meta con su trabajo pero que Juan Carlos Crespi vuelva a estar cerca del vestuario, que al menos ahora le traigan el delantero de jerarquía para reemplazar a Noir (por el grado de su lesión, la AFA debe autorizar una incorporación), que permitan una mini-pretemporada en Tandil o Carlos Paz que solicitó el profesor Dibos para el receso que se viene por la Selección.
Basile, finalmente, también por estas horas, le estará pidiendo a algunos jugadores que soporten sin "chistar" que se los pare, y a todos que le demuestren compromiso y disposición para revertir este presente.
Continuará. Pero todos deberán asumir que Pompilio ya no está más. Y en su memoria, tendrán que hacer las cosas un poco mejor...

Vivir con lo nuestro

Desde nuestra ubicación periodística en el Hilario Sánchez, en este caso la más distante a la acción, en el ángulo opuesto, y con el protagonista indeseado, Darío Cajaravilla, de espaldas a nosotros, no se vio mano. Por televisión, que tomó imágenes desde el otro sector, se ve claramente que la pelota, tras un intento de centro de Jonathan Belforte, da en el pecho de Cajaravilla, no se vio mano. El técnico de San Martín de San Juan, Enrique Hrabina, con absoluta sinceridad, le dijo después a LA CAPITAL que no vio mano . Los diarios de San Juan, enseguida en sus ediciones digitales, y después en el papel, consignaron que San Martín ganó con un penal inexistente, o cuanto menos dudoso.

Jorge Baliño, el árbitro del partido, que también llegaba por detrás de Cajaravilla, vio mano. Es extraño. Por lo menos extraño…

Baliño es quizá la única persona que vio mano en el Hilario Sánchez en la noche del jueves. O capaz también el línea que, lo que hizo con la mano, fue lavársela…Es extraño. Por lo menos extraño, muy extraño…

Así Aldosivi se privó de un resultado positivo, después de un rendimiento esta vez también positivo, frente al puntero del campeonato, y se volvió a Mar del Plata con las manos vacías al caer frente a San Martín de San Juan por 2 a 1 en el marco de la quinta fecha del torneo de la Primera B Nacional de fútbol.

Y que en este contexto a Aldosivi lo priven de algo que le correspondía, genera más contrariedad. Porque a este Aldosivi, precisamente, se sabe, no le sobra nada. No está para tirar “manteca al techo”, ni mucho menos. No está para resignar lo poco que consigue. Se sabe que se profundiza la etapa de transición, que el equipo se forma con un plantel muy austero, sin grandes refuerzos de renombre, sustentado en la base de inferiores que proporciona el Proyección Juvenil. Entonces, en ese panorama, se lamenta doblemente cuando se vuelve con las manos vacías después de un rendimiento más o menos convincente frente a nada menos que el puntero del campeonato, y de visitante.

Porque da la sensación de que, por lo que tiene, a Aldosivi le costará superar demasiado un rendimiento como el del jueves, más bien en otras situaciones le costará sostener una actuación similar. Pues entonces, si cuando llega a ese punto deseado, también se vuelve con las manos vacías, la desazón es doble, y también la preocupación.

En este caso, en conclusión, Aldosivi “hizo bien los deberes”, mantuvo un orden, por primera vez se vio un atisbo de idea de juego, de equipo, pero se vio privado de un resultado positivo,- más allá de errores propios y claudicaciones puntuales, que también las hubo, y del mérito de buscar de San Martín de San Juan-, por una decisión inexplicable del árbitro Jorge Baliño. Y ya no se puede hablar de error involuntario. Más bien de una determinación sin explicación lógica. Extraña. Porque si la supuesta mano de Darío Cajaravilla no la vio prácticamente nadie en la cancha, y tampoco la pudo ver el árbitro, por su posición, y porque sencillamente no existió, ¿qué “necesidad” tenía de cobrar penal en el último minuto del partido? Se supone que un penal se sanciona cuando hay plena certeza, cuando no existe el beneficio de la duda. Francamente es inexplicable la “certeza” de Baliño en esta acción.

Por Baliño, entonces, Aldosivi se privó de, al menos, un empate frente al líder del campeonato que premiara su mejoría en el rendimiento. Y aclarando que la igualdad también dejó dudas porque la pelota habría pegado en el codo del delantero Walter Cuevas antes de definir.

