Informe de la situación

Maradona fue el mejor futbolista del mundo de todos los tiempos. Pero Maradona no es técnico. Ya se escribió esto, en este mismo espacio, antes de que asumiera en la Selección. Maradona no es técnico. Y mucho menos entrenador (que no es exactamente lo mismo). Maradona no es técnico, ni entrenador = la Selección , "su" Selección, no es un equipo. Ni siquiera es una idea. ¿Alguien se puede sorprender por eso? En tiempos en los que se le asigna tanta importancia al técnico y/o el entrenador, y se desestima, increíblemente, el valor de un conductor en la cancha, nada podía ser de otra manera.
Pero como fue Maradona quien decidió bajarse del trono de los dioses por "querer ser" el técnico-entrenador de la Selección, pues ahora es inevitable criticarlo por su cometido en esta función.
Maradona, en primer término, no habla de fútbol, ni de la Selección en estas habituales conferencias post derrotas. Maradona habla de sí mismo, y de sus hijas, y de que no va a renunciar. Prolonga la arenga del vestuario, donde no hay casi charla técnica. E inventa un enemigo, que no es ni Haedo, ni Luisao ni Luis Fabiano: la prensa. Cuando en realidad no se entiende que de parte del 95% del periodismo deportivo argentino reciba tantas indulgencias, cuando fue él quien decidió bajarse de ese trono por "querer ser" el DT de Argentina.
Lo cierto es que la Selección , en la que figura Maradona como entrenador, completó la peor serie de su historia en eliminatorias. Nunca había perdido tres partidos seguidos y nunca había caído tan abajo desde que se juega en Sudamérica por el sistema de todos contra todos. No son sólo estadísticas. Los resultados, más que nunca -se notó- fueron el producto de una confusión general.
Quien decidió bajarse del pedestal, del mito, fue él, no nosotros. Entonces, ¿por qué tanta indulgencia? Si ésta es la peor serie de la Selección argentina en una eliminatoria. Seguramente porque a Maradona lo queremos mucho, porque cuesta criticarlo. Entonces el resultado es que ahora tenemos dos preocupaciones: la Selección, que no tiene pie ni cabeza, y Maradona, a quien queremos tanto.
Por este trauma es quizá que ahora algunos colegas cambian de repente el eje de la discusión. Resulta que hasta hace unos meses toda la culpa era de Basile, y ahora toda la culpa es de los jugadores. Que no tienen actitud, que no rinden como en Europa, que hay que jugar con los del medio local?
Pero no es tiempo de más experimentos. Ni de pruebas de laboratorio. Está en riesgo la clasificación al Mundial. Y la responsabilidad es de este "técnico", de quien lo eligió y de los jugadores que prefirió. Y habrá que recurrir también a los que faltan.
Como dice "el Bambino" Veira, ahora lo primero que tiene que hacer Diego es elegir bien. De una vez por todas. Entre los de allá, los de acá o de donde sea.
Pero sin experimentos, arengas, videos "motivadores" ni voluntarismo. Debe elegir a los mejores y para encontrar urgente un esbozo de identidad de equipo tendrá que poner a cada uno en su lugar y ya no sólo recurrir al organizador de juego que desestimó, sino también a más organizadores secundarios para ordenar la casa. No estaría mal, en este sentido, recoger las sugerencias de los verdaderos docentes en esto. Angel Cappa, por ejemplo, dijo hace muy poco que Bolatti sería "imprescindible" en este momento de la Selección. Ciertamente se trata de un jugador que ordena un equipo por sí solo, aun uno que ni siquiera puede juntar once, como pasa con Huracán.
Y el principal organizador, obvio, es Riquelme (Aunque, a esta altura, con él solo no alcance para encauzar este caos). Pero Maradona tendrá que ir a buscarlo, si es necesario, al entrenamiento de Boca, con toda la humildad,-también bajarse ahí del pedestal- y convocarlo. Y después de una larga charla Riquelme tendría que aceptar. Sin abandonar ninguno de sus principios éticos, que lo llevaron a renunciar a "esta" Selección, no sólo por lo que dijeron de él, sino y fundamentalmente, por los manejos turbios que vio en la salida de Basile, movimientos encabezados por algunos de los impresentables que supuestamente no lo querían en el grupo y que no se supieron desenvolver sin él como conductor de juego, o los que "encanan" a los compañeros y no pueden marcar ni a la madre.
Habrá que apelar al ejemplo de Francia. Antes del Mundial pasado estaba al límite, el técnico Doménech no encontraba el equipo y Zidane había renunciado a la selección. Zidane, sin dirigirse la palabra con Doménech, fue convocado, depuso su actitud, jugó el Mundial y fue el mejor futbolista de Alemania 2006. La Selección debe estar por encima de los hombres y esto lo debe saber bien Maradona. Y la historia la hacen los jugadores, no los técnicos, también lo sabe Maradona.

