Les hizo un Lío bárbaro...



Desde Mendoza

Argentina jugó por primera vez por los puntos en Mendoza.  Y los ganó con la soberbia categoría futbolera de sus delanteros para afirmarse en la punta de las eliminatorias sudamericanas para Brasil 2014.  En una noche soñada,  la Selección goleó en el clásico ante Uruguay por 3 a 0 en un espléndido y rebozante estadio Malvinas Argentinas, con una actuación brillante de Lionel Messi, que fue gestor y goleador, conductor y definidor, para además tomarse revancha de aquella eliminación de la Copa América del año pasado a manos del equipo de Oscar Tabárez.
Argentina asumió la iniciativa desde el  vamos, con Messi  casi como enganche, para tratar de manejar los hilos del equipo desde una línea imaginaria, a lo ancho, entre la del centro del campo y la medialuna y para tratar de superar, desde allí, el escalonamiento de los uruguayos en tres cuartos del ataque rival, que tenía como cometido el corte de línea de pase para, entre otros, el propio Lio.
Recién sobre el cuarto de hora, de todos modos, la Selección pudo penetrar al área contraria con cierto peligro y fue el propio Messi quien incursionó en la zona de definición y pareció que Diego Lugano lo desestabilizó pero el árbitro Leandro Vuaden entendió que no hubo penal. Enseguida, a los 19’, una apilada de Messi terminó en un remate cruzado de Angel Di María que neutralizó el arquero Muslera cuando el propio Lio llegaba para definir la jugada que inició.
Ya a esa altura era Messi contra una “trinchera” de uruguayos parada para defender y tratar de salir en contraataque. A los 28’ el astro mundial gestó una jugada espectacular por derecha, desde dónde más hiere, y su remate se fue rozando el travesaño.
Pero Uruguay contestò con un disparo de Cavani desde afuera que se fue apenas desviado y  una apilada de Luis Suárez por izquierda que terminó con un remate ya desde el borde del área chica que se fue apenas afuera, frente al arquero y apareado por Ezequiel Garay.
Fueron señales. Poco a poco Uruguay emparejó el trámite y adelantó “yardas”, al tiempo que Diego Forlán se retrasó para unirse a esas filas y tratar de armar juego. Y la Selección cada vez más dependió de Messi, con sus propias tres líneas del equipo demasiado desconectadas.
El segundo tiempo arrancó con alta temperatura, con la presión de Uruguay al filo del reglamento. Recién sobre los 12’ pudo soltarse Argentina con una buena combinación que nació desde el medio con Gago, se prolongó en Messi, derivó en Agüero por izquierda y terminó con una definición fallida de Gonzalo Higuaín.
Pero cuando más preocupaba el rendimiento de Argentina, cuando más crecían los volantes de Uruguay,  sobretodo  Gargano y  Arévalo Ríos, apareció Messi en toda su dimensión con una jugada de gestación y definición propia. A los 20’ tomó el balón en las puertas del área, cuando lo más aconsejable parecía el tiro al arco, amagó y abrió hacia la izquierda para Di María, cuya devolución baja fue interceptada por Muslera pero a medias, como para que volviera aparecer Messi, que siempre está, para resolver lo que elaboró. Uno a cero.
Y diez minutos más tarde Argentina definió todo con su ya habitual contundencia ofensiva. Perdió una pelota Luis Suárez en el medio y no le podía pasar peor cosa que la recibiera Messi, quien una vez más abrió hacia la izquierda, dónde otra vez estaba Di María, quien una vez más mandó el centro bajo para que esta vez apareciera Sergio Agüero para convertir en la boca del arco.
Y a los 34’ Messi le puso el broche a una actuación excepcional con un remate de tiro libre que se le metió abajo a Muslera, contra su palo izquierdo.
Uruguay, al cabo, aguantó lo que pudo. Y mientras no lo acompañaron tan bien a Messi. Pero cuando el astro del fútbol mundial pudo digitar desde una casi inédita mira de conductor,-al menos en la Selección-,  y vio el resquicio del partido, y aparecieron Di María y Agüero como socios, Argentina le hizo un lío bárbaro al rival y ya no hubo equivalencias.
En definitiva, en la noche en la que Messi fue conductor y definidor, en juego y con pelota detenida, Argentina goleó a Uruguay en el clásico porque le puso, por fín, toda la chapa de su autoridad futbolera.

0 comentarios:

Publicar un comentario