Lo positivo es justamente eso, la mejoría, y que Aldosivi encontró un rumbo, un orden, una idea, una línea. Con las certezas que evidentemente da la línea de cuatro, con el aprendizaje de que el equipo tiene que tener un hilo conductor y que los caminos de salida y llegada tienen que pasar por ese hilo conductor elegido, que es Paolo Frangipane.

“Vivir con lo nuestro”, es una obra de un gran economista argentino, Aldo Ferrer. El desafío de Aldosivi ahora es ese, arreglarse con lo que tiene. Seguir en ese camino de mejoría, orden, idea de juego que se avizoró en San Juan, con lo que tiene, y tratando de sortear lo mejor posible los obstáculos. Como Baliño, por ejemplo…

No debió haberse quedado con las manos vacías

No debió terminar con las manos vacías. Porque apareció por primera vez una idea de juego y de equipo. Pero justamente por una mano, que quizá solo vio el árbitro Jorge Baliño, Aldosivi efectivamente se quedó sin nada en el Hilario Sánchez. Perdió sobre la hora, por un penal muy polémico, 2 a 1 ante el líder San Martín de San Juan, que había empatado transitoriamente también a través de una acción que dejó dudas, en el marco de la quinta fecha del torneo de la Primera B Nacional de fútbol.

En el primer tiempo en San Juan por primera vez se vio en este Aldosivi una idea de juego, un atisbo de equipo. A partir del orden, de la previsibilidad de una línea de fondo clásica, de la certeza de que los caminos de salida y de llegada tienen que pasar por Paolo Frangipane, Aldosivi se fue afirmando en el Hilario Sánchez.

No obstante, esa línea, ese orden, no se tradujo rapidamente, ni mucho menos, en llegadas. Al equipo de Mar del Plata le faltó, una vez más, profundidad, y, entonces, todo lo bueno que construía hasta pasada la mitad de la cancha se diluía en la búsqueda final. Sobretodo porque el enganche, en este caso Frangipane, tiene que encontrar destinatarios atentos y claros, y durante toda la primera etapa intentó habilitar a Diego Martínez, pero nunca lo encontró frente al arco, más bien siempre de espaldas y lejos del golero Pocrnjic.

Así, con dos equipos ordenados y previsibles, pero con buenas defensas y escasa profundidad, transcurrió casi todo el primer tiempo, con pocas llegadas, con dos equipos que lograron casi neutralizarse mutuamente.

Aldosivi inquietó en el arranque con un remate que pasó apenas por arriba de Frangipane, en clara posición de gol, después de una salida fallida de Pocrnjic, provocada por una arremetida de Cayetá.

San Martín sorprendió al tirar a Sparapani para que enganche por la derecha, quizá para tratar de aprovechar un punto débil habitual de Aldosivi en ese sector. Pero, claro, eso era con la bendita (o maldita) línea de tres. Ahora el equipo de Mar del Plata apareció firme por allí, con Facundo Nasif y con la solidaridad de Nilo Carretero y Giannunzio para acompañarlo en los cierres.

San Martín, al cabo, por allí solo inquietó con un par de proyecciones de Raúl Damiani, que terminaron en centros que fueron bien cortados por Pablo Campodónico, antes que se convirtieran en situaciones de peligro.

San Martín trató de ejercer el dominio, con la pelota en campo contrario, pero sin claridad ni profundidad. Y Aldosivi, sin perder nunca el orden y la línea, tuvo su oportunidad y no la desaprovechó. A los 41’ Jorge González cometió falta sobre Cayetá en las puertas del área por la derecha. Y Frangipane ejecutó con suma precisión. La pelota fue a la cabeza de Nasif, quien ejecutó “un penal con cabeza” para poner la pelota abajo, lejos del alcance de Pocrnjic, para determinar el uno a cero.

Apareció demasiado retrasado Aldosivi en el comienzo del segundo tiempo y Walter Cuevas penetró dos veces muy bien entre los centrales. En la primera, a los 9’, tapo muy bien el mano a mano Campodónico, pero enseguida, a los 10’, después de un error de Pena, esta vez definió Cuevas, aparentemente llevando la pelota con el codo, y puso el 1 a 1. Esa situación cambió toda la tónica del partido, que se hizo de ida y vuelta. Muy pronto, a los 12’, pudo haber desnivelado otra vez Aldosivi con un cabezazo pleno de Diego Martínez que tapó en la boca del arco el golero Pocrnjic.

