Otra vez un Daniel Alberto endereza el camino al Mundial

"El Cata" Díaz logró el gol de la victoria sobre Colombia por 1 a 0. Argentina no jugó bien, se vio dominado en gran parte del partido, pero se acercó un poco más a Sudáfrica.

En las eliminatorias de 1985, para el Mundial que después ganó Argentina, en este estadio Monumental se estaba complicando demasiado la clasificación hasta que un Daniel Alberto, Passarella, tomó "la lanza" y salvó al equipo elevándose hacia el cielo del partido con Perú y dejando a Ricardo Gareca para que empuje el balón sobre la misma línea de sentencia.
Ahora, catorce años más tarde, en el mismo escenario, tras la goleada vergonzante sufrida ante Bolivia, y poco después de un primer tiempo en el que el seleccionado argentino de fútbol fue dominado ampliamente por su par de Colombia,-y hasta sobrevolaron los fantasmas del "Tren" Valencia, aunque en este caso se trató apenas de un "montacarga" sin gol-, apareció otro Daniel Alberto para enderezar el camino hacia el Mundial de Sudáfrica, que ya se estaba complicando demasiado. Este Daniel Alberto es Díaz, "El Cata", que apareció por detrás de una jugada con pelota detenida, un centro impecablemente ejecutado por Verón, para el único gol de Argentina, en la victoria sobre Colombia por 1 a 0.
Antes y después la Selección de Maradona se vio maniatada por una Colombia que jugó mejor pero que no supo definir. Queda por preguntar a qué jugó,-a qué juega-, Argentina. Con tres defensores, tres centrales, el equipo de Maradona tuvo muchos problemas en los extremos, justamente lo que mejor explotó Colombia. Fernando Gago nunca hizo pie en una extraña posición como volante por derecha y debió ser reemplazado por Zanetti en el entretiempo. Argentina arrancó sin laterales. Colombia jugó con cuatro. Dos en posición natural de marcador de punta, Perea y Armero, y dos volantes de afuera que son también muy a menudo laterales, Zuñiga y Armero.
Por otra parte, Argentina jugó con tres delanteros a los que casi nunca les llegó juego. Y el resultado se sostuvo en el final por el alma de Mascherano,-que había tenido muchos problemas en el primer tiempo-, y por la entereza, la capacidad de recuperación y la presión de Verón. Pero el reprobado lo salvó un Daniel Alberto...Otro que nos acerca al Mundial cuando la brújula parecía perdida.

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