El desenlace de una trama perversa



Tarde o temprano iba a pasar. Juan Román Riquelme iba a decir gran parte de la verdad y quedaría definitivamente claro,-para el que todavía lo dudaba y lo decía y escribía equivocadamente- que no se fue de Boca porque quiso, sino porque "le abrieron la puerta de la salida", apelando una vez más a las precisas palabras de Diego Latorre en Olé a poco de su despedida en San Pablo.
No es que antes haya mentido. Solo que no quería o no podía decir algunas otras verdades, que este cronista fue revelando taxativamente en estos meses.  
A Riquelme, el máximo ídolo de la historia de Boca, le faltó siempre el respeto esta conducción y este presidente, Daniel Angelici, incluso antes de ejercer la máxima investidura del club.
Todavía como tesorero de la entidad de La Ribera, Angelici impulsó una votación vergonzoza e inédita, que dividió a toda la comisión directiva, por estar en desacuerdo con el contrato de Riquelme, de la misma duración y cifras parecidas al vínculo de, por ejemplo, Walter Erviti, por quien, como por otros tantos, no hubo que levantar las manos. Para usar un ejemplo más gráfico y burdo: Boca pagó no hace mucho 2.500.000 dólares por la mitad del pase de Damián Escudero, para lo que tampoco se necesitó votación alguna, y Angelici impulsó una votación en contra de los 4 años de contrato de Riquelme por algo así como 4.000.000 de dólares, aunque no por la mitad del 10, sino por el pase entero.
Ya con Angelici como presidente sucedió un hecho grave en Barinas, Venezuela, en la primera fecha de la Copa Libertadores. El técnico Julio Falcioni acusó a Riquelme por algo en lo que no había tenido que ver. Todo el plantel salió en defensa del 10 e incluso Schiavi quiso ir a los hechos contra el DT en el vestuario (el zaguero venía acumulando bronca por un turbio "pedido" económico). Desde ese momento se cortó la relación de casi todo el plantel con el entrenador. A la final de la Copa se llegó a pesar de Falcioni, y no por Falcioni, y sobretodo por el influjo de Román, el mejor futbolista de la Libertadores 2012.
Sin embargo, después de ese y otros episodios que se sucedieron en el semestre, y nuevas extrañas cuestiones económicas que involucraron al cuerpo técnico y que todos conocían en el club, Angelici sobreactuó el respaldo a Falcioni,-anticipando que iba a seguir en el cargo cuando nadie se lo había preguntado, antes de la final de la Copa-, solo para hartar a Riquelme y que hiciera lo que hizo, irse a los dos años de contrato, que era justamente lo que había pedido el presidente cuando era tesorero. Típico caso de "el que se calienta pierde". "Le abrieron la puerta de la salida", escribió ahí Latorre.
Si algo faltaba para comprobar dónde estaba la perversidad en esta historia, Riquelme no pudo pasar a Cruzeiro porque Angelici le negó la firma de un papel, y después "lo extorsionó" durante 70 días para arreglar la situación solo si hacían una conferencia conjunta. Si el 10 no accedía, lo "colgaban" para siempre. No obstante, ya en esa oportunidad, y en una nota posterior con Sebastián Vignolo, empezó a revelar algunas cuestiones.
Ayer finalmente estalló. Riquelme usó la distinción que le dieron en Brasil como uno de los futbolistas más importantes de la historia de la Copa Libertadores para exponer a Angelici, como el presidente de Boca que ni siquiera quiere ver al máximo ídolo en la Bombonera, aun afuera de la cancha. Pero en realidad al 10 le colmó la paciencia la inminente renovación de Falcioni, ya que solo se explica para cerrarle definitivamente las puertas a él desde que dijo que estaba "a disposición" de Boca. Y porque esto Angelici lo hace después de desechar, por ejemplo, la opción Arruabarrena, debido a que cuando le ofreció el cargo, "el Vasco" le contestó al presidente que no podía dejar de convocar a Riquelme porque él considera que es "el mejor jugador del mundo".
En el medio, entre otras cosas, hubo intimidaciones de "barra bravas" a socios de Boca para plegar banderas y no cantar por Riquelme. "Hicieron bien su trabajo", dijo Román. Todo un triste operativo del que fuímos testigos en el partido ante Tigre para acallar al hincha genuino.
Episodios y corolario de una trama perversa. Angelici no quiere a Riquelme. Y, al parecer, lo volvió a elegir a Falcioni. La verdad, como siempre, se ve en el verde césped...

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