Lo volvió a tener Martínez en una réplica y elevó demasiado la volea en el aire tras buena habilitación de Cayetá. Pero San Martín respondió con un remate del ingresado Belforte desde afuera que controló Campodónico, y una oportunidad que desperdició el propio Belforte al definir tarde y mal después de una habilitación notable de Sparapani.

Volvió a retrasarse demasiado Aldosivi en el final y el ingreso de Juan Briones por Frangipane hizo que perdiera definitivamente la pelota. Pero San Martín solo inquietaba con centros hasta que Belforte insistió por enésima vez por derecha, mandó un centro corto y el árbitro Jorge Baliño vio,-como pocos, o como nadie-, una mano de Cajaravilla,-pareció claramente que la pelota dio en el pecho del defensor-, cobró penal, ejecutó bien Mariano Torresi y Aldosivi se quedó sin nada. Esta vez no debió haber sido así.

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La San Juan de Sarmiento, una tierra de contrastes

Una vez más San Juan nos recibió reluciente, como en marzo de este mismo año, cuando Aldosivi había logrado una gran victoria ante San Martín con tantos de Matías Gigli. Fue hace muy poco, y parece tanto. El equipo de Mar del Plata estaba disfrutando de un “veranito” como animador y líder del torneo de la Primera B Nacional de fútbol…

En aquella oportunidad, más allá del sol y del buen vino, perennes por estas tierras, nos hablaban de un tiempo pujante de esta capital y de toda la provincia, con gran movimiento comercial, a partir del dinamismo que le estaba dando a la economía del lugar la actividad de la minería, a partir de los convenios que se fueron rubricando entre el gobierno nacional que encabeza la presidenta de la Nación , la doctora Cristina Fernández de Kirchner, el gobierno provincial, que encabeza José Luis Gioja y las empresas internacionales adjudicatarias.

Acá, justamente por los buenos réditos que da la minería, y por esa fina sintonía con el gobierno nacional, continúa sin inconvenientes un ambicioso plan de obras que le da dinamismo a la provincia. En general la población de esta capital destaca el crecimiento de la provincia, sus obras y el sostenimiento de sus fuentes de trabajo pese a la crisis internacional. Más allá de las voces disonantes que también persisten por el daño ecológico que supuestamente está causando la explotación minera y por la discusión sobre el porcentaje concreto que le queda al Estado por esa explotación.

De todos modos, aquí se dice que la minería “derrama”,-por otros lares nos quedamos esperando el “derrame” durante una década y en realidad quedamos “exprimidos”-, que intensifica el consumo en todas las áreas, que se mantienen las fuentes de trabajo…

Y la verdad es que si uno recorre la peatonal Rivadavia durante el día, la zona del Parque de Mayo, o los restaurantes y locales nocturnos de la Avenida Libertador por la noche, se nota que aquí es uno de los lugares en los que se puede hablar del “otro país”, con plena actividad, que contrasta con ese país en el que solo se constatan desgracias y quejas, ese del que se rie el genio de Capusotto y que forma parte de un relato único que, afortunadamente, es probable que sea matizado en poco tiempo más gracias al funcionamiento real de las instituciones de la democracia, si es que no aparecen súbitos y sospechosos “no positivos”.

A propósito de la nueva Ley de Medios y Servicios Audiovisuales, que el miércoles tuvo un amplio respaldo con media sanción holgada en la Cámara de Diputados, aquí se destaca que la mayoría de los legisladores sanjuaninos también se pronunciaron y votaron a favor, incluso la diputada Graciela Caselles, pese a que su partido, el opositor Bloquismo, le había pedido que vote en contra. “Generará fuentes de trabajo, y más espacio para la mujer, aborígenes y discapacitados”, destacó Caselles para fundamentar su decisión.

La única voz disonante de los sanjuaninos en este tema fue la del Frente Producción y Trabajo, a partir de la diputada Adriana Marino, quien dijo que “con este proyecto uno de los pilares de la democracia, la prensa libre, va a quedar aniquelada”.

