Corrió la raya de lo posible

“Todos los argentinos somos hijos y nietos de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo”

Néstor Kirchner, presidente de la Nación Argentina, ante la Asamblea General de Naciones Unidas 2004, 25 de septiembre 2003


Mi viejo, como buen inmigrante de post-guerra, me enseñó, entre muchas otras cosas, que la comida no se tira, la costumbre de besar el pedacito de pan que ya no se podrá comer… La cultura del esfuerzo y del trabajo, y de que todo cuesta y que hay que cuidarlo. Así construyó su vida y la de su familia desde su llegada a la Argentina. Paso por paso, esfuerzo por esfuerzo, ladrillo por ladrillo.
Después de diez años en Mar del Plata terminó de poner, justamente, el último ladrillo del hotel familiar que construyó como peón de albañil y capataz de obra a la vez. Inmediatamente empezó con la casa. Recién después se pudo comprar su primer y único 0KM. Al poco tiempo,- con sus hijos unidos y con trabajo y sus nietos creciendo, resplandecientes, como luces encendidas para siempre, los que llegaron y los que vendrían después-, se murió. Casi que no pudo disfrutar de su obra. Pero la dejó. Bendito el que se muere dejando un buen legado para los demás. Que puede ser material, siempre ligada a lo moral y espiritual, o puede ser el más fuerte e inquebrantable ejemplo de vida.
El filósofo José Pablo Feinmann dijo ayer en el programa de Víctor Hugo Morales, por Radio Continental, que “Kirchner no es como Perón”. “Perón dejó a una incapaz y a un criminal, Kirchner deja a una estadísta…”. Una verdad, pero, como casi todas las verdades, a medias. Perón dejó igualmente un legado. Como Alfonsín. Uno corrió la raya de la justicia social y los beneficios sociales. El otro la de la democracia. Pusieron mojones, aunque la herencia inmediatamente posterior haya sido de derrumbe. Cometieron errores graves en la transición, por eso es que quizá después vinieron la dictadura después de uno, el neoliberalismo más salvaje después del otro. Pero ambos quedaron como faros, como señales, que se establecerían como puntos de partida para empezar una nueva reconstrucción. Referentes morales sobre hasta dónde debe llegar la justicia social, y hasta dónde la democracia. Incluso para perfeccionarlos en ese camino (el Juicio a las Juntas de Alfonsín, por caso, tiene más valor para la posteridad por la derogación de los indultos a partir de Kirchner; y hoy quedó sepultada la infame “teoría de los dos demonios”).
Néstor Kirchner se va con su obra completada. Aunque a la presidenta le quede todavía un largo camino por recorrer para profundizarla. Pero Kirchner se va justamente después de haber corrido el mojón, de haber corrido la raya, como nadie a la hora de sintetizar justicia social, derechos humanos y democracia, y enfrentamiento con los poderes fácticos que siempre nos postergaron como país.
Kirchner se va, pero el cuadro de Videla ya lo bajó, los genocidas ya no caminan por nuestras mismas veredas…
(“Queremos ya / un presidente jóven / que ame a la vida / que enfrente a la muerte../, cantó León Gieco. Ese presidente fue después Néstor Kirchner)
Kirchner se va, pero ya no hay un presidente de la Corte Suprema al que ni siquiera se podía considerar abogado…Kirchner se va pero ya el FMI no nos corre más el arco, se terminó el ajuste por el ajuste mismo, se dio la quita histórica a la deuda externa por la que siempre había abogado Alfonsín…Kirchner se va pero hay crecimiento a tasas chinas, superavit y reservas récord, justamente la cultura del ladrillo por ladrillo y cuidar lo que se tiene… Kirchner se va, pero otra vez estamos en Latinoamerica y el mundo nos respeta como una Nación soberana, sin relaciones carnales con nadie. Kirchner se va como presidente de Unasur, como presidente de Sudamérica…
Kirchner se va pero gracias a lo hecho con su mujer y quienes los acompañamos, ya no hay Ley de Medios de la dictadura, las jubilaciones están otra vez en el Estado, la plata de nuestros trabajadores no se va por el embudo interminable de las AFJP y sirve para la obra pública, la revolucionaria Asignación Universal por Hijo, la televisión digital para todos, las computadores para nuestros pibes, el fútbol como bien cultural para que lo puedan disfrutar todos y para aumentos de un 600% para los propios jubilados…
Kirchner se va, cuando ya nos sacó del infierno. Como prometió. Y cumplió. Que no es poco decir en Argentina. Kirchner se va pero deja su obra. Completa. Porque también deja el mejor legado y la mejor heredera. Como dice Feinmann, una estadísta, el cuadro político más brillante, la/el presidente de más alto nivel intelectual que pudieramos tener jamás. Kirchner se va como se fue mi viejo. Nos dejó su obra completada. Aunque nos hubiera gustado que la disfrute más, puede descansar en paz, después de tanta lucha. Que en este caso Cristina va a continuar. Como decía otro ex presidente,- permitanme eximirme de mencionarlo, en nombre del buen gusto-, nadie se muere en las vísperas.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias Vito

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