Aldosivi estuvo en la fiesta del comienzo. Como un “histórico” de la máxima categoría del ascenso del fútbol argentino tuvo el honor de abrir el torneo de la Primera B Nacional más esperado de la historia, y de iniciar también las transmisiones de la divisional en la TV Pública, a través del sistema Fútbol para Todos, que pudimos disfrutar en forma abierta y gratuíta los marplatenses y el resto de los futboleros del país.
Por lo pronto, no hizo quedar mal a Mar del Plata en la cita. Logró un buen empate en Villa Crespo ante Atlanta, 1 a 1. Aunque quedaron algunos detalles, cierta sensación de sabor agridulce, la presunción de que se pudo haber conseguido algo más ante un rival con muchas limitaciones y que no está acostumbrado a la categoría.
En principio, Aldosivi mostró orden. Y esa parece ser una característica que Andrés Yllana pretende imprimirle a su carrera como entrenador, que se inicia justamente al frente del equipo de Mar del Plata.
Aunque en este partido ante Atlanta dio la sensación que la propia virtud encierra su defecto. Aldosivi tiene la obsesión de mantener el orden, y eso es bueno (sobretodo ante las confusiones tácticas de temporada anteriores, con ese empecinamiento en “suicidarse” con la línea de tres), aunque también se sale poco del libreto y no le hace lugar, por ahora, para los creadores, para los que pueden desequilibrar a través del juego. Enrique Seccafien estuvo en el banco, y cuando entró no encajó, en una estructura que ya estaba establecida. Y Matías Sarraute, el talento del club, ni siquiera tuvo un lugar entre los relevos.
Lo positivo, entonces, fue el orden. Y también la reacción. Para conseguir el empate ante el resultado adverso. Falta equilibrar un poco más los cuidados con la osadía. Con un poco más de juego Aldosivi se pudo haber traído todo de Villa Crespo.
Por lo pronto, no hizo quedar mal a Mar del Plata en la cita. Logró un buen empate en Villa Crespo ante Atlanta, 1 a 1. Aunque quedaron algunos detalles, cierta sensación de sabor agridulce, la presunción de que se pudo haber conseguido algo más ante un rival con muchas limitaciones y que no está acostumbrado a la categoría.
En principio, Aldosivi mostró orden. Y esa parece ser una característica que Andrés Yllana pretende imprimirle a su carrera como entrenador, que se inicia justamente al frente del equipo de Mar del Plata.
Aunque en este partido ante Atlanta dio la sensación que la propia virtud encierra su defecto. Aldosivi tiene la obsesión de mantener el orden, y eso es bueno (sobretodo ante las confusiones tácticas de temporada anteriores, con ese empecinamiento en “suicidarse” con la línea de tres), aunque también se sale poco del libreto y no le hace lugar, por ahora, para los creadores, para los que pueden desequilibrar a través del juego. Enrique Seccafien estuvo en el banco, y cuando entró no encajó, en una estructura que ya estaba establecida. Y Matías Sarraute, el talento del club, ni siquiera tuvo un lugar entre los relevos.
Lo positivo, entonces, fue el orden. Y también la reacción. Para conseguir el empate ante el resultado adverso. Falta equilibrar un poco más los cuidados con la osadía. Con un poco más de juego Aldosivi se pudo haber traído todo de Villa Crespo.
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