San Juan se quedó sin un querido anfitrión y un periodista de raza. Falleció ayer Hugo Rodríguez, jefe de deportes de Radio La Voz , quien encabezaba transmisiones de fútbol y de ciclismo. Tenía estrecha relación con los hermanos Juan y Gabriel Curuchet y se destacaba su tesón para llevar adelante maratónicas transmisiones de carreras de ruta. Además, siempre recibía aquí a las delegaciones de LA CAPITAL y LU6, y a periodistas de todo el país, con gran deferencia y atención.

Hicimos un alto en el trabajo en la tarde de ayer para visitar la Casa Natal de Sarmiento, Museo y Biblioteca que depende de la Secretaría de Cultura de Presidencia de la Nación. Con apenas un bono contribución optativo, de dos pesos, se pueden conocer todos los rincones de la casa, con una guía que explica el valor histórico de cada sector. Además de la famosa higuera, al borde de la cuál trabajaba en su telar Doña Paula Albarracín, la madre del Maestro, nos mostraron, por ejemplo, el juego de dormitorio especial que le había regalado su hermana cuando Sarmiento asumió la presidencia de la Nación. Como el resto de los muebles, de absoluta austeridad. Y notable la biblioteca, con la nave dedicada a libros sobre Sarmiento y la otra que es la biblioteca propiamente dicha de Sarmiento, con sus obras completas y con las primeras publicaciones, por ejemplo, de Facundo, y con ediciones traducidas al francés, portugués, italiano e inglés.

Una visita, al cabo, ineludible en San Juan. Por el peso histórico de la figura de Sarmiento, más allá de sus aristas polémicas o directamente reprochables. No se puede negar su protagonismo fundamental en la real organización de la Nación Argentina , como tampoco su legado en materia de educación; aunque sí, desde diferentes perspectivas históricas, se podrá discutir si fue bueno el legado de modelo de país que nos dejó su generación de “fundadores” y las consecuencias funestas que deparó en la población originaria, o en los gauchos asesinados,-como “Chacho” Peñaloza-, su prédica de “Civilización o barbarie”. Claro que en la visita guiada a su casa, de esto no se habla…

Informe de la situación

Maradona fue el mejor futbolista del mundo de todos los tiempos. Pero Maradona no es técnico. Ya se escribió esto, en este mismo espacio, antes de que asumiera en la Selección. Maradona no es técnico. Y mucho menos entrenador (que no es exactamente lo mismo). Maradona no es técnico, ni entrenador = la Selección , "su" Selección, no es un equipo. Ni siquiera es una idea. ¿Alguien se puede sorprender por eso? En tiempos en los que se le asigna tanta importancia al técnico y/o el entrenador, y se desestima, increíblemente, el valor de un conductor en la cancha, nada podía ser de otra manera.
Pero como fue Maradona quien decidió bajarse del trono de los dioses por "querer ser" el técnico-entrenador de la Selección, pues ahora es inevitable criticarlo por su cometido en esta función.
Maradona, en primer término, no habla de fútbol, ni de la Selección en estas habituales conferencias post derrotas. Maradona habla de sí mismo, y de sus hijas, y de que no va a renunciar. Prolonga la arenga del vestuario, donde no hay casi charla técnica. E inventa un enemigo, que no es ni Haedo, ni Luisao ni Luis Fabiano: la prensa. Cuando en realidad no se entiende que de parte del 95% del periodismo deportivo argentino reciba tantas indulgencias, cuando fue él quien decidió bajarse de ese trono por "querer ser" el DT de Argentina.
Lo cierto es que la Selección , en la que figura Maradona como entrenador, completó la peor serie de su historia en eliminatorias. Nunca había perdido tres partidos seguidos y nunca había caído tan abajo desde que se juega en Sudamérica por el sistema de todos contra todos. No son sólo estadísticas. Los resultados, más que nunca -se notó- fueron el producto de una confusión general.
Quien decidió bajarse del pedestal, del mito, fue él, no nosotros. Entonces, ¿por qué tanta indulgencia? Si ésta es la peor serie de la Selección argentina en una eliminatoria. Seguramente porque a Maradona lo queremos mucho, porque cuesta criticarlo. Entonces el resultado es que ahora tenemos dos preocupaciones: la Selección, que no tiene pie ni cabeza, y Maradona, a quien queremos tanto.
Por este trauma es quizá que ahora algunos colegas cambian de repente el eje de la discusión. Resulta que hasta hace unos meses toda la culpa era de Basile, y ahora toda la culpa es de los jugadores. Que no tienen actitud, que no rinden como en Europa, que hay que jugar con los del medio local?
Pero no es tiempo de más experimentos. Ni de pruebas de laboratorio. Está en riesgo la clasificación al Mundial. Y la responsabilidad es de este "técnico", de quien lo eligió y de los jugadores que prefirió. Y habrá que recurrir también a los que faltan.
Como dice "el Bambino" Veira, ahora lo primero que tiene que hacer Diego es elegir bien. De una vez por todas. Entre los de allá, los de acá o de donde sea.
Pero sin experimentos, arengas, videos "motivadores" ni voluntarismo. Debe elegir a los mejores y para encontrar urgente un esbozo de identidad de equipo tendrá que poner a cada uno en su lugar y ya no sólo recurrir al organizador de juego que desestimó, sino también a más organizadores secundarios para ordenar la casa. No estaría mal, en este sentido, recoger las sugerencias de los verdaderos docentes en esto. Angel Cappa, por ejemplo, dijo hace muy poco que Bolatti sería "imprescindible" en este momento de la Selección. Ciertamente se trata de un jugador que ordena un equipo por sí solo, aun uno que ni siquiera puede juntar once, como pasa con Huracán.
Y el principal organizador, obvio, es Riquelme (Aunque, a esta altura, con él solo no alcance para encauzar este caos). Pero Maradona tendrá que ir a buscarlo, si es necesario, al entrenamiento de Boca, con toda la humildad,-también bajarse ahí del pedestal- y convocarlo. Y después de una larga charla Riquelme tendría que aceptar. Sin abandonar ninguno de sus principios éticos, que lo llevaron a renunciar a "esta" Selección, no sólo por lo que dijeron de él, sino y fundamentalmente, por los manejos turbios que vio en la salida de Basile, movimientos encabezados por algunos de los impresentables que supuestamente no lo querían en el grupo y que no se supieron desenvolver sin él como conductor de juego, o los que "encanan" a los compañeros y no pueden marcar ni a la madre.
Habrá que apelar al ejemplo de Francia. Antes del Mundial pasado estaba al límite, el técnico Doménech no encontraba el equipo y Zidane había renunciado a la selección. Zidane, sin dirigirse la palabra con Doménech, fue convocado, depuso su actitud, jugó el Mundial y fue el mejor futbolista de Alemania 2006. La Selección debe estar por encima de los hombres y esto lo debe saber bien Maradona. Y la historia la hacen los jugadores, no los técnicos, también lo sabe Maradona.

