Si el fín supremo de Aldosivi era lograr el orden para que después llegue el juego, tras dos derrotas consecutivas, no se entiende la tarde extraña que se vivió ayer en el Minella. Porque es cierto que el fútbol seguía sin aparecer, pero al menos, al cabo de los primeros 45 minutos ante Deportivo Merlo, el orden parecía reestablecido, al menos con respecto a los rendimientos frente a la CAI y Ferro. Entonces costó comprender porque el entrenador, Salvador Daniele, amagó con cambiar toda la estructura en el comienzo del segundo tiempo y después volvió sobre sus pasos en apenas seis minutos.En efecto, en el primer tiempo Aldosivi tuvo algo más de orden con la postura más tradicional, con la línea de cuatro, con los tres volantes con posiciones bien definidas y un enganche-conductor como Seccafien. Igual al equipo le faltó continuidad de juego, explosión ofensiva, capacidad de presión, situaciones de gol. Seccafien no tuvo socios, Diego Martínez persistió en eso de alejarse de la jugada y recién sobre el final de la etapa inicial el 10 pudo meter una estocada justa para la entrada de Cabrera por derecha que forzó el córner. El tiro de esquina fue ejecutado por el propio Seccafien y de ahí llegó el gol de Nasif.Pero más allá del escaso volumen de juego se notó temerario el cambio de un volante ofensivo como Sarraute por un defensor como Demaldé. Cambiar línea de cuatro por línea de tres con el equipo ganando. Al revés de lo que indican los libros. Aunque se sabe que en fútbol las cosas pueden salir bien o mal. Y esta salió tan mal que a los 6' Daniele tuvo que volver a cambiar porque ya la confusión defensiva era generalizada y Merlo a punto había estado de empatar. Entró Carli, salió Bruno. Nasif pasó a marcar punta, ¡y la línea de tres duró 6 minutos!. Apenas otros 6 minutos más tarde entró Gigli por Molina cuando ya el arquero Campodónico hacía señas desesperadas para avisar que estaba lesionado. En vano. Así tuvo que seguir durante casi 40 minutos más. Es verdad que Daniele afrontó la situación y después ensayó alguna autocrítica, aunque con escasa convicción en las explicaciones. Pero es como decía Ringo Bonavena, "cuando te sacan el banquito y tenés que salir a pelear, ahí estas vos solo contra el mundo...". Y te podés equivocar, como ayer le pasó a Daniele, en el afán de arriesgar y darle lo mejor a su equipo. Lo bueno, en estos casos, es trabajar sobre los errores, asumirlos y corregirlos. Y volver a convencerse de que el fín supremo de este Aldosivi en formación sigue siendo el orden. Y que lo que menos conviene es aportar hoy a la confusión generalizada...
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