Informe de la situación II

Antes "la culpa era de Basile", cuando Argentina estaba tercera en las eliminatorias, más allá de rendimientos errantes especificamente en la clasificación sudamericana (no así en la Copa América, dónde la Selección dio una verdadera lección de fútbol más allá del resultado del a final), pero cuando el Mundial todavía estaba muy cerca. Y con Brasil,-por ejemplo-, se empataba de visitante, casi a punto de ganar...
Ahora "la culpa es de los jugadores", cuando Argentina perdió cuatro de los últimos cinco partidos, por primera vez en la historia de las eliminatorias sufrió tres derrotas consecutivas y no se sabe a qué juega, y el equipo deambula en la cancha, sin brújula, sin idea y sin estilo.
Antes la culpa era de Riquelme. Según algunos integrantes del "grupo", el 10 de Boca "le hacía mal al grupo". Ahora resulta que se dice que en la Selección hay "dos bandos", que hay una "interna feroz" y hasta se desliza que parte del cuerpo técnico y dirigentes comprobaron que los que realmente le hacían "mal al grupo" eran los mismos que decían que "Riquelme le hacía mal al grupo". Confuso intringulis con repetición de palabras. Confusa Selección con repetición de males. Aunque los supuestos responsables ya no están.
Ahora parece que se está al borde de la tentación de pasarse para otro lado. Se dice que los futbolistas que vienen de afuera "no tienen actitud" y se piensa, para "resolver" las eliminatorias, en un equipo con mayoría de jugadores del "fútbol local". Cuidado con el "suicidio", si es que ya no se empezó a consumar con los desastres de Rosario y Asunción. ¿A qué "fútbol local" nos referimos? ¿Al mismo que en uno de sus dos equipos más grandes hacen volver a un jugador que una semana atrás participaba de un torneo de veteranos, como Matías Almeyda, con todo respeto para su categoría y esfuerzo?
Este es un tiempo y una situación en que el corazón se debe mantener caliente, pero la mente bien fría.
Algunos de los futbolistas que vienen del exterior está claro que no eran tanto, ni tan poco. Un par, o tres o cuatro, los que realmente le hacen "mal al grupo",- y que encabezaron ese estúpido cántico que hacía alusión que en la Selección había lugar para ellos y "nadie más", que se escuchó en el vestuario en Glasgow-, no deberían volver más. Algunos de ellos se dice que fueron también los que le vaciaron la paciencia a Basile, para decirlo delicadamente. Uno, incluso, le dio el primer empujón a la carrera de un arquero, hace justo una rueda, con un "blooper" de aquellos, por el que otro pagó "el Pato"...
Está claro, además, que no eran "Mascherano y diez más". Nunca un volante central de recuperación (sobretodo con todos los buenos que hay en Argentina, uno de los puestos en los que no hay problemas) puede ser esencial, imprescindible, en nuestra Selección. Habría que revisar eso, y muchas cosas más. Por ejemplo, también que Verón puede ser importante como acompañante pero nunca como conductor o emblema. Ya lo fue en el Mundial 2002. Y todos sabemos como y cuando volvimos.
Otra cosa para poner en cuestión debería ser el rol de Messi. Le hacen creer que es el mejor y quiere resolver todo por sí solo, como si ya fuera el mejor. Le hacen un mal. El "simessismo" puede ser tan nocivo como el "sidieguismo". Necesita abastecedores adentro de la cancha... y docentes afuera...
En suma, sencillamente, deberán estar los mejores. De aquí, de allá y de más allá. Y con un baño de humildad. También adentro y de afuera. Y con organizadores de juego para ordenar el caos. Pero sin locuras. Con realismo. Asumiendo que el Mundial hoy está lejos, pero los culpables bien cerca, sin necesidad de buscarlos hacia atrás.

2 comentarios:

gitano ivan dijo...

muy buen resumen de la situacion, pienso exactamente lo mismo, no así con el tema Riquelme,ya renuncio dos veces,no lo veo con ganas de defender la causa, lo mismo q varios "europeos", q ya están hechos, no sé si están de acuerdo conmigo, pero pienso que el futbol argentino está pasando por una de sus peores crisis de la historia.. vaciamiento de clubes, venta de sus mejores valores para subsistir, prueba de jugadores(???¿¿), el caso Almeyda, la selección en su laberinto... Dios nos libre...

claudio dijo...

Coincido casi con plenitud en su opinión. Pero pienso que lo de Riquelme no tiene retorno, dentro del grupo tiene enemigos y Diego, en su momento, no supo unir al grupo. Además, hoy por hoy, el nivel de Román no es de los mejores. Maradona debería dejar de comportarse como ex jugador y asumir, aunque no lo sea,el rol de Director Técnico y terminar con las desafortunadas declaraciones como la de"Mascherano y 10 más", "Mascherano, Messi y 9 más" o la de "Jonas Gutierrez es inamovible". También fue evidente la "limpieza" que hizo después del partido contra Brasil, creo influenciado por Heinze y su grupito. De todos modos, debería seguir hasta el final, bajando al reino de la tierra y pidiendo consejos a varios técnicos. Como dice el dicho: lo que abunda no daña.

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