Informe de la situación II

Antes "la culpa era de Basile", cuando Argentina estaba tercera en las eliminatorias, más allá de rendimientos errantes especificamente en la clasificación sudamericana (no así en la Copa América, dónde la Selección dio una verdadera lección de fútbol más allá del resultado del a final), pero cuando el Mundial todavía estaba muy cerca. Y con Brasil,-por ejemplo-, se empataba de visitante, casi a punto de ganar...
Ahora "la culpa es de los jugadores", cuando Argentina perdió cuatro de los últimos cinco partidos, por primera vez en la historia de las eliminatorias sufrió tres derrotas consecutivas y no se sabe a qué juega, y el equipo deambula en la cancha, sin brújula, sin idea y sin estilo.
Antes la culpa era de Riquelme. Según algunos integrantes del "grupo", el 10 de Boca "le hacía mal al grupo". Ahora resulta que se dice que en la Selección hay "dos bandos", que hay una "interna feroz" y hasta se desliza que parte del cuerpo técnico y dirigentes comprobaron que los que realmente le hacían "mal al grupo" eran los mismos que decían que "Riquelme le hacía mal al grupo". Confuso intringulis con repetición de palabras. Confusa Selección con repetición de males. Aunque los supuestos responsables ya no están.
Ahora parece que se está al borde de la tentación de pasarse para otro lado. Se dice que los futbolistas que vienen de afuera "no tienen actitud" y se piensa, para "resolver" las eliminatorias, en un equipo con mayoría de jugadores del "fútbol local". Cuidado con el "suicidio", si es que ya no se empezó a consumar con los desastres de Rosario y Asunción. ¿A qué "fútbol local" nos referimos? ¿Al mismo que en uno de sus dos equipos más grandes hacen volver a un jugador que una semana atrás participaba de un torneo de veteranos, como Matías Almeyda, con todo respeto para su categoría y esfuerzo?
Este es un tiempo y una situación en que el corazón se debe mantener caliente, pero la mente bien fría.
Algunos de los futbolistas que vienen del exterior está claro que no eran tanto, ni tan poco. Un par, o tres o cuatro, los que realmente le hacen "mal al grupo",- y que encabezaron ese estúpido cántico que hacía alusión que en la Selección había lugar para ellos y "nadie más", que se escuchó en el vestuario en Glasgow-, no deberían volver más. Algunos de ellos se dice que fueron también los que le vaciaron la paciencia a Basile, para decirlo delicadamente. Uno, incluso, le dio el primer empujón a la carrera de un arquero, hace justo una rueda, con un "blooper" de aquellos, por el que otro pagó "el Pato"...
Está claro, además, que no eran "Mascherano y diez más". Nunca un volante central de recuperación (sobretodo con todos los buenos que hay en Argentina, uno de los puestos en los que no hay problemas) puede ser esencial, imprescindible, en nuestra Selección. Habría que revisar eso, y muchas cosas más. Por ejemplo, también que Verón puede ser importante como acompañante pero nunca como conductor o emblema. Ya lo fue en el Mundial 2002. Y todos sabemos como y cuando volvimos.
Otra cosa para poner en cuestión debería ser el rol de Messi. Le hacen creer que es el mejor y quiere resolver todo por sí solo, como si ya fuera el mejor. Le hacen un mal. El "simessismo" puede ser tan nocivo como el "sidieguismo". Necesita abastecedores adentro de la cancha... y docentes afuera...
En suma, sencillamente, deberán estar los mejores. De aquí, de allá y de más allá. Y con un baño de humildad. También adentro y de afuera. Y con organizadores de juego para ordenar el caos. Pero sin locuras. Con realismo. Asumiendo que el Mundial hoy está lejos, pero los culpables bien cerca, sin necesidad de buscarlos hacia atrás.

Lo bueno y lo malo

Aldosivi volvió a ser inexpresivo en la primera derrota como local en este campeonato de la Primera B Nacional de fútbol, ante Atlético de Rafaela 1 a 0. Y volvió a carecer de profundidad. Y repitió enormes grietas defensivas.
Una a favor y una en contra: tuvo una "pizca" más de juego que ante Quilmes, pero el rival fue infinitamente inferior.
El campeonato recién empieza y Aldosivi está evidentemente en la búsqueda de una fisonomía de equipo.
Preocupa la inexpresividad, la falta de imaginación. Pero contra Quilmes falló la defensa y falló el ataque y se cubrieron mal los costados. Y lo que cambió ante Atlético de Rafaela, con las mismas preocupantes características, es que al menos se vieron intenciones de generar cierto volumen de juego, a partir de la calidad de Frangipane. No tuvo continuidad y la pleyade de volantes que tuvo a su alrededor no lo acompañaron bien. Algún encuentro en el primer tiempo con Jorge Velázquez, lo que potencialmente podría dar con más minutos junto a Alejandro Aguirre...
De todos modos, ya se expresó después de Quilmes: Es mejor haber tocado fondo en el rendimiento de entrada y no al final del certamen. En esa búsqueda, queda mucho margen para mejorar en Aldosivi.
La mala, se insiste, es que el rival de ayer, Atlético de Rafaela, tampoco mostró demasiado. Y le llegó bastante, desnudó sus problemas defensivos estructurales, y le ganó en casa.
Un dato positivo final de este momento de Aldosivi aparece ya en el futuro inmediato. Para un equipo que anda mal quizá no hay nada mejor que encontrarse con el más encumbrado. Y justo el jueves juega en San Juan ante San Martín, líder del certamen. Una oportunidad inmejorable para despegar.

Le faltan ideas, orden y "trabajo de campo"

Hubo demasiada preocupación por el envase. No se supo mejorar el contenido. Importó demasiado el cambio de escenario para Argentina – Brasil. Y, en efecto, la cancha de Central y Rosario recibieron a la Selección con toda la pasión y metieron la mayor presión posible. Pero lo más importante es el fútbol. Ausente siempre en la Selección de Maradona en sus tiempos de eliminatorias.

No hay equipo. No existe una idea. No hay línea de juego. El caos le gana al orden. El arquero da muchos rebotes, y duda. La zaga no despeja, ni cierra, ni defienda, ni sale. Pierde de arriba y de abajo. A Heinze Brasil lo deja libre, adrede, y Heinze no sabe que hacer con esa libertad. Porque no puede. Verón no conduce, ni recupera, ni distribuye. ¿A qué juega Verón en esta Selección?. A meter algunos buenos pases circunstanciales y a meter una corrida de 80 metros en el último minuto, ya sin posibilidad de revertir nada, para ganarse el aplauso de algunos hinchas.

Mascherano no contiene. Y se dispersa. Se desordena. ¿Para que se pegó a Kaká en algún pasaje del partido si después Kaká lo dejó desairado cuando quiso? Para el técnico es Mascherano y diez más. Así, hay que revisar a los diez. Y a Mascherano también.

En esta Selección, además, Messi no desequilibra. ¿Cómo es posible? Si es el jugador más desequilibrante del mundo. Primero, porque aun no supo él marcar la diferencia en la Selección , no mostró todavía el “fuego sagrado” de los verdaderamente grandes con esta camiseta. Porque se empecina muy seguido en la misma jugada, la apilada heroica y a mil que termina con una de más. ¿Por qué dispara? ¿Qué carrera quiere ganar? Da la sensación que se siente superior a los demás pero que después le cuesta demostrarlo. Y, ante todo, ya en la Selección nadie lo abastece convenientemente. En Argentina no tiene a un Xavi, a un Iniesta. Y lo peor es que, en partidos adversos como este ante Brasil, uno mira el banco y ni siquiera allí hay una alternativa para que Lio tenga la usina de juego que necesita. Sino, irremediablemente, tiene que bajar casi hasta el medio y empezar a disparar. Que ganas no le faltan, y tampoco tiene nadie que lo ordene desde afuera.

Brasil tuvo todo el orden que le faltó a Argentina. No es un equipo brillante, como otros de la historia de Brasil. Pero sí tiene algunos jugadores brillantes que terminan explotando la practicidad y el orden del resto del equipo. Están como agazapados para pegar la estocada final. Kaká (quizá hoy, conceptualmente, el verdadero mejor jugador del mundo), Luis Fabiano. Es cierto que antes de esos aguijones, Brasil administra demasiado. Es austero, casi mezquino. Siempre da la sensación que el equipo de Dunga ahorra, se guarda algo. Pero nunca o casi nunca sus jugadores corren de atrás a los rivales. Como pasa, por ejemplo, con Mascherano en el medio de la Selección.

El Mundial no está lejos aun en los números. Pero sí si no aparece una idea. A Argentina le falta, antes que nada, juego. Pero también trabajo. Y parece mentira, por todo “el verso” que pululó en el final del proceso anterior con respecto al “trabajo”. Primero habrá que definir que es “trabajo” en el fútbol. Seguro no es pasar videos para insuflar de ánimo. Ni editar otros videos para las cuestiones tácticas. Eso es aleatorio. El trabajo es en el campo. Con la pelota. Y en eso esta Selección “duerme”. Tampoco sirve ya la excusa del tiempo. Por diferentes circunstancias, antes de esta serie el técnico tuvo a los jugadores una semana (incluso Messi no jugó el último partido de Liga) y antes de la anterior serie, como ya había receso en las ligas, los tuvo más de diez días. Pero no hubo casi concentraciones, ni doble turno. Y sí los jugadores desfilaron por todos los programas habidos y por haber, incluso horas antes de Brasil. Sin ir más lejos, Maradona estuvo media hora en un programa de medianoche, ya en el día del clásico.

La elección de una zaga “de cabotaje”, sin rodaje internacional, fue una prueba patética de esa falta de trabajo. Más que buscar el equipo en el campo, lo buscamos en otro equipo y recurrimos a la pareja de zagueros del actual campeón local que, por ejemplo, ya había mostrado peligrosas grietas en el partido ante Boca por la Sudamericana.

Nada es casual. Más allá de los goles que se pierden o alguna pelota que circunstancialmente no entra. La Selección fue puro vértigo, no tuvo cerebro, careció de ideas. Y terminó muriendo a los centros. Como cuando nos volvimos al tercer día en un Mundial. A este todavía ni siquiera